por Cristóbal Colón

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Facsímile del original que se conserva en la Biblioteca Capitular y Colombina del Cabildo Catedralicio de Sevilla.

Madrid: Testimonio Compañía Editorial, 1984.

 

 

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1ª Parte

 

Fol. 1

(En el margen izquierdo superior)

Profecías que juntó el Almirante Don Christóval Colón de la Recuperación de la Santa Ciudad de Hierusalém y del descubrimiento de las Indias, dirigidas a los Reies Cathólicos.

+ Jesús con María sean con nosotros en el camino.
Amén.

Carta del Muy Magnífico y prudentísimo
señor don Christóval Colón, almyrante &
visorrey y governador perpetuo de las yslas de las
Indyas, y tier[ras] firmes por él descubiertas &c.
al padre don frey Gaspar Gorritio &c.
monge en la Cartuxa de Sevilla

+

Reverendo y muy devoto padre. Quando vine [aquí], començé a sacar las auctoritades, que me parescía que haçían al caso de [Jerusalem en un libro], para después tornarlas a rrever, y las poner en rrima2 en s[u lugar adon-de… sea] al caso. Después succedió en my otras occup[ac]ione[s, por donde no ovo lugar de pro]seguir my obra, ny lo hay; y ansy os lo en[bío que le vea… Podrá ser que el ánima o]s incitará a proseguir en él; y que Nuestro [Señor vos alumbrará auctoridades muy a]uténticas. En la Biblia es de continua[r y en muchos lugares la Glosa3 a]provecha y alumbra: y es de haçer d’ella mucha [memoria al tiempo se ovi]ere [de s]acar en lympio. Fecha en Granada a XIII de setienb[re de 1501].

Respuesta de el [susodicho Padre]

Muy Magnífico et singularíssimo señor myo. Por otras mys letras escriví a Vuestra Señoría como havía rreçibido su carta & libro de las prophetías, y dichos, & auctorita-des tocantes al caso del monte Syon, y Jerusalem, y de las gentes de las yslas, & nationes universas; y que segund my pobre in[t]elligentia (por complir su mando) travajaría en ello quanto pudiesse, maiormente viendo ser exercitio tam sancto, y esperando de me enseñar, y despertar my enten[di]miento en cosa tam [sa]lutí[fer]a, consolatoria, admonitoria, y provocativa al serv[icio de Nuestro Señor Dios, y al pr]o & a la honrra d’estos nuestros rreyes & de toda la rreligión [christiana. Y ansy] mediante la gracia del Spíritu Sancto, y

Fol. 1 vuelto

guyándome el travajo de Vuestra Señoría, la qual toda la flor de tantas y tan veras auctoritades, sententias, dichos, y prophetías allegó, yo he enterpuesto y añadido algunas reliquias, como quien llega la[s] sobras de los rraci[m]os, y olivas, & spigas. Y ansy de lo principal, como de las migajas, yo quedo muy consolado, y en alguna manera introducido en lo que de mis estudios estava bien apartado; y d’ello mucho me fuelgo, rrogando a Nuestro Señor que compla quod locutus est per os prophet[arum] («lo que habló por boca de sus profetas»4), y plega a su infinita clementia de lo assy haçer, y llevar los sanctos desseos de Vuestra Señoría [adelante como si]n causa por vuestra magnífica persona traxo a nuestra notitia la[s] yslas de las In[dias y tierras firm]es. Esso poco, señor myo, que yo he añadido y entrex[ido, Vuestra Señoría lo verá en la l]etra de my mano. Todo lo rremitto a la correctión de [su espírito y prudente… Yo non me he cu]rado de concordar los dichos, ny las ma[terias, ni menos… y las historia]s. Pero he interpuesto algunas reglas y dich[os de los doctores cerca d’ello, por las] quales podrá qualquier diligente lector ser instr[uído, y declarado de las dudas, que se l]e offreçieren. Insuper yo he sido lo más breve que p[ude, rremitiendo a los] originales, y también por no ser molesto con mucha escriptura, p[resertim] (principalmente) cognosciendo que sy en lo que Vuestra Señoría travajó, y en lo que yo añadí, no hay habundantíssima copia de auctoritades y prophetías para el propósito ut sequitur (como sigue) no al… [to]dos… libros del Testamento viejo & nuevo, ny quanto escrivieron los sanctos varon[es] y doctores. Plega al Señor que hayga spírito cum gana y desseo para ello, et sufficit (y él puede hacer esto). Si [otr]a cosa alguna manda Vuestra Señoría, assy en esto, como in reliquis me semper promptum et paratissimum fore iam novit (en lo demás ya sabe que siempre estaré dispuesto y muy preparado). Fecha en esta su sancta Casa de las Cuevas en XXIII de março de 1502 años &c.5

Comienza el Lib[ro o colección de au]ctoridades, dichos, sentencias y p[rofecías] acerca de la recuperación de la sancta ciudad y del monte de Dios, Sión, y acerca de la invención y conversión de las islas de la India y de todas las gentes y naciones, a nuestros reyes hispanos, Fernando e Isabel.

