por Comandante Clomro
de
RevelacionesReveladoresCosmos
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La llegada de
información procedente del cosmos, a través de contactados, es
considerada por lo general, por parte de los adeptos a estas
personas, como "palabra santa". Es decir, que si viene de arriba,
quién la va a cuestionar... y si el contactado ha sido "elegido"
como tal por seres "superiores", quién va a dudar de su calidad
humana, y del mensaje retransmitido mediante él. Sin embargo, la
historia de los contactados está llena de sujetos que no han sido
precisamente un ejemplo digno de imitar en cuanto a esa calidad
humana que se supondría intachable.
Fidelidad y "ruido" en la comunicación
Si de turbulencias se trata, de ellas no puede quedar libre el
mensaje cósmico transmitido a través de una mente humana cuya
rectitud no es tal como se piensa que debe ser. Cuyos retorcidos
recovecos laberínticos hacen deambular al mensaje cósmico por un
sinfín de reacomodamientos y adaptaciones a la configuración mental
del retransmisor. De manera que lo que llega no es reproducido con
la más absoluta fidelidad, sino que queda impregnado de la
contaminación mental del canal.
Lo que en la teoría de la comunicación se denomina "ruido", está infaltablemente presente en las transmisiones con receptor humano,
cuando la mente de éste, con su forma de hablar, de pensar y de
sentir, interfiere en el mensaje que llega. El porcentaje de
información desvirtuada o adicionada por el que oficia de canal,
hace que, al final de cuentas, se ignore si lo que desde arriba se
pretendió transmitir era o no lo que finalmente se reprodujo
mediante el contactado. El grado de distorsión posible hace que el
mensaje deba ser profundamente estudiado, para advertir en qué
aspectos es observable lo que ha sido fabricado por la mente del
contactado. Rasgos afines a su personalidad, su forma de pensar y de
expresarse, pueden observarse en el mensaje que, por su intermedio,
transmitió algún ser del cosmos. De manera que la transmisión
efectuada por el presunto mensajero cósmico, ha quedado altamente
impregnada de subjetividades ajenas; las del canal humano, el cual
ha determinado que el mensaje cósmico tenga un buen tanto por ciento
de no tan cósmico.
La fuente y el procesamiento de la información
Los contactados gozan siempre de un magnetismo tal, que los
buscadores de "la verdad" recurren a ellos como el buscador de
vertientes recurre a la fuente del curso de agua que ve correr, para
llegar a donde la encontrará más pura. Los contactados tienen
adeptos, seguidores, retransmisores. La gente que los secunda se
puede tomar el trabajo -o no- de depurar el mensaje del "líder",
identificando aquello evidentemente cósmico, separándolo de lo que
es evidentemente producto de la subjetividad del sujeto en cuestión.
El contactado que lidera estos grupos, no habrá de tomarse tanto
trabajo, seguramente: dirá lo "suyo" (lo de "Ellos", claro...) sin
que le importe cuánto de sí lleva implícito el mensaje cósmico. Y
sus adeptos o seguidores no van a atreverse a cuestionar si el
mensaje tiene o no tiene cosas que no debería tener... Por lo tanto,
"palabra santa"...
Como la verdadera fuente de los mensajes es cósmica, es decir, está
fuera del alcance de los humanos, siempre se buscará alguna cosa a
la cual llamarle "fuente" a la que tratar de darle alcance para
beber de ella. Y el contactado es considerado por los buscadores de
verdades, como "la fuente" que hizo posible la llegada de los
mensajes cósmicos, del conocimiento trascendente y revelador. El
contactado, a su vez, puede también considerarse a sí mismo como la
fuente de la cual deban venir a beber los buscadores de respuestas.
Pero así como sucede con la búsqueda de agua potable, sucede también
con estos contactados-fuentes: puede suceder que la fuente esté
emanando agua cuya ingestión no sea conveniente, sin antes
potabilizarla. Es decir, que sin un filtraje de lo que pertenece y
lo que no pertenece a la transmisión cósmica original, ir a "la
fuente" convendrá menos que ir a la planta potabilizadora.
