CAPITULO CUATRO - La "voz de Seth"

Durante todo este tiempo estuve trabajando en la galería de arte local, por las tardes. Pasaba las mañanas dedicada a mi libro sobre PES, escribiendo los resultados de nuestros experimentos. Todavía no habíamos dicho a nadie lo que estábamos haciendo, excepto a nuestro amigo Bill. De hecho, pocos de nuestros amigos sabían lo que preten­díamos, hasta que el libro estuviera terminado. Ahora me pregunto la razón de que hayamos guardado tanto sigilo; pero, por aquel entonces, nos pareció mucho mejor mantener al mundo muy separado. Teníamos suficientes cosas en que preocuparnos nosotros mismos.

La personalidad de Seth se estaba expresando con mucha mayor li­bertad ahora que me hallaba libre de la tabla, particularmente después de la sorprendente decimocuarta sesión. No creo que Rob lo llegue a olvidar nunca. Estábamos asombrados por el hecho de las sesiones mismas. Antes de que empezáramos, por lo regular estaba sumamente nerviosa y me preguntaba si Seth se presentaría o no. En aquellos días siempre tenía temor de entrar en trance, abrir la boca y. . . ¡nada! O, lo que era peor, que empezara a decir disparates. Además, ni siquiera me daba perfecta cuenta de cómo sabía cuando Seth estaba listo. So­líamos empezar las sesiones a las 9 de la noche. Cinco minutos antes de esta hora, me embargaba esa sensación de nuevo; como si fuera a saltar de un trampolín para caer en un estanque profundo... y sin si­quiera saber con seguridad si podría nadar.

La sesión se inició en la forma usual, sin indicios de que ocurrieran cambios en la voz. Me gustaría mencionar aquí que, para entonces, ya habíamos leído varios libros sobre percepción extrasensorial; pero to­davía no habíamos encontrado nada respecto a comunicaciones a través de la voz. Habíamos leído respecto al caso meritorio de Patience Worth, donde cierta señora Curren producía novelas y poesía con una tabla ouija y escritura automática; pero carecíamos por completo de la idea de que cualquiera pudiera hablar por otra personalidad. Nunca se le había ocurrido a ninguno de los dos que mi voz pudiera cambiar de cualquier modo.

En esta decimocuarta sesión, yo hablé por Seth durante quince mi­nutos completos, que era el periodo más largo sin descanso hasta en­tonces. Seth empezó por aconsejarnos que lleváramos una vida social más balanceada: que saliéramos y nos mezcláramos con la gente, a fin de contrarrestar la intensa actividad interna de la experiencia psíquica. Luego se lanzó a su primera disertación sobre los Sentidos Internos, tema que era enteramente nuevo para nosotros y que, en el futuro, íbamos a elaborar más.

"Todo en su plano es la materialización de algo que existe independientemente de su plano. Por lo tanto, dentro de sus sentidos existen otros sentidos que perciben en el interior. Sus sentidos regulares perci­ben un mundo externo; pero los sentidos dentro de los sentidos reconocibles perciben y crean un mundo interno... toda vez que ustedes plano particular, necesariamente deben acoplarse a él, bloquean e impiden muchas otras percepciones. Es como un foco psíquico, -tina concentración de conciencia en concordancia con ciertas líneas. Cuando su habilidad crece en relación con el ambiente, entonces se pueden permitir mirar a su alrededor, usar los Sentidos Internos y agrandar su campo de actividad. Esto no es sino natural. La supervivencia en determinado plano, depende de su concentración dentro de él. Cuando la supervivencia está más o menos satisfecha a través de la atención, entonces pueden permitirse percibir otras realidades."

En realidad este material prosiguió durante varias páginas y, como era usual, Rob estaba escribiendo con tanta rapidez corno podía, para tenerse a tono con la entrega.