Fol. 2

+

De Summa del Doctor Angélico
[Santo Tomás de Aquino]6
Exposición sobre lo dicho

La Sagrada Escritura se expone de cuatro modos. El primero, según el sentido histórico, tiene que ver con la historia, o sea la narración de los acontecimientos, de hystrion, palabra que quiere decir «ver» o «conocer»; entre los antiguos nadie escribía la historia a menos que hu-biese presenciado los sucesos. El segundo es el alegórico, de leon, una palabra que significa «distintamente», y gore, que significa «decir» o «locución»; y esto cuando por medio de un hecho se da a entender otro distinto, que ha de ser creído. El tercero es el tropológico, término compuesto de tropos, que significa «conversión», y la palabra logos, que quiere decir «definición»; y esto cuando mediante un hecho se da a entender algo que nos enseña cómo debemos comportarnos. El cuarto es el anagógico, de ana que significa «hacia arriba» y goge que significa «conducción»; y esto cuando por un hecho se da a entender lo que debe ser deseado, a saber, la gloria celestial.

De Juan Gerson7 y In Decretis

La letra [el sentido literal] enseña los hechos; la alegoría, lo que debes creer; el sentido moral [la tropología] lo que debes hacer; la anagogía lo que debes intentar.

De In Rationali divini offitii

En la palabra Jerusalán se insinúan claramente los cuatro sentidos de la Sagrada Escritura. En el sentido histórico significa la ciudad terrestre a la que se dirigen los peregrinos; en el alegórico significa la Iglesia militante; en el tropológico significa cualquier alma fiel; en el anagógico significa la Jerusalén celestial, la patria o reino de los cielos.

Enunciadas estas cosas, oremos

Dios, que enseñas los corazones de los hombres sin estrépito de voces y sin esfuerzo, que haces elocuentes las lenguas balbucientes, y que te haces presente prontamente en todo tiempo oportuno, considera

Fol. 2 vuelto

los pensamientos de nuestra mente y sé propicio a nues-tro deseo. Nosotros, pues, por cuanto no conocemos la literatura, hemos, sí, penetrado en tu poder, porque es bienaventurado el hombre a quien tú instruyes, Señor, y le enseñas tu ley. Haz, te rogamos, que entendamos lo que de ti y de tu santo lugar se ha escrito, bajo la inspiración del Espíritu, en sentencias, libros y profecías. Amén.8

+

Es de notar que en las Sagradas Escrituras se pone a veces un tiempo [del verbo] por otro, como el pretérito por el futuro &c.

«Todas las cosas que le oí a mi Padre, os las he dado a conocer».9 De donde San Agustín, en cierto sermón predicado en la fiesta de Santo Tomás Apóstol, dice: Nuestro Señor Jesucristo dijo que había hecho todo lo que debía hacer y cumplió las cosas que fueron predichas. Así pues, cuando dijo por el profeta, «Horadaron mis manos y mis pies»,10 no dijo «han de horadar», sino co-mo ha-blando de cosas pretéritas; y sin embargo estaba prediciendo acontecimientos que habían de realizarse en un tiempo futuro. Por tanto, Jesús dice en aquel texto que había revelado a los discípulos todo lo que él sabía, en la plenitud de su conocimiento, que había de tener lugar &c. (Hay que buscar estas cosas, si le place.)

De De summo bono del bienaventurado Isidoro11
Libro I, Capítulo 25

Existe una figura en cuanto al empleo de los tiempos [de los verbos] para narrar cosas futuras como si ya hubieran tenido lugar. Por ejemplo: «Horadaron mis manos y mis pies» y «Contaron todos mis huesos» y «Repartieron entre sí mis vestidos»12 y otros ejemplos semejantes. Pero ¿por qué se narran los acontecimientos predichos como ya realizados? Es porque las cosas que parecen futuras a nuestra perspectiva, ya han tenido lugar según la perspectiva de Dios en la eternidad. Y así también las demás que, en su totalidad, han de ser efectuadas por él.

Fol. 3

De la Glosa de Nicolás de Lyra13 sobre Daniel, Capítulo 8

+ Es de notar que los siguientes textos evidencian el hecho de que a veces existe un doble sentido literal en la Sagrada Escritura, por cuanto lo sucedido en el Antiguo Testamento prefigura lo realizado en el Nuevo Testamento, según lo que dice el Apóstol [Pablo] en el décimo capítulo de la primera carta a los Corintios, «Todo esto les acontecía en figura».14 Por consiguiente, cuando en el Antiguo Testamento se predice algo como realizado en alguna persona del Antiguo Testamento, se realiza de una forma más verdadera y perfecta en alguna del Nuevo Testamento. Entonces, en esos casos, hay un doble sentido literal, uno menos principal y otro más principal que aquél, a saber, en quien se cumple lo predicho de una forma más perfecta. Por ejemplo, en 1 Paralipómenos, capítulo 22, se dice, «Y él me será a mí por hijo, y yo le seré por padre»,15 que es la palabra del Señor, hablando de Salomón, que fue hijo de Dios por adopción en el principio de su reinado, por lo que se le puso por nombre «amado de Jehová» en 2 Reyes 12,16 y así se cumplió la palabra literalmente en Salomón, pero de una forma más perfecta en Cristo, que es Hijo de Dios por naturaleza y que fue prefigurado por Salomón. Por tanto, ese texto se entiende en el sentido literal tanto de Salomón como de Cristo, pero menos principalmente de Salomón y más principalmente de Cristo. Así pues el Apóstol

Fol. 3 vuelto

alega, en el capítulo 1 de la carta a los Hebreos,17 que la profecía citada [Salmo 2:7] habla literalmente de Cristo. Asimismo, conforme al propósito, Daniel trata de la lucha de los reyes de los griegos y de los medos bajo la se-me-janza del carnero y del macho cabrío, pero su principal intento es tratar de la lucha del Anticristo o sus secuaces y de los cristianos. Por lo mismo hay en ese texto un doble sentido literal, como aparece en lo susodicho &c.

