por Comandante Clomro
8-9 de noviembre de 2001
de
RevelacionesReveladoresCosmos
Website
Las tres opciones en que pueden resumirse las legendarias
discrepancias acerca de la realidad existencial que nos ha tocado en
suerte, y quién y para qué la ha diseñado, se pueden expresar en
éstas alternativas:
-
1- Si esta clase de mundos obedece a un plan de evolución correcto,
2- de evolución incorrecto, o
3- de involución intencional.
-
1- Acierto evolutivo,
2- error involutivo, o
3- intención involutiva.
-
1- Experimento acertado,
2- experimento fallido, o
3- ningún
experimento: se sabía bien las consecuencias, previsiblemente
nefastas para los habitantes de estos mundos.
-
1- Mundos atípicos controlados dentro del orden universal,
2- mundos
donde se ha perdido el control, pero aun mantenidos dentro del orden
universal, o
3- mundos enajenados del orden universal, controlados
por fuerzas fuera de orden.
Responsable:
1- un Creador Bueno e infalible que sabe lo que hace,
pese a lo que nos pase,
2- un Creador Bueno pero no infalible al que
algo le falló, por lo que nos pasa lo que Él no quería que nos
pasara, o
3- un creador no bueno, pero sí infalible para haber
ingeniado y obrado el desastre que es esto; creador con minúscula,
saboteador de la obra de un Creador Superior al cual haya suplantado,
religiones mediante, inclusive.
En alguna de las tres categorías de opciones debe estar la
explicación de lo que pasa en el mundo. ¿Cuál es la verdadera y
cuáles las dos falsas?
Cada campana contactista suena distinto
Según fuentes pleyadianas como
B. Marciniak o
B. Hand Clow, resulta
que "todo estaba bien" hasta hace medio millón de años, vinieron los
reptoides y arruinaron todo: la genética humana empobrecida, los
chakras bloqueados, y así, la decadencia. Pero el "todo estaba bien",
-
¿considera que cientos de millones de años de especies comiéndose
unas a otras fueron algo "bueno"?
-
¿Había necesidad de someter a
espíritus cósmicos a millones de años de reencarnaciones en
dinosaurios carnívoros, o en herbívoros comidos por ellos?
-
¿Qué
clase de evolución de conciencia se puede alcanzar en ese estado de
manifestación física del espíritu?
Brasil, 1981: llegan entidades extragalácticas que, justamente,
dicen que todo ese proceso de especies frenadas en su
evolución durante cientos de millones de años se debió a que la
falla se produjo ya en aquellos tiempos (no hace sólo medio
millón de años, con los reptoides), por obra de entidades que ya
estaban desviadas de la normal evolución mucho antes de que empezara
el proceso de vida en las galaxias, y que en ellas introdujeron
alteraciones.
Pero uno lee la Biblia o el
libro de Urantia, y no: "todo era bueno",
(hasta los carnosaurios); "fue Lucifer el que arruinó el
cosmos"... Y listo; así de fácil. Vía Satán, "Luci" trasladó la
rebelión -el mal- a la Tierra, y "desde entonces" -no antes- este
mundo se salió de curso (pero "Dios no evitó esto porque hasta el
mismo demonio funciona como agente suyo -incluso para
poner a prueba a Job o a Jesús- dentro de la 'experiencia evolutiva'
del plan divino...").
Un Dios hecho a medida
Esta historia simplificada que nos cuentan es una cortina de humo:
así se encubre que la falla es anterior; muy anterior a la famosa
rebelión de Lucifer, y así al mundo de las especies inútiles
comiéndose entre sí en el Jurásico y el Cretácico, se lo muestra
como útil, necesario, hasta, más que "bueno", magnífico. Todo dentro
del "plan divino" de un Dios que está "en todas partes" y que, por
eso, no se le escapa nada. Si los saurios fueran un error o un
mal
intencional provocado a los espíritus en ellos encarnados, Dios no
podría ser omnipresente, ni omnipotente, porque siéndolo, habría
impedido el experimento de los grandes reptiles si ellos fueran
inútiles e innecesarios.