Al transcurrir la segunda hora de sesión, mi voz empezó a tornarse más áspera y fue la primera vez en las sesiones que llegara a mostrar señales de tensión. Después de la discusión inicial sobre los Sentidos Internos, Seth dijo: "No pretendía yo hacerte trabajar tan duro esta noche, Joseph. Si tu mano está trabajando con tanta rapidez como la boca de Ruburt, debes sentirte exhausto. ¿Te gustaría tornar un des­canso o poner fin a la sesión? Siempre estoy pensando en tu convenien­cia, por lo menos cuando no me siento preocupado por tu educación", agregó con una sonrisa.

Rob solicitó un receso; pero luego me urgió a terminar la sesión, antes de que perdiera la voz. Yo sabía que se sentía muy preocupado por mi, pero a la vez estaba tremendamente interesado en el material que Seth nos estaba dando. Además de esto, como Seth, yo había estado en extremo activa, haciendo comentarios chistosos de vez en cuando, a fin de intercalar descansos y romper la monotonía de un monólogo serio. El sentido de otra personalidad independiente, era más fuerte de lo que antes había sido y, en. tal virtud, decid! continuar. En ese momento ya eran más de las 10:30 y, mientras estábamos hablando, Rob había preguntado en voz alta cuál era el significado del tiempo. Cuan­do reanudamos, Seth empezó a discutir esta cuestión.

"El tiempo no tiene significado sin barreras. Para expresarlo de otro modo, el tiempo no tiene sentido sin la necesidad de actuar en contra de otras acciones. Básicamente, ésta es una verdadera joya de descrip­ción, si me lo digo a mí mismo. La parte triste es que tú probablemen­te no estarás apto para entenderlo todavía. ¡Eso toma tiempo! Como ni¡ intención es vencer tu ignorancia, no me pude resistir. Quiero de­cirlo con suavidad, pues no tienes idea de las dificultades que invo­lucra tratar de explicar el tiempo a alguien que debe tomarse tiempo para entender la explicación.

"El estudio del tiempo te enseñará también muchísimo respecto a la índole de la quinta dimensión. Nuestros imaginarios alambres com­puestos de vitalidad solidificada, son fluidos, espero que entiendas esto, aun cuando están solidificados, puesto que la solidez es ilusión."

Aquí, como Seth, golpeé el escritorio para poner énfasis y, de pron­to, empecé a. hablar en una voz más fuerte. Al mismo tiempo, desapa­reció lo áspero. Palabra tras palabra, la voz se hizo más profunda, más formal y más alta. Cuando Rob bajó la vista para hacer sus notas, se dio cuenta que estaba teniendo lugar alguna metamorfosis de algún tipo. Escribía tan rápido como podía, por lo que también pudo levan­tar la vista de vez en cuando, para ver lo que estaba ocurriendo. Yo me encontraba en ese momento de pie, frente a él, con ojos no parecidos a tos de ,ten.., bien abiertos, mirándolo corno para asegurarse de que entendía lo que se estaba diciendo.

`''También dije que este sentimiento de vitalidad y, viéndolo bien, prefiero ese término: vitalidad, se está moviendo y es por sí mismo parte de la materia viva del universo. Ahora bien, cuando estos alambres pasan aparentemente de plano u plano, en realidad forman los límites de cada plano y quedan sujetos a las leyes particulares dentro de cada vino, Por lo tanto, se hallan sujetos al tiempo dentro de tu sis­tema particular de tres dimensiones."

Durante el último pasaje, la voz se hizo más fuerte cada vez, corno si estuviera tratando de llenar un salón de buen tamaño. Mientras es­cribo este capítulo, estoy leyendo lo anotado en esa sesión y me he puesto a repasar las notas originales de Rob, garrapateadas entre este pasaje y el siguiente. Estas notas muestran con bastante claridad sus reacciones.,

"Al mirar a Jane y conociendo también perfectamente su voz natu­ral tan femenina, tuve que reflexionar dos veces para comprender que esta otra nueva voz estaba surgiendo de ella con tal volumen y sin abso­lutamente ningún esfuerzo. No sé si yo estaba más sorprendido con el hecho que Jane parecía no inquietarse de ningún modo por esta voz o por cl hecho de que tuviera un tono tan definido, profundo y masculino."