Fol. 4

+

Carta del almyrante al rey y a la rreyna

Christianísimos & muy altos prínçipes:

La rasón que tengo, de la restituçión de la Casa santa a la Santa Yglesia militante es la syguiente.

Muy altos rreyes. De muy pequeña hedad entré en la mar navegando, e lo he continuado fasta oy. La mesma arte ynclina a quien le prosigue a desear de saber los se-cretos d’este mundo. Ya pasan de XL años que yo voy en este uso. Todo lo que fasta oy se navega, todo lo he andado. Trauto y conversaçión he tenido con gente sabia, heclesiásticos e seglares, Latinos y Griegos, Judíos y Moros, y con otros muchos de otras setas. A este mi deseo fallé a Nuestro Señor muy propicio, y ove d’él para ello espírito de ynteligençia: en la marinería me fiso abondoso, de astrología me dió lo que abastava, y asy de geometría y arismética, y engenio en el ánima, y manos para debusar espera, y en ella las çibdades, ryos y montañas, yslas y puertos, todo en su propio sytio.

En este tiempo he yo visto y puesto estudio en ver de todas escrituras, cosmografía, ystorias, corónicas, y fylosofía, y de otras artes, a que me abrió Nuestro Señor el entendimiento con mano palpable a que era hasedero navegar de aquí a las Yndias, y me abrió la voluntad para la hexecuçión d’ello. Y con este fuego vine a Vuestras Altezas. Todos aquellos que supieron de mi ynpresa con rixa le negaron burlando. Todas las çiencias, de que dise ar[r]iba, non me aprovecharon, ni las abtoridades d’ellas. En sólo Vuestras Altezas quedó la fee y costançia. ¿Quién dubda que esta lunbre no fuese del Espírito Santo, asy como de mí? El qual con rrayos de claridad maravillosos consoló con su santa y sacra Escritura, a vos muy alta y clara, con quarenta y quatro libros del viejo Testamento, y quatro hevangelios, con veynte & tres hepístolas de aquellos bienaventurados apóstoles, abibándome que yo prosyguiese, y de contino, sin çesar un momento, me abiban con gran priesa?

Milagro ebidentísimo quiso faser Nuestro Señor en esto del viaje de las Yndias, por me consolar a mí y a otros en est’otro de la Casa santa. Siete años pasé aquí en su real corte, disputando el caso con tantas pre-

Fol. 4 vuelto

sonas de tanta abtoridad y sabios en todas artes; y en fin concluyeron que todo hera vano, y se desistieron con esto d’ello. Después, paró en lo que Jhesu Christo nuestro redentor diso, y de antes avía dicho por boca de sus san-tos profetas. Y así se deve de creher que parerá est’otro; y en fee d’ello, si lo dicho no abasta, doy el sacro evangelio, en que dixo que todo pasaría, mas no su pa-labra maravillosa;18 y con esto diso que todo hera nesçesario que se acabase quanto por él y por los profetas estava escrito.19

Yo dise que diría la rasón que tengo de la restituçión de la Casa santa a la santa Yglesia. Digo que yo deso todo mi navegar desde hedad nueva, y las pláticas que yo aya tenido con tanta gente en tantas tierras y de tantas setas, y dexo las tantas artes y escrituras de que yo dyxe a[r]riba; solamente me tengo a la santa y sacra Escritura, y a algunas abtoridades proféticas de algunas presonas santas, que por revelaçión divina han dicho algo d’esto.

Pudiera ser que Vuestras Altezas y todos los otros que me conosçen, y a quien esta escritura fuere amostrada, que en secreto o públicamente me reprehenderán de reprehensión de diversas maneras: de non doto en letras, de lego marinero, de honbre mundanal, &c.

Respondo aquello que dixo San Mateus: «¡O, Señor, que quisistes tener secreto tantas cosas a los sabios, y rebelástelas a los ynoçentes!»20 Y el mesmo san Mateos: «Yendo Nuestro Señor en Jherusalem, cantaban los mochachos: ‘¡Osana fijo de David!’ Los scribas, por le tentar, le preguntaron sy oya lo que desían; y él les respondió que sy, disiendo: ‘¿No sabéys vos que de la boca de los niños e ynoçentes se pronunsçia la verdad?’»;21 o más largo de los apóstoles, que dixieron cosas tan fundadas, en espeçial san Juan: «Yn prinyipio erat verbum, et verbum erat apud Deum»,22 &c., palabras tan altas de presonas que nunca deprehendieron letras.

Digo que el Espíritu Santo obra en Christianos, Judíos, Moros, y en todos otros de toda seta, y no solamente en los sabios, mas en los ynorantes; que en mi tiempo yo he visto aldeano que da cuenta del çielo y estrellas y del curso d’ellas mejor que otros, que gastaron dineros en ello; y digo que no solamente el Espíritu Santo rebela las cosas de porvenir a las

Fol. 5

criaturas racionales,23 mas nos las amuestra por señales del çielo,24 del ayre, y de las bestias cuando le aplaz, co-mo fue del boy que falló en Rroma al tiempo de Julio Çésar,25 y en otras muchas maneras que serían prolixas para desir, y muy notas para todo el mundo.

