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Rupert Sheldrake es uno de los biólogos más controvertidos de
nuestra época. Sus teorías están revolucionando no sólo la rama
científica de su campo sino que desbordan hacia otras disciplinas
como la física y la psicología. Los científicos ortodoxos lo acusan
de introducir la filosofía en la ciencia.
En su libro
Una Nueva Ciencia de la Vida, Sheldrake toma posiciones
en la corriente organicista u holística clásica, sustentada por
nombres como Von Bertalanffy y su Teoría General de Sistemas o
E.S.
Russell, para cuestionar de forma tajante la visión mecanicista que
da por explicado cualquier comportamiento de los seres vivos
mediante el estudio de sus partes constituyentes y posterior
reducción de los mismos a leyes químicas y físicas.
Sheldrake, en cambio, propone la idea de los campos morfogenéticos,
los cuales ayudan a comprender como los organismos adoptan su formas
y comportamientos característicos.
"Morfo viene de la palabra griega
morphe, que significa forma. Los
campos morfogenéticos son campos de forma; campos, patrones o
estructuras de orden. Estos campos organizan no solo los campos de
organismos vivos sino también de cristales y moléculas. Cada tipo de
molécula, cada proteína por ejemplo, tiene su propio campo mórfico
- un campo de hemoglobina, un campo de insulina, etc. De igual manera
cada tipo de cristal, cada tipo de organismo, cada tipo de instinto
o patrón de comportamiento tiene su campo mórfico. Estos campos son
los que ordenan la naturaleza. Hay muchos tipos de campos porque hay
muchos tipos de cosas y patrones en la naturaleza..."
La gran contribución de
Sheldrake ha consistido en reunir nociones
vagas sobre los campos morfogenéticos (Weiss 1939) y formularlos en
una teoría demostrable. Desde que escribió el libro en el que
presenta la hipótesis de la Resonancia Mórfica, en 1981, se han
llevado a cabo numerosos experimentos que, en principio, deberían
demostrar la validez, o invalidez, de esta hipótesis.
Tres enfoques sobre el fenómeno vital
Tradicionalmente ha habido 3 corrientes filosóficas sobre la
naturaleza biológica de la vida: vitalismo, mecanicismo y
organicismo.
El vitalismo sostiene que en todas las formas de vida existe un
factor intrínseco - evasivo, inestimable y no medible - que activa la
vida. Hans Driesch, biólogo y filósofo alemán y principal precursor
del vitalismo tras el cambio de siglo, llamaba a ese misterioso
factor causal entelequia, que se hacía especialmente evidente en
aspectos del desarrollo del organismo como la regulación,
regeneración y reproducción.
La forma clásica del vitalismo, tal y como fue expuesta por numeroso
biólogos a principio de siglo, especialmente por Driesch, ha sido
severamente criticada por su carácter acientifico. Según Karl
Popper, los criterios para establecer el estatus científico de una
teoría son su falsifiabilidad, refutabilidad y demostrabilidad. Así,
el vitalismo no estaba cualificado ya que ese nuevo factor causal
indeterminado no podía ser demostrado en modo alguno. Ernest Nagel,
un filósofo de la ciencia escribía en 1951 en su libro Filosofía e
Investigación Fenomenológica:
El grueso del vitalismo... es ahora un cuestión extinguida... no
tanto quizás por el criticismo filosófico y metodológico que se ha
elevado contra su doctrina sino por la infertilidad del vitalismo
para guiar la investigación biológica y por la superioridad
heurística de enfoques alternativos.
A menudo se dice que aunque numerosos biólogos se dicen
vitalistas,
en la practica son mecanicistas en el laboratorio dada la exigencia
de la investigación científica de mostrar sus experimentos con
parámetros medibles de la física y la química. Sheldrake afirma que
el fracaso del vitalismo se debe principalmente a su incapacidad
para efectuar predicciones demostrables ni presentar nuevos
experimentos.
Actualmente, el enfoque ortodoxo de la biología viene dado por la
teoría mecanicista de la vida: los organismos vivos son considerados
como máquinas físico-químicas y todos los fenómenos vitales pueden
ser explicados, en principio, con leyes físicas y químicas. De hecho
esta es la posición reduccionista que sostiene que los principios
biológicos pueden ser reducidos a leyes fijas y eternas de estas dos
ramas de la ciencia.