Sin embargo, poco tiempo tuvo Rob para hacer notas extra y el pasaje continuó sin pausa alguna. "El movimiento de la vitalidad aparentemente solidificada, da la ilusión de tiempo. La acción contraria invo­lucrada en este caso es acción contra la esencia de la vitalidad misma, de igual manera que hablamos de un encierro mental herméticamente cerrado anteriormente... La acción y contra-acción son el gatillo del tiempo. En algunos otros planos el movimiento es simultáneo y el tiempo desconocido. Para mí, tu tiempo puede manipularse; es uno de los va­rios vehículos por los cuales yo puedo penetrar en tu conciencia.. .

"Ahora bien, como ejemplo de mis buenas intenciones, pondré fin a esta sesión. Continuaría si no estuviera obligado a enfrentarme a tus limitaciones físicas. Me siento capaz de entrar muy bien esta noche y, cuando esto ocurre, me gusta aprovechar la circunstancia. Después de todo, ¿puedes calmarme?. . . En cualquier caso, te diré buenas noches. Deberías saber que yo también disfruto de un momento de intercam­bio social o no te mantendría ocupada por tanto tiempo. Lamento la necesidad de mantener a Joseph tan ocupado (con sus notas). Buenas noches amigos."

Instantáneamente mi voz volvió a ser normal. La aspereza desde mucho antes había desaparecido. Ahora nos resultaba casi imposible poner fin a la sesión. Estábamos sumamente intrigados. A pesar de las palabras de despedida de Seth, yo podía "sentir" que todavía estaba presente, junto con un tremendo sentido de vitalidad y buena volun­tad. Rob me habló sobre la voz fuertemente masculina y su asombroso volumen, y en todo a mi alrededor sentí fluir esta gran energía y buen humor, como si un invisible Seth se hallara sentado allí, sonriendo, listo para iniciar una plática amistosa.

Tan pronto como decidimos continuar, esa voz profunda brotó nue­vamente de mí y, como Seth, empecé a caminar por el cuarto, haciendo pausas al hablar directamente a Rob o mirar por la ventana. Realmente sentía que alguna otra persona se estuviera estableciendo dentro de mi cuerpo y se estuviera acostumbrando a moverlo, mientras brillaba su satisfacción por este logro.

"Me encanta hablar contigo por algunos momentos, en lo que te daría mucho gusto llamar conversación normal. Los amigos no siempre hablan sobre asuntos elevados y de mucho peso... Anteriormente hemos estado demasiado preocupados con otras cosas para cualquier intercambio emocional y, si la voz de Ruburt suena casi sombría en esta fase de transición, yo en lo personal me siento en un estado muy jovial y hasta podrías decir que frívolo. Por amor de Dios, hazme cuales­quier preguntas que tengas en mente."

Como Seth, hice una pausa y miré sonriente a Rob directamente a los ojos. Rob de nuevo estaba sorprendido por la voz tan profunda que había empezado a adoptar y se tomó un minuto para pensar en algo que preguntar. Además, todavía sonreía ante la manera jovial de Seth y los gestos humorísticos e inflexiones de voz que eran muy dife­rentes a los míos.

-Pues, ¿tienes amigos en tu plano como nosotros tenemos aquí? "Claro está que tenemos amistades. La única cosa respecto a tu plano que lo hace un campo tentador de esfuerzo para nosotros aquí, es que algunos de nosotros tenemos nexos de un tipo emocional e inten­tamos, aunque a menudo de una manera poco efectiva, hacer contacto con antiguos amigos. Así como tú escribes cartas a amigos en países extranjeros y no los olvidas, tampoco nosotros nos olvidamos."

Rob formuló varias otras preguntas y ambos de ellos, Rob y Seth conversaron uno con el otro durante tres cuartos de hora. Respecto a la voz, Seth dijo: "La voz de Ruburt es un experimento. Lo inmediato de nuestras sesiones se incrementaría si más de mi personalidad pudiera mostrarse. Yo podría continuar hablando muy contento y, podría decir, animadamente, durante horas, mas no lo haré. No soy un viejo gru­ñón y conservador. De vez en cuando Frank Withers aparece simple­mente porque él fue mi última materialización independiente y está acostumbrado a hacer las cosas él mismo. Yo no lo he podido asimilar por completo, aunque, puedes creerme, lo intento."