(En el margen derecho) Séneca VII, tragedia de Medea en el coro,‘audax nimium’: «Vernán los tardos años del mundo»…

La Sacra Escritura testifica en el Testamento viejo, por boca de los profetas, y en el nuebo por nuestro redentor Jhesu Christo, qu’este mundo a de aver fin; los señales de quándo esto aya de ser diso Mateo y Marco y Lucas;26 los profetas abondosamente tanbién lo avían predicado.

Santo Agostín diz que la fin d’este mundo ha de ser en el sétimo millenar de los años de la criaçión d’él;27 los sacros teólogos le siguen, en espeçial el cardenal Pedro de Ayliaco28 en el verbo XI y en otros lugares, como diré abaso.

De la criaçión del mundo, o de Audán fasta el avenimiento de Nuestro Señor Jhesu Christo son çinco mill e tresientos y quarenta e tres años, y tresientos y diez e ocho días, por la cuenta del rey don Alonso,29 la qual se tiene por la más çierta. Pedro de Ayliaco, Elucidario astronomice concordie cum theologica & hystorica veritate30 sobre el verbo X, con los quales poniendo mill y quingentos y uno ynperfeto, son por todos seys mill ochoçientos quarenta & çinco ynperfetos.

Segund esta cuenta, no falta salvo çiento e çinquenta y çinco años para conplimiento de siete mill, en los quales dise ar[r]iba por las abtoridades dichas que avrá de feneçer el mundo. Nuestro Redentor diso que antes de la consumaçión d’este mundo se abrá de conplir todo lo qu’estava escrito por los profetas.

Los profetas, escriviendo, fablavan de diversas maneras el de por venir por pasado y el pasado por venir, y asymismo del presente; y disieron muchas cosas por semejança, otras propincas a la verdad, y otras por entero a la letra; y uno más que otro, y uno por mejor manera, y otro no tanto. Ysays es aquél que más alaba san Gerónimo y santo Agostín, y los otros dotores, a todos, apruevan y tienen en grande reverençia; de Ysaya disen que no solamente pro[p]heta, mas hevangelista. Este pu-so toda su diligençia a escrevir lo venidero y llamar toda la gente a nuestra santa fee católica.

Fol. 5 vuelto

Muchos santos dotores y sacros teólogos escryvieron sobre todas las profeçías y los otros libros de la sacra Escritura; mucho nos alunbraron de lo que teníamos ynnoto, bien que en ello en muchas cosas discordan; algunas ovo de que no le fue alargado la ynteleg[enc]ia.

Torno a replicar mi protestaçión de no ser dicho presunçioso sin çiençia, y me allego de contino al desir de san Mateus, que diso: «¡O Señor, que quisyste tener secreto tantas cosas a los sabios, y rebelástelas a los ynoçentes!»;31 y con esto pago, y con la espiriençia que d’ello se a visto.

Grandísyma parte de las profeçías y sacra Es[cri]ptura está ya acabado; ellas lo disen,32 y la santa Yglesia a alta boz sin çesar lo está disiendo, y no es menester otro testimonio. De una diré porque haz a mi caso, y la cual me descansa y fas contento quantas vezes yo pienso en ella.

Yo soy pecador grabísimo.33 La piadad y misiricordia de Nuestro Señor sienpre que yo he llamado por ellas, me han cobierto todo; cosolaçión suabísima he fallado en hechar todo mi cuydado34 a contenplar su maravilloso conspeto.

Ya dise que para la hesecuçión de la ynpresa de las Yndias no me aprovechó rasón, ni matemática, ny mapamundos; llenamente se cunplió lo que diso Ysayas. Y esto es lo que deseo de escrevir aquí por le redusir a Vuestras Altezas a memoria, y porque se alegren del otro que yo le diré de Jherusalen por las mesmas autoridades, de la qual ynpresa, si fee ay, tengan por muy çierto la vitoria.

Acuérdense Vuestras Altezas de los hevangelios y de tantas promesas que Nuestro Redentor nos fiso, y quán esprimentado está todo. San Pedro, cuando saltó en la mar, andovo sobr’ella en quanto la fee fue firme.35 Quien toviere tanta fee como un grano de paniso, le obedeçerán las montañas;36 quien toviere fee, demande, que todo se le dará;37 pusad y abriros han.38 No deve nadie de temer a tomar qualquiera ynpresa en nonbre de Nuestro Salvador, seyendo justa y con sana yntinçión para su santo serviçio; a santa Catalina socorrió después que vido la prueva d’ella. Acuérdense Vuestras Altezas que con pocos dineros tomaron la ynpresa d’este reyno de Granada. La determinaçión de toda cosa la desó Nuestro Señor a cada uno en su albedrío, bien que a muchos amonesta. Ninguna

Fol. 6

cosa le falta, que sea en el poder de la gente para dársela. ¡O qué Señor tam bueno, que dessea que faga la gente con que le sea él a cargo! De día y de noche y todos momentos le debrían las gentes dar gratias devotíssimas.

Yo dise arriba que quedava mucho por complir de las prophetías, y digo que son cosas grandes en el mundo, y digo que la señal es que Nuestro Señor da priessa en ello: el predicar del Evangelio en tantas tierras de tan poco tiempo acá me lo diçe.39

B. El abad Johachín, calabrés,40 diso que había de salir de España quien havía de redificar la Casa del monte Sión.

A. El cardenal Pedro de Ayliaco mucho escrive del fin de la seta de Mahoma, y del avenimiento del Antechristo en un tratado que hiso De concordia astronomie, veritatis & narrationis historice,41 en el qual recita el dicho de muchos astrónomos sobre las diez reboluciones de Saturno, y en espeçial en el fin del dicho libro en los nueve postreros capítulos.