Ser retransmisores de conocimientos cósmicos, como somos los que
estamos en este papel, autónomos o en los muy diversos grupos y
organizaciones que existen en todo el mundo, requiere que seamos muy
eficientes depuradores de estas aguas, que suelen venir con cierto
nivel de contaminación. No sea cosa que intoxiquemos a la gente
sedienta de respuestas, con contenidos insanos. Gente que, muchas
veces, querrá ir directo a la fuente salteándonos a nosotros, los
que estamos en esta tarea de procesamiento de la información, porque
creen que el contactado es un ser intachable cuya palabra y
filosofía de vida y de acción seguramente serán ejemplares. Después
pueden culparnos de no haberles advertido con qué clase de persona
se iban a encontrar: el contactado resultó les decepcionante.
El factor "poder"
Suele ocurrir que la inexperiencia del contactado en esto de
manejarse con información cósmica y de tener que manejar grupos
humanos, haga que se le vaya de las manos su autocontrol,
transformándose en un déspota arrogante que convierta a esos
buscadores de verdades que llegaron a él, en sus esclavos mentales
al servicio de "la causa", "la misión", por la cual "sus vidas no
les pertenecen a ellos, sino al movimiento". Los que estamos en este
papel de intermediar entre lo cósmico que ha llegado y los que
buscan estas respuestas, debemos cuidar muy bien las cosas, de modo
que nadie idolatre a contactado ninguno, y que ningún contactado se
suba al pedestal de mando, inflado su ego como un globo que busca
altura. Hay contactados a los que les encanta tener adeptos a los
cuales hacerles sentir el rigor de sus ansias de poder sobre la
gente. Y hay adeptos en potencia a los cuales les resulta
desconocida toda la trama oculta de las mentes de los contactados.
Por lo que descubrir
esto les demandará un buen tiempo, durante el cual estarán
sometiéndose a exigencias y limitación de sus libertades: estarán
sirviendo a los fines de una secta, cuando creían haber llegado a un
núcleo humano que sirviera a sus fines de búsqueda espiritual e
intelectual. Contra lo cual la prevención que efectuamos los que
estamos en esto, a veces no basta; muchos no nos escuchan y se meten
en un terreno que no saben cómo pisar.
También hay un tipo de contactado que rara vez comenta su
experiencia, no forma grupos ni transmite abiertamente el mensaje
recibido. En consecuencia, es observable en este caso, que el factor
"poder", expresado en la manipulación mental del adepto, se
encuentra ausente.
Humildad, ego y autocrítica
Por fortuna, no todos los contactados se glorifican a sí mismos;
unos por ser humildes, y otros porque, de no serlo tanto, al
menos llevan alfileres para pincharse el globo del ego cuando gana
altura. Duele un poquito el pinchazo, pero de vez en cuando se lo
dan. El pinchazo no es otra cosa que una actitud autocrítica, que
tira abajo todas las construcciones que el sujeto se pueda estar
fabricando cuando se siente "importante", al saberse canal y
representante de una verdad cósmica.
En medio del éxtasis, la
alegría y el orgullo de sentirse eso, en un momento dado tiene que
reflexionar y darse cuenta de la poca cosa que se es, y que haber
sido "elegido" como contactado no connota necesariamente virtudes
cósmicas en otras vidas, anteriores, fuera de la Tierra, ni virtudes
humanas en la vida presente. Y aun teniéndolas en esta vida o en
otras, no se deja de ser un humano imperfecto y limitado porque se
sea un contactado. Más aun, muchos de los seres humanos más
ejemplares en virtudes, jamás han sido canalizados por fuerza
cósmica alguna, en tanto no pocos cocainómanos, alcohólicos,
fumadores incontrolables, estafadores y mentirosos, han oficiado de
canales de los que se han servido entidades extrahumanas.
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