Al llegar aquí Rob empezó a reír de nuevo. Seth había hablado jovialmente, aunque sin demostrar malicia alguna, respecto a Frank Withers. El tono de su voz y amplia sonrisa suavizaba las palabras reales que se pronunciaban. Rob hizo un comentario sobre las actitudes y Seth dijo: "Temo que no he aprendido humildad de ti todavía. Por otro lado, me conociste antes de que yo conociera a Frank Withers y mi vanidad entonces era asombrosa. Tú mismo eras sumamente vani­doso y, como mujer, ciertamente ponías a tu esposa actual en vergüen­za, en lo que respecta a vanidad."

Por supuesto, se estaba refiriendo a algunos datos sobre reencarna­ción que nos había dado antes. Eventualmente nos enteramos que Seth, Rob y yo, formábamos parte de una antigua entidad; esto lo discutire­mos en los capítulos 14 y 15. Seth también nos diría, más tarde, que esta relación anterior fue parcialmente la responsable de nuestras co­municaciones.

Como el toma y daca entre Rob y Seth continuaba, Rob se acostum­bró a la voz y realmente disfrutó de ella, puesto que no existía duda en su mente ahora que Seth era Seth, alguien por completo diferente e independiente.

La impresión que Rob tuvo de la voz, gestos y manerismos, fue la de un caballero enérgico y educado, de la "vieja escuela", quizás ya en sus sesenta años, extraordinariamente inteligente y más bien cons­ciente de sus propias fobias: un hombre con un sumamente desarrolla­do, aunque ya pasado de moda, sentido del humor. Cuando Seth tocó una begonia (planta que es una de mis favoritas) y dijo: "Me gusta esta planta de Jane. Las cosas verdes son una piedra de toque de la existencia. Observarás que antes usé el término de `plano' en vez de `planeta', debido a que tú no tienes toda la olla para ti mismo...

"Temo que, con la voz de un hombre, Jane parecerá hasta cierto punto, muy poco melodiosa. Yo de ningún modo tengo la voz de un ángel, pero tampoco doy la impresión de un eunuco asexual, que es todo lo que he sido capaz de hacer que ella parezca esta noche. . . y,  Ruburt, si quieres fumar un cigarrillo, hazlo. Ella ha estado caminando de un lado a otro con un fósforo en la mano, durante los últimos diez minutos."

Yo no recuerdo nada de esto; pero, según Rob, yo efectivamente venía un cigarrillo y daba frecuentes tragos a un vaso de vino. "Si yo pudiera tomar un. vaso de vino contigo y disfrutarlo, lo haría. Si quieres hablar por algunos momentos sin necesidad de tomar notas, por favor hazlo así. Ciertamente duraré tanto tiempo como Ruburt lo haga y un poco más. Y si las facciones de tu esposa llegan a cambiar alguna noche, mientras hablamos, te sugiero que no lo menciones a ella, sino hasta que la sesión termine."

Seth prosiguió así hasta ya pasada la media noche. El comentario respecto al cambio en mis facciones se incluyó en las notas, claro está; pero, por lo demás, se olvidó hasta un año después, cuando se trajo a colación en nuestra mente de una manera forzada. Una vez que termi­nó la sesión, mi propia voz de nuevo se presentó clara y fresca, sin tra­za alguna de las dificultades anterior-es. Ni siquiera me sentía un poco cansada.

Al leer las notas, de nuevo nos sentimos fascinados por el material, particularmente desde que Seth nos dijo que iba a explicarnos lo con­cerniente a estos Sentidos Internos, de una manera más detallada y a enseñarnos cómo usarlos. El fue tan bueno como sus palabras pues, como verán en breve, nos dio instrucciones precisas y nosotros íbamos a tener todo tipo de nuevas experiencias mientras nos ajustáramos a ellas. No sabíamos que esta información se hallaba eslabonada a nuestro propio nivel de entendimiento y de una manera sencilla, en compara­ción con las elucubraciones que seguirían.