Pero en nombre de la preservación de la
falsa idea de la omnipresencia, de la omnisciencia y de la
omnipotencia, para que Dios sea el vigilante, el controlador y el
providente que la debilidad humana necesita, había que inventarle a
los dinosaurios una utilidad y una necesidad de ser que los
justificara y que les diera lógica de existir. Era la única forma de
mantener a Dios en la lógica del humano necesitado de su presencia y super poder. Porque si en vez de inventar una lógica artificial para
Dios y para los dinosaurios, se advirtiera la ilógica natural de
esos animales en el Universo, y la ilógica de la idea de lo
ilimitado de las facultades de Dios, habríamos tenido un Dios más
lógico objetivamente, menos operativo en nuestra realidad -que se le
escapó de las manos, tratándose de un Ser que, por estar en
evolución, tiene sus limitaciones- y por lo tanto, no responsable,
ni culpable directo de lo que aquí ha pasado.
Lo cual nos habría
servido para ser más autosuficientes, pero esa lógica habría roto
nuestras fantasías de un Dios providente que, como Papá Noel con sus
regalos, mientras no se sepa que no es más que una fantasía, mejor
que la verdad no se diga y Dios sea absoluto y los dinosaurios sigan
siendo tomados como una creación suya con fines útiles que Él sabrá...
Porque nosotros, realmente, no sabemos qué función cumple la vida
aprisionada en cuerpos de especies imposibilitadas de no matar a
otras para subsistir, porque ése es el sitio que se les asignó en la
cadena alimentaria. A esto podría replicarse con que nosotros somos
más destructivos que cualquier animal, y que por lo tanto hasta los tiranosaurios eran mejores que nosotros. Pero el hecho de que seamos
la obra maestra de la destrucción, no quita el error menor de la
creación de las especies como ésa, o como el escorpión.
La vida y la belleza, expresadas, pero atrapadas
Ahora que cada especie ocupa un lugar en el ecosistema, debemos
preservar hasta los alacranes para que el equilibrio no se rompa.
Pero eso no significa que, si pudiéramos empezar desde cero,
tuviéramos que ponernos a crear especies con aguijones, garras y
colmillos. Ahora que cada especie tiene atributos capaces de
maravillarnos, admirémosla; pero eso no significa que si pudiéramos
crear un mundo nos pondríamos a fabricar organismos parecidos a los
aquí concebidos para que se coman unos a otros: alguna forma
inofensiva de creaciones podemos concebir para que la vida se
exprese.
El color de una mariposa o el vuelo de un águila nos deslumbran
tanto, que la sola existencia de especies como ésas y tantas otras
"maravillas", nos hace pensar que la belleza expresada en esas
formas les justifica la existencia en el Universo. Sin embargo, esas
formas, los colores, los movimientos, son expresión de una belleza
atrapada en la tridimensión de un mundo hostil, donde ella a duras
penas consigue expresarse. Pero si esa belleza no estuviera aquí
atrapada y limitada, la veríamos expresarse en posibilidades mucho
más ricas y deslumbrantes que la mariposa o el águila.
En esas
formas biológicas de manifestación, el ser apenas logra un esbozo,
un mero bosquejo de todo lo que podría manifestar en un mundo libre,
sin los límites que la negatividad pone a la vida. Si comparáramos
lo que aquí nos rodea, con lo que allí todo lo aquí materializado y
limitado pudiera desplegar sus facultades, ni por un momento nos
parecería aceptable que tanta energía y vida hayan sido aprisionadas
en un plano de tal densidad y corrupción como éste. Pero ignorantes
los humanos de la otra realidad y sometidos a ésta, la mariposa y el
águila no tienen por qué dejar de parecernos obras maestras de la
creación.
Mundos fuera de orden: revelaciones y silencios
En situación parecida, mensajeros venidos de diversas partes de la
galaxia tienen también su lógica errónea (que les fue
enseñada) con la que se suplantó a la lógica natural del Universo y
de lo que realmente es Dios. A ellos también se les hizo
creer que funcionan dentro de un orden oficialmente establecido en
el universo, para la evolución. Duro sería tener que cambiar todas
sus concepciones de lo que debe ser la evolución en los mundos, si
acaso descubrieran la verdad oculta. Si una entidad extragaláctica
llegara a los mundos de ellos a decirles que todo ha sido
equivocado, que lo que se ha operado en la galaxia con el manejo de
la dualidad, con la negatividad como agente en la experiencia
evolutiva, ha sido fuera de orden y no dentro del orden cósmico,
debería considerar si convendría o no decírselos. ¿De qué serviría,
si no habrá forma de que los seres de esos mundos modifiquen de la
noche a la mañana sus sistemas de evolución? ¿Para qué saber que
todo está mal, si seguirá mal hasta que el proceso culmine? ¿De qué
sirve una verdad que no pueda modificar el estado de las cosas,
porque ellas siguen pasos?