Fol. 6 vuelto
+

Salmo 2[:6-8]42

Yo mismo he ungido a mi rey
Sobre Sión, mi santo monte.
Yo publicaré el decreto;
Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú;
Yo te he engendrado hoy.
Pídeme, y te daré por herencia las naciones,
Y como posesión tuya los confines de la tierra. &c.

Salmo 5[:7]

Mas yo . . . entraré en tu casa;
En tu santo templo me postraré, lleno de tu temor. &c.

Salmo 8[:1]

¡Oh Jehová, Señor nuestro,
Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra! &c.

Salmo 9[:5, 11, 13-15, 17, 19, 20; Salmo 10:16]

Reprendiste a las naciones, destruiste al malo,
Borraste el nombre de ellos eternamente y para siempre. &c.
Cantad a Jehová que habita Sión;
Publicad entre los pueblos sus hazañas. &c.
Ten misericordia de mí, Jehová;
Mira mi aflicción que padezco a causa de los que me aborrecen,
Levántame de las puertas de la muerte,
Para que proclame yo todas tus alabanzas
En las puertas de la hija de Sión,
Gozoso por tu salvación.
Se hundieron las naciones en el hoyo que hicieron; &c.
Los malos serán trasladados al Seol,
Todas las gentes que se olvidan de Dios. &c.
Levántate, oh Jehová; no triunfe el hombre;
Sean juzgadas las naciones delante de ti.
Oh Jehová, infúndeles temor;
Y aprendan las naciones que no son sino hombres. &c.
Jehová es Rey eternamente y para siempre;
De su tierra han sido barridos los gentiles. &c.

Fol. 7
+

Salmo 17 [Salmo 18:43, 44, 49]

Me has hecho cabeza de naciones;
Pueblo que yo no conocía me sirve.
En cuanto me oyen, me obedecen; &c.
Por tanto, yo te confesaré entre las naciones, oh Jehová,
Y cantaré a tu nombre. &c.

Salmo 18 [Salmo 19:1-4]

Los cielos cuentan la gloria de Dios,
Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
Un día comunica el mensaje a otro día,
y una noche a otra noche declara la noticia.
No es un lenguaje de palabras,
ni es oída su voz.
Pero por toda la tierra salió su pregón,
Y hasta el extremo del mundo su lenguaje.

Salmo 19 [Salmo 20:1, 2]

Jehová te oiga en el día de la angustia;
El nombre de Dios de Jacob te defienda.
Te envíe ayuda desde el santuario,
Y desde Sión te sostenga. &c.

Salmo 21 [Salmo 22: 27, 28]

Se acordarán, y se volverán a Jehová todos los confines de la tierra,
Y todas las familias de las naciones adorarán delante de ti.
Porque de Jehová es el reino,
Y él regirá las naciones. &c.

Salmo 23 [Salmo 24:1]

De Jehová es la tierra y cuanto hay en ella. &c.

Salmo 25 [Salmo 26:8]

Jehová, la habitación de tu casa he amado,
Y el lugar de la morada de tu gloria. &c.

Fol. 7 vuelto

Salmo 26 [Salmo 27:4]

Una sola cosa he pedido a Jehová, y la vengo buscando:
Que repose yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida,
Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo. &c.

Salmo 28 [Salmo 29:9, 10]

En su templo todo proclama su gloria. &c.
Y se sienta Jehová como rey para siempre. &c.

Salmo 32 [Salmo 33:5, 8]

De la misericordia de Jehová está llena la tierra. &c.
Tema a Jehová toda la tierra;
Teman delante de él todos los habitantes del
mundo. &c.

Salmo 42 [Salmo 43:3]

Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán;
Me conducirán a tu santo monte,
Y a tus moradas. &c.

Salmo 45 [Salmo 46:10]

Estad quietos, y conoced que yo soy Dios;
Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.

Salmo 46 [Salmo 47:1-3, 8]

Pueblos todos, batid palmas;
Aclamad a Dios con gritos de júbilo.
Porque Jehová el Altísimo es temible;
Rey grande sobre toda la tierra.
Él someterá a los pueblos debajo de nosotros,
Y a las naciones debajo de nuestros pies. &c.
Reinó Dios sobre las naciones. &c.

Fol. 8

+

Salmo 47 [Salmo 48:1, 2, 8, 10-12]

Grande es Jehová, y digno de ser en gran manera alabado
En la ciudad de nuestro Dios, en su monte santo.
Hermoso por su situación, el gozo de toda la
tierra,
Es el monte de Sión, a los lados del norte,
La ciudad del gran Rey. &c.
Como lo habíamos oído, así lo hemos visto
En la ciudad de Jehová de los ejércitos, en la ciudad de Nuestro Dios; &c.
Conforme a tu nombre, oh Dios,
Así es tu loor hasta los confines de la tierra;
De justicia está llena tu diestra.
Alégrese el monte de Sión; &c.
Andad alrededor de Sión, y rodeadla; al final.

Salmo 49 [Salmo 50: 1, 2]

El Dios de dioses, Jehová, ha hablado, y convocado la tierra,
Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone.
Desde Sión, dechado de hermosura,
Dios ha resplandecido.