Tampoco comprendimos que el surgimiento de la voz de Seth com­pletaba la estructura psíquica a través de la cual recibiríamos al Material de Seth y a través de la cual la personalidad de Seth se expresaría. A, partir de esta sesión, siempre hubo algunos cambios de voz durante las sesiones; pero los fuertes tonos profundos, fueron la excepción, más que la regla, durante algún tiempo después. En ocasiones existe el sentido de un poder verdaderamente tremendo tras la voz; y mi propia voz nunca es forzada. Mucho más tarde, Seth nos dijo que esta energía psíquica puede traducirse en un sonido corno éste o bien, puede usarse para otros propósitos. Ahora, cuando Seth proporciona material de clarividencia, por ejemplo, la voz raras veces se oye demasiado fuese. En vez de ello, la energía se usa para recopilar los datos. (Como el lec­tor verá posteriormente en este libro, esa energía también puede ser un trampolín hacia otras dimensiones.)

Cuando la voz es profunda y sonora, me siento muy pequeña y cir­cundada por una energía terrible. De lo que hemos aprendido, la voz era una suerte de indicación de la cantidad de energía disponible; servía para muchos propósitos, además de ayudar a expresar la personalidad de Sed.

Viendo las cosas en retrospectiva, no obstante, parece ser que con el

surgimiento inicial de la voz de Sed, se completaba la estructura de las sesiones. Incluso los propósitos básicos del material habían sido im­partidos en una forma sumamente simplificada: los bloques sobre los cuales se sentarían los cimientos.

¡Hablemos respecto a explosiones psíquicas! Nuestras primeras se­siones con la tabla ouija tuvieron lugar el 2 de diciembre de 1963. Para fines de enero habíamos celebrado veinte sesiones y llenado unas 230 páginas de material escrito a máquina. Claro está que sabíamos que el cambio de voz era significativo, mas no comprendíamos que el poder tras la voz era el asunto más importante. Veíamos que las sesiones se­guían tina especie de orden; pero su significado se nos escapaba. En realidad, la estructura proporcionaba continuidad y estabilidad; mas también era lo bastante flexible para nutrir sucesos latentes de los que no nos dábamos cuenta por completo. Dentro de ella, ¡ni propio adies­tramiento como médium tendría lugar con toda seguridad.

En este punto existían varios caminos que podríamos haber tomado. Podríamos haber no dicho a nadie lo que estaba ocurriendo; podríamos habernos puesto en contacto con algún espiritista o podríamos haber informado a los parapsicólogos. Más decidimos no decir nada a ninguno de nuestros amigos o parientes, por lo menos por el momento. Los grupos espiritistas hubieran quedado fuera en cualquier caso, de­bido a mis puntos de vista por aquel entonces sobre religión en gene­ral. Pero los libros sobre PES que habíamos leído, todos aconsejaban que, cualquier persona que tuviera tales experiencias, debería acudir a un psicólogo o parapsicólogo calificado.

Como resultado de las instrucciones de Seth, ambos empezamos a tener algunas experiencias clarividentes por nosotros mismos y pensa­mos que deberíamos escribir a alguien que supiera más sobre estas cuestiones, de lo que nosotros sabíamos. Además, estaba aquella cues­tión más apremiante: ¿Era Seth parte de mi subconsciente? ¿Podrían decírnoslo los psicólogos? Así pues, decidimos ponernos en contacto con un parapsicólogo que tuviera conocimientos sobre PES y psicología.

Pienso que haría la misma cosa, si tuviera que hacerlo de nuevo, pero no estoy segura. Los siguientes capítulos se referirán a nuestros esfuerzos por ser ""cientí­ficamente responsables" y "poner a prueba" a Seth en cuanto a PES. En realidad no llegarnos a ninguna decisión general; pero creo que me sentía impulsada por la necesidad de hacer todo esto de una manera legítima, intelectual y académicamente. Claro está que lo era. mas todavía tenía yo mucho que aprender.

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