La ortodoxia científica se adhiere a esta teoría porque ofrece un
marco de referencia idóneo en el que numerosas preguntas sobre los
procesos vitales pueden ser respondidas y porque hay mucho ya
invertido en ella. Las raíces del mecanicismo son muy profundas.
Según Sheldrake,
"incluso si se admitiese que el enfoque mecanicista
esta severamente limitado no solo en la practica si en principio, no
podría ser simplemente abandonado; actualmente es el único método
disponible para la biología experimental, y sin duda continuará
siendo utilizado hasta que haya alguna alternativa más positiva."
El organicismo o
holismo niega que los fenómenos de la naturaleza
puedan ser reducidos exclusivamente a leyes físico-químicas ya que
estas no pueden explicar la totalidad del fenómeno vital. En cambio
reconoce la existencia de sistemas jerárquicamente organizados con
propiedades que no se pueden comprender mediante el estudio de
partes aisladas sino en su totalidad e interdependencia. De ahí el
termino holismo, de la palabra inglesa "whole"=todo. En cada nivel,
el total energético es más que la suma de las partes, hay un factor
adicional que escapa a esta metodología.
El organicismo se ha desarrollado bajo diversas influencias:
sistemas filosóficos como los de Alfred North Whitehead y J.C Smuts,
psicología Gestalt, conceptos como los campos físicos y parte del
mismo vitalismo de Driesch.
"El organicismo trata los mismos problemas que
Driesch decía eran
insolubles en términos mecanicistas pero mientras él proponía la
entelequia no-física para explicar la totalidad y directividad de
los organismos, los organicistas proponían el concepto de los campos morfogenéticos (o
embriónicos o de desarrollo)."
(Sheldrake 1981)
¿Qué es un campo morfogenético?
Los campos morfogenéticos o campos mórficos llevan
información, no
energía, y son utilizables a través del espacio y del tiempo sin
perdida alguna de intensidad después de haber sido creados. Son
campos no físicos que ejercen influencia sobre sistemas que
presentan algún tipo de organización inherente.
"La teoría de la
causación formativa se centra en como las cosas
toman sus formas o patrones de organización. Así que cubre la
formación de galaxias, átomos, cristales , moléculas, plantas,
animales, células, sociedades. Cubre todas las cosas que tienen
formas, patrones o estructuras o propiedades auto-organizativas.
Todas estas cosas se organizan por sí mismas. Un átomo no tiene que
ser creado por algún agente externo, se organiza solo. Una molécula
y un cristal no es organizado por los seres humanos pieza por pieza
sino que cristaliza espontáneamente. Los animales crecen
espontáneamente. Todas estas cosas son diferentes de las máquinas,
que son artificialmente ensambladas por seres humanos.
Esta teoría trata
sistemas naturales auto-organizados y el origen de
las formas. Y asumo que la causa de las formas es la influencia de
campos organizativos, campos formativos, que llamo campos mórficos.
El rasgo principal es que la forma de las sociedades, ideas,
cristales y moléculas dependen de la manera en que tipos similares
han sido organizados en el pasado. Hay una especia de memoria
integrada en los campos mórficos de cada cosa auto-organizada.
Concibo las regularidades de la naturaleza como hábitos mas que
cosas gobernadas por leyes matemáticas eternas que existen de alguna
forma fuera de la naturaleza"
¿Como funcionan los campos morfogenéticos?
Los campos morfogenéticos actúan sobre la materia imponiendo
patrones restrictivos sobre procesos energéticos cuyos resultados
son indeterminados o probabilísticos.
Por ejemplo, dentro de un sistema dado un proceso físico-químico
puede seguir diversos caminos posibles. ¿Qué es lo que hace al
sistema optar por uno de ellos? Desde el punto de vista mecanicista
esta elección estaría en función de las diferentes variables
físico-químicas que influyen en el sistema: temperatura, presión,
sustancias presentes, polaridad, etc., cuya combinación decantaría el
proceso por un camino determinado. Si fuese posible controlar todas
las variables en juego se podría predecir el resultado final del
proceso. Sin embargo no es así, sino que el resultado final queda
sujeto al azar convirtiéndose en un suceso probabilístico, algo
cuantificable únicamente mediante análisis estadístico.