Supongamos que un mundo dentro del
supuesto "orden" de ellos está atravesando la etapa de las guerras,
y los seres están muy corruptos para ser llevados de frente a la
iluminación, la paz y la restauración del equilibrio absoluto. Que
eso fuera como quitarle la venda de semanas a un operado de la
vista, y ponerle un reflector en los ojos. Entonces no: ninguna
revelación para esa humanidad, mejor procesos graduales. Por lo
tanto, mejor que esta galaxia termine sus "procesos graduales" de
restablecimiento de la iluminación luego del apagón, y recién cuando
todo concluya y se normalice, habrá que decirles la verdad: todo fue
mentira, todo fue alteración del orden.
"¡Pero sirvió como experiencia!", dirán. "Una experiencia que no era
preciso cumplir", se les dirá.
La luz, para ir a la luz,
puede ir por la luz; no necesita ir por la sombra para saber que
brilla. Ya el universo había experimentado conflictos suficientes
para tener una medida de lo que es la oscuridad, para no seguir
sometiendo a nadie a ella para que se sepa lo que es el amor y la
luz. No era necesario someter a los seres en las galaxias a más
horror del que ya se conocía. Sin embargo, necios los
espiritualistas de diversas doctrinas, si les dieran mundos nuevos
para iniciar en ellos a seres espirituales en procesos existenciales
de tridimensión, reproducirían lo hecho en la Tierra "porque es lo
que aprendí que servía, y debo enseñarlo", dirán. Eso les
explicarían a las víctimas de sus aberraciones creativas. Lo mismo
hacen las entidades cósmicas que contactan gente, cuando se les
pregunta el por qué de este mundo aberrantemente creado: "ninguna
aberración; el mundo es lo que debe ser según el Plan..."
¿Y qué hacen los que están más allá de ellos, los que saben que esto
es incorrecto, que no vienen a decírselo a los
encargados de los mundos como éste para sacarlos del error? Quizá
hacen lo mismo que cualquier humano conciente de estas cosas, cuando
está ante gente fanática de religiones: callar. Sólo hablar a
quienes tengan oídos para esto. Los que están más allá de la galaxia
y niegan la verdad a muchos mundos, también se la dicen a algunos
individuos que ellos estimen receptivos. Tales entidades callan o
hablan según convenga o no que un sujeto sepa la verdad, y han
considerado que esa verdad sería inútil revelársela a todos los
seres de todos los mundos. Puede discreparse en eso y considerarse
que la verdad debería ser dicha a todos pase lo que pase, pero hasta
nosotros mismos no lo hacemos, tan selectivos en a quién le hablamos
de estos temas y a quién no, así que procuremos comprender por qué
ellos no lo hacen tampoco.
Los infradioses suplantadores
Por lo tanto, entidades como Ashtar Sheran o los pleyadianos de
Marciniak seguirán contando lo que dicen que es la verdad (sin que,
de serlo realmente, en ningún caso sea toda la verdad), y habrá que
creerles, o no creerles, o dudar, porque la verdad TOTAL, no tuvo
visa para ser traída masivamente. Sin embargo, por pura intuición o
por simple reflexión, a través de la historia hubo siempre gente que
pudo dar con algunas de las claves de esa verdad oculta, cuando
sospechó de algo turbio en el trasfondo de la génesis del mundo. Almafuerte,
Capdevila,
Cioran, y tantos otros, entre los cuales casi
todos los humanos, si no todos, hemos estado al menos por cinco
minutos siquiera una vez en la vida, percibiendo lo dañino de la
creación del mundo y la falsedad de la idea de un Dios que lo puede
todo y que todo lo hizo y lo controla.
Si no fuera sólo por cinco minutos que pensáramos o sintiéramos así,
sino permanentemente, estaríamos libres de religiones y de infradioses suplantadores que las inventaron y que ahora llegan con
la carta de presentación de "extraterrestres", "hermanos superiores"
o "ángeles".