Salmo 50 [Salmo 51:18]

Haz bien con tu benevolencia a Sión;
Reedifica los muros de Jerusalén. &c.

Salmo 56 [Salmo 57:9-11]

Te alabaré entre los pueblos, oh Señor;
Cantaré de ti entre las gentes.
Porque grande es hasta los cielos tu misericordia,
Y hasta las nubes tu verdad.
¡Álzate, oh Dios, sobre los cielos!
Sobre toda la tierra sea tu gloria.

Salmos 58 [Salmo 59:5, 8, 13]

Levántate para castigar a todos los gentiles; &c.
Te burlarás de todos los gentiles. &c.
Y sépase que Dios gobierna en Jacob,
Hasta los confines de la tierra.

Salmo 64 [Salmo 65:1, 2, 4, 5]

A ti es debida la alabanza en Sión, oh Dios,
Y a ti se cumplirán los votos [en Jerusalén].
Tú oyes la oración;
A ti vendrá toda carne. &c.
Bienaventurado el que tú escoges y atraes a ti,
Para que habite en tus atrios;
Seremos saciados del bien de tu casa,
De la santidad de tu templo.
Con portentos de justicia nos respondes,
Oh Dios de nuestra salvación,
Esperanza de todos los términos de la tierra,
Y de los más remotos confines del mar. &c.

Fol. 8 vuelto

+

Del libro

Salmo 65 [Salmo 66:1, 2, 4, 7, 8, 13, 14]

Aclamad a Dios con alegría, toda la tierra.
Cantad la gloria de su nombre;
Dadle gloria en la alabanza. &c.
Toda la tierra te adorará,
Y cantará a ti;
Salmodiarán a tu nombre. &c.
Sus ojos atalayan sobre las naciones; &c.
Bendecid, pueblos, a nuestro Dios,
Y haced oír la voz de su alabanza.
Entraré en tu casa con holocaustos;
Te cumpliré mis votos,
Los que pronunciaron mis labios
Y profirió mi boca, cuando estaba angustiado. &c.

Salmo 66 [Salmo 67:3, 4]

Te alaben los pueblos, oh Dios;
Todos los pueblos te alaben.
Alégrense y gócense las naciones,
Porque juzgas los pueblos con equidad,
Y pastoreas las naciones de la tierra. &c.

Salmo 67 [Salmo 68: 29]

Por razón de tu templo en Jerusalén
Los reyes te ofrecerán dones.

Salmo 68 [Salmo 69:9, 35]

Porque me devora el celo de tu casa;
Y los denuestos de los que te insultaban cayeron sobre mí. &c.
Porque Dios salvará a Sión, y reedificará las ciudades de Judá. &c.

Salmo 71 [Salmo 72:10, 11, 17, 19]

Los reyes de Tarsis y de las costas traerán
presentes;
Los reyes de Sabá y de Seba ofrecerán dones.
Todos los reyes se postrarán delante de él;
Todas las naciones le servirán. &c.
Será su nombre para siempre. &c.
Todas las naciones lo llamarán bienaventurado. &c.
Y toda la tierra sea llena de su gloria. &c.

Salmo 73 [Salmo 74:2, 7, 12]

Acuérdate de tu congregación, la que adquiriste desde tiempos antiguos,
La que redimiste para hacerla la tribu de tu
herencia;
Este monte de Sión, donde has habitado. &c.
Han prendido fuego a tu santuario,
Han profanado el tabernáculo de tu nombre, echándolo a tierra. &c.
Pero Dios es mi rey desde tiempo antiguo;
El que obra salvación en medio de la tierra.

Fol. 9

De los Salmos

Salmo 75 [Salmo 76: 1, 2]

Dios es conocido en Judá;
En Israel es grande su nombre.
En Salem está su tabernáculo,
Y su habitación en Sión. &c.

Salmo 78 [Salmo 79:1]

Oh Dios, los gentiles han invadido tu heredad;
Han profanado tu santo templo;
Redujeron a Jerusalén a escombros. &c.

Salmo 81 [Salmo 82:8]

Levántate, oh Dios, juzga la tierra;
Porque tú eres el dueño de todas las naciones.

Salmo 83 [Salmo 84: 1, 2, 7]

¡Cuan amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos!
Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; &c.
Irán de fortaleza en fortaleza;
Verán a Dios en Sión.

Salmo 85 [Salmo 86:8-10]

Oh Señor, ninguno hay como tú entre los dioses,
Ni obras que igualen tus obras.
Todas las naciones que hiciste vendrán y adorarán delante de ti, Señor,
Y glorificarán tu nombre.
Porque tú eres grande, y hacedor de maravillas;
Sólo tú eres Dios. &c.

Salmo 86 [Salmo 87:1-3]

Su cimiento está en el monte santo.
Ama Jehová las puertas de Sión
Más que todas las moradas de Jacob.
Cosas gloriosas se han dicho de ti,
Ciudad de Dios. &c.

Salmo 88 [Salmo 89:1, 5, 19, 20]

Las misericordias de Jehová cantaré perpetuamente. &c.
Celebrarán los cielos tus maravillas, oh Jehová,
Y la asamblea de tus santos ángeles, tu verdad. &c.
Entonces hablaste en visión a tus santos, &c.
Hallé a David mi siervo. &c. al final.

Fol. 9 vuelto

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Salmo 91 [Salmo 92:1, 13-15]

Bueno es alabarte, oh Jehová,
Y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo. &c.
Plantados en la casa de Jehová,
En los atrios de nuestro Dios florecerán.
Aun en la vejez fructificarán;
Estarán vigorosos y lozanos,
Para anunciar… &c.