Pues bien, el campo morfogenético relacionado con el sistema
reducirá considerablemente la amplitud probabilística del proceso
llevando el resultado en una dirección determinada.
"Los campos mórficos funcionan, tal y como explico en mi libro,
La
Presencia del Pasado, modificando eventos probabilísticos. Casi toda
la naturaleza es inherentemente caótica. No es rígidamente
determinada. La dinámica de las olas, los patrones atmosféricos, el
flujo turbulento de los fluidos, el comportamiento de la lluvia,
todas estas cosas son propiamente indeterminadas, como lo son los
eventos cuánticos en la teoría cuántica. Con el decaimiento del
átomo de uranio no puedes predecir si el átomo declinará hoy o en
los próximos 50.000 años. Es meramente estadístico. Los
campos
mórficos funcionan modificando la probabilidad de sucesos puramente
aleatorios. En vez de una gran aleatoriedad, de algún modo la
enfocan, de forma que ciertas cosas ocurren en vez de otras. Así es
como creo que funcionan."
¿De dónde vienen los campos morfogenéticos?
Un campo morfogenético no es una estructura inmutable sino que
cambia al mismo tiempo que cambia el sistema con el que esta
asociado. El campo morfogenetico de un helecho tiene la misma
estructura que el campo morfogenético de helechos anteriores del
mismo tipo. Los campos morfogenéticos de todos los sistemas pasados
se hacen presentes para sistemas similares subsecuentes e influyen
en ellos de forma acumulativa a través del espacio y el tiempo.
La palabra clave aquí es "hábito", siendo el factor que origina los
campos morfogenéticos. A través de los hábitos los campos
morfogenéticos van variando su estructura dando pie así a los
cambios estructurales de los sistemas a los que están asociados. Por
ejemplo, en un bosque de coníferas se genera el habito de extender
las raíces a mayor profundidad para absorber mas nutrientes. El
campo morfogenetico de la conífera asimila y almacena
esta información que es heredada luego no solo por ejemplares en su
entorno sino en bosques de coníferas a lo largo del planeta a través
de la resonancia morfica.
EXPERIMENTOS
Según Sheldrake, una manera sencilla de demostrar la
existencia de los campos morfogenéticos es creando un nuevo campo
mórfico para luego observar su desarrollo.
Imágenes ocultas
En estas 2 figuras hay una imagen oculta. En teoría, debería
ser mas sencillo identificar la imagen oculta porque ha sido
identificada ya por miles de personas en experimentos realizados
por cadenas de televisión europeas como la BBC o la ITV desde
1984. La cuestión consiste en "sintonizar" con el campo
de información creado por miles de europeos para visualizar la
imagen oculta en las figuras.
Observa las figuras durante un rato y mira cuánto has tardado en
ver la imagen "oculta" o si no conseguiste verla. Puedes ver la
imagen oculta inmediatamente, tras unos minutos, antes de una
hora, al día siguiente, tras unos meses o nunca...
para ver la imagen
oculta "click"
AQUÍ
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oculta "click"
AQUÍ
Nuevo Código Morse
El Dr. Arden Mahlberg, un psicólogo de Wisconsin, ha
realizado experimentos analizando la capacidad de los sujetos
para aprender 2 códigos Morse distintos. Uno de ellos es el
modelo clásico y el segundo, uno inventado por él variando las
secuencias de puntos y rayas en modo que fuese igualmente
difícil (o fácil) aprender el código. La pregunta es, ¿es más
sencillo aprender el Morse verdadero que el inventado porque
millones de personas lo han aprendido ya? Y la respuesta,
aparentemente, es que sí.
Ratas en el laberinto
Este es uno de los primeros experimentos realizados por
Sheldrake y fue retomado de la época en que se empezaban a
considerar los campos morfogenéticos. Consiste en
enseñar a un grupo de ratas un aprendizaje determinado, por
ejemplo, salir de un laberinto, en lugar determinado, por
ejemplo, Londres, para luego observar la habilidad
de otras ratas en otro lugar, por ejemplo, Nueva York,
para salir del laberinto. Este experimento se ha realizado ya en
numerosas ocasiones dando resultados muy positivos.
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