Pero como la mayoría de la gente apenas piensa o percibe la realidad
tal como es, todo sigue manipulado, bajo control,
dividido por religiones y nacionalismos, por neoespiritualismos
dogmáticos que siguen comprando y siguen queriendo venderle a la
gente al Dios-imagen y semejanza de un falso arquetipo de Creador
que, por debilidad, el humano inferior necesita para sentirse
protegidos. Por su parte, el Creador verdadero necesita que seamos
concientes de sus limitaciones para que no lo involucremos en
nuestros asuntos (incluidas las guerras "en nombre de Dios") y
obremos a título personal, autosuficientes y con una responsabilidad
de nuestros destinos no delegable en alguien Superior a quien
suponer que tiene nuestros destinos en sus manos. El Creador
verdadero nos necesita libres y autodeterminados. Las mentes débiles
necesitan al Dios inventado, para no asumir responsabilidades y
derivar a la fatalidad de sus designios las causas de nuestros
males. Eso se puede hacer de dos formas:
-
comprendiendo a Dios
(tratamos de hacerlo), o
-
culpándolo por su maldad para con nosotros
(nos cuesta menos hacerlo).
Por eso dice Cioran:
"El dios malo es el
dios más útil que jamás hubo. Si no lo tuviésemos a mano, ¿a dónde
se encaminaría nuestra bilis? Toda forma de odio se dirige en última
instancia contra él. Como todos creemos que nuestros méritos son
desconocidos o pisoteados, ¿cómo admitir que una iniquidad tan
general sea obra del hombre tan sólo? Debe remontarse más arriba y
confundirse con algún tejemaneje antiguo, con el acto mismo de la
creación. Sabemos, pues, con quién tenérnosla, a quién vilipendiar:
nada nos halaga y nos sostiene tanto como poder situar la fuente de
nuestra indignidad lo más lejos posible de nosotros."
El Dios histórico impostor y el Creador Supremo
Cioran se refería al demiurgo como ese dios malo, y no al
Dios
propiamente dicho. Pero la gente suele confundir al uno con el otro,
y en última instancia es el verdadero, el superior, el inocente de
lo aquí ocurrido, el que recibe los reproches humanos. "¡Dios hijo
de puta!", "¡Me cago en Dios puto!", frases habituales de
recriminación y queja salidas de tantas bocas, muchas de ellas de
autodenominados "católicos" (¡bonita forma de manifestar el
catolicismo!). Así se dirigen al de más arriba, creyendo que Él
tiene algo que ver con los problemas humanos, e ignorando que el
destinatario de los reproches debería ser un autodenominado "Dios"
muy lejano de serlo. Estaba más cerca, se había manifestado
(personalmente, o a través de alguno de sus agentes) ante Moisés,
había condenado a los judíos a milenios de calamidades y a ser
factor de crisis en el Próximo y Medio Oriente, para lo cual ese
Dios impostor usó a Mahoma para armar un culto que sirviera para
antinomias en la región; antes había usado a Jesús para armar un
culto cuyo brazo evangelizador barrería con los nativos de todo un
continente, luego de sumir en el oscurantismo a Europa.
Ése era el
Dios autoproclamado como tal -a falta del verdadero para
desenmascararlo-, que el mundo sigue adorando con distintos nombres,
pese a siglos de demostraciones de que todas las religiones que armó
han conspirado contra la unión de la humanidad. Mientras el Dios
verdadero, jamás inspiraría la creación de religiones para que nos
dirijamos a Él, pues nos puso al amor como vía infalible de comunión
con el Todo, haciendo innecesaria cualquier doctrina, rito o
adoración, porque con amor es suficiente. Incluso es más digno de
nuestra adoración (si algo hubiera que adorar) que el mismísimo
Creador Absoluto, porque mientras hasta Él tiene su propia sombra,
el amor es lo único que nos queda (y que le queda) como valor
supremo a seguir. Conciente de sus propias miserias, hasta el propio
Creador tiene al amor como lo supremo que hasta Él mismo debe
adorar, al igual que nosotros.
Por lo tanto, adoremos lo mismo que
Él, y no a Él, y así estaremos con Él.
"Hay que pensar en Dios,
pronunciar el nombre de Dios para revertir la negatividad en el
mundo", decía un adepto a Sai Baba. Mientras tanto, como Dios no
pensaba en sí mismo, sino en el amor, el discípulo de Sai y los que
siguieron su consejo no estaban pensando al unísono con Dios (por
pensar tanto en Dios y en el nombre de Dios y no en el
amor, se es
capaz de llegar a una "Guerra Santa", "en nombre de
Dios"). Pensemos
al unísono con Dios, pensemos en el amor y no en Él, y estaremos con
Él en el mismo pensamiento.
|