Salmo 92 [Salmo 93:1,5]

Jehová reina; se vistió de majestad;
Jehová se vistió, se ciñó de poder. &c.
Tus testimonios son muy fidedignos;
La santidad es propia de tu casa,
Oh Jehová, por los siglos y para siempre.

Salmo 95 [Salmo 96:1, 3-5, 7-10]

Cantad a Jehová cántico nuevo;
Cantad a Jehová toda la tierra. &c.
Proclamad entre las naciones su gloria,
En todos los pueblos sus maravillas.
Porque grande es Jehová, y digno de suprema alabanza;
Temible sobre todos los dioses.
Porque todos los dioses de los pueblos son meras figuras;
Pero Jehová hizo los cielos. &c.
Tributad a Jehová, oh familias de los pueblos,
Tributad a Jehová la gloria y el poder.
Dad a Jehová la honra debida a su nombre;
Traed ofrendas, y venid a sus atrios.
Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad;
Tema delante de él toda la tierra.
Decid entre las naciones: Jehová reina. &c. al final.

Salmo 96 [Salmo 97:1, 6-8]

Jehová reina; regocíjese la tierra,
Alégrense las muchas islas. &c.
Los cielos anuncian su justicia,
Y todos los pueblos ven su gloria.
Avergüéncense todos los que sirven a las imágenes de talla,
Los que se glorían en los ídolos.
Póstrense a él todos los dioses.
Lo oye Sión, y se alegra. &c. al final.

Salmo 97 [Salmo 98:2]

Jehová ha hecho notoria su salvación;
A vista de la naciones ha descubierto su justicia.

Fol. 10

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Salmo 98 [Salmo 99:1, 2, 9]

Jehová reina; tiemblan los pueblos.
Él está sentado sobre los querubines, estremézcase la tierra.
Jehová es grande en Sión,
Y encumbrado sobre todos los pueblos. &c.
Exaltad a Jehová nuestro Dios,
Y postraos ante su santo monte,
Porque Jehová nuestro Dios es santo. &c.

Salmo 99 [Salmo 100:1]

Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. &c.

Salmo 101 [Salmo 102:13, 15, 16, 21]

Te levantarás y tendrás misericordia de Sión,
Porque es tiempo de tener misericordia de ella, porque el plazo ha llegado. &c.
Entonces las naciones temerán el nombre de Jehová,
Y todos los reyes de la tierra tu gloria;
Por cuanto Jehová habrá edificado a Sión,
Y en su gloria será manifestado; &c.
Para pregonar en Sión el nombre de Jehová,
Y su alabanza en Jerusalén. &c. al final.

Salmo 104 [Salmo 105:1, 7]

Alabad a Jehová, invocad su nombre;
Dad a conocer sus obras en los pueblos. &c.
Él es Jehová nuestro Dios;
En toda la tierra están sus juicios.

Salmo 105 [Salmo 106:1, 47]

Alabad a Jehová, porque él es bueno;
Porque para siempre es su misericordia. &c.
Sálvanos, Jehová Dios nuestro,
Y recógenos de entre las naciones,
Para que alabemos tu santo nombre,
Para que nos gloriemos en tus alabanzas. &c.

Salmo 107 [Salmo 108:3-7]

Te alabaré, oh Jehová, entre los pueblos;
A ti cantaré salmos entre las naciones.
Porque más grande que los cielos es tu
misericordia,
Y hasta los cielos tu verdad.
Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios,
Y sobre toda la tierra sea enaltecida tu gloria.
Para que sean librados tus amados,
Salva con tu diestra y respóndeme.
Dios ha dicho en su santuario. &c.

Fol. 10 vuelto

Salmo 112 [Salmo 113:2-4]

Sea el nombre de Jehová bendito
Desde ahora y para siempre.
Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone,
Sea alabado el nombre de Jehová.
Excelso sobre todas las naciones es Jehová. &c.

Salmo 113 [Salmo 115:1-5]

No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros,
Sino a tu nombre da gloria,
Por tu misericordia, por tu verdad.
¿Por qué han de decir las gentes:
Dónde está ahora su Dios?
Nuestro Dios está en los cielos;
Todo lo que quiso ha hecho.
Los ídolos de ellos son plata y oro,
Obra de manos de hombres.
Tienen boca, mas no hablan;
Tienen ojos, mas no ven. &c.

Salmo 115 [Salmo 116:16-19]

Tú sueltas mis ligaduras.
Te ofreceré sacrificio de alabanza,
E invocaré el nombre de Jehová.
A Jehová cumpliré ahora mis votos
Delante de todo su pueblo,
En los atrios de la casa de Jehová,
En medio de ti, oh Jerusalén.

Salmo 116 [Salmo 117:1, 2]

Alabad a Jehová, naciones todas;
Pueblos todos, alabadle.
Porque ha prevalecido su misericordia sobre
nosotros,
Y la fidelidad de Jehová es para siempre.

Salmo 121 [Salmo 122:1, 2]

Yo me alegré cuando me dijeron:
A la casa de Jehová iremos.
Y ahora ya se posan nuestros pies
Dentro de tus puertas, oh Jerusalén. &c.

Salmo 125 [Salmo 126:1, 2]

Cuando Jehová hizo volver la cautividad de Sión,
Estábamos como los que sueñan.
Entonces nuestra boca se llenó de risa,
Y nuestra lengua de alabanza;
Entonces se decía entre las naciones:
Grandes cosas ha hecho Jehová con éstos. &c.

Fol. 11

Salmo 127 [Salmo 128:1, 5, 6]

Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová,
Y anda en sus caminos. &c.
Bendígate Jehová desde Sión,
Que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida,
Y veas a los hijos de tus hijos.
¡Paz sobre Israel!

Salmo 128 [Salmo 129:4, 5]

Jehová es justo;
Cortó las coyundas de los impíos.
Serán avergonzados y retrocederán
Todos lo aborrecen a Sión. &c.

Salmo 131 [Salmo 132:1, 6, 7, 12, 13]

Tenle en cuenta, oh Jehová, a David,
Todos sus desvelos. &c.
He aquí oímos que está en Efrata;
La hallamos en los Campos del Bosque.
Entremos en su tabernáculo;
Postrémonos ante el estrado de sus pies. &c.
Sus hijos también se sentarán sobre tu trono para siempre.
Porque Jehová ha elegido a Sión;
La quiso por habitación para sí. &c.

Salmo 133 [Salmo 134:1-3]

Mirad, bendecid a Jehová,
Vosotros todos los siervos de Jehová,
Los que en la casa de Jehová estáis por las noches.
Alzad vuestras manos al santuario,
Y bendecid a Jehová.
Desde Sión te bendiga Jehová,
El cual ha hecho los cielos y la tierra.

Salmo 134 [Salmo 135:1, 2, 21]

Alabad el nombre de Jehová;
Alabadle, siervos de Jehová;
Los que estáis en la casa de Jehová,
En los atrios de la casa de nuestro Dios. &c.
Desde Sión sea bendecido, Jehová,
El que habita en Jerusalén. &c.

Salmo 135 [Salmo 136:1-3]

Alabad a Jehová, porque él es bueno. &c.
Alabad al Dios de los dioses. &c.
Alabad al Señor de los señores. &c. al final.

Fol. 11 vuelto

Salmo 137 [Salmo 138:1, 2, 4]

Delante de los dioses te cantaré salmos.
Me postraré hacia tu santo templo,
Y alabaré tu nombre. &c.
Te alabarán, oh Jehová, todos los reyes de la tierra,
Cuando hayan oído los oráculos de tu boca. &c.

Salmo 144 [Salmo 145:10-13]

Te alaben, oh Jehová, todas tus obras,
Y tus santos te bendigan.
La gloria de tu reino divulguen,
Y hablen de tu poder.
Para hacer saber a los hijos de los hombres tus poderosos hechos,
Y la gloria de la magnificencia de tu reino.
Tu reino es un reino de todos los siglos,
Y tu señorío, por todas las generaciones. &c.

Salmo 145 [Salmo 146:1, 2, 10]

Alaba, oh alma mía, a Jehová.
Alabaré a Jehová en mi vida;
Cantaré salmos a mi Dios mientras viva. &c.
Reinará Jehová para siempre;
Tu Dios, oh Sión, de generación en generación.

Salmo 147[:12]

Alaba a Jehová, Jerusalén;
Alaba a tu Dios, oh Sión. &c. al final.

Salmo 148[:1, 11-13]

Alabad a Jehová desde los cielos. &c.
Los reyes de la tierra y todos los pueblos,
Los príncipes y todos los jueces de la tierra;
Los jóvenes y también las doncellas,
Los ancianos y los niños.
Alaben el nombre de Jehová.
Porque sólo su nombre es sublime. &c.

Salmo 149[:1, 2]

Cantad a Jehová un cántico nuevo. &c.
Los hijos de Sión se gocen en su Rey. &c.



Salmo 150[:6]

Todo lo que respira alabe a JAH. Amén.

Fol. 12

+

Oración de Salomón: Eclesiástico 36

Ten piedad, Señor, del pueblo llamado con tu nombre, de Israel, a quien igualaste con el primogénito. Ten compasión de tu santa ciudad, de Jerusalén, lugar de tu reposo. Llena a Sión de tu alabanza, y de tu gloria tu santuario. Da testimonio a tus primeras criaturas, mantén las profecías dichas en tu nombre. Da su recompensa a los que te aguardan, y que tus profetas queden acreditados. Escucha, Señor, la súplica de tus siervos, según la bendición de Aarón sobre tu pueblo (y dirígenos por la senda de la justicia). Y que todos los de la tierra reconozcan que tú eres el Señor, el Dios eterno.43

Haré semejante a éste mi siervo
al sabio varón sagaz y prudente,
que funda y ordena por modo excelente.

Fol. 12 vto.

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Isidoro [de Sevilla], Etimologías, Libro 7,
Capítulo 8

Los géneros de profecías son siete. El primer género es la mente en estado extático, como en el caso de Pedro cuando le sobrevino un éxtasis y vio descender del cielo un vaso con varios animales.44 El segundo género es la visión, como en el caso de Isaías que dice: «Vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime».45 El tercer géne-ro es el sueño, como en el caso de Jacob cuando en un sueño vio una escalera que estaba apoyada en el cielo.46 El cuarto género es mediante una nube, como en el caso de Dios que habló a Moisés y a Job después de sus su-frimientos. El quinto género es la voz del cielo, como la que habló a Abraham, diciendo: «No extiendas tu mano sobre el muchacho»;47 y la voz que le dijo a Saulo en el camino: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?»48 El sexto género es por medio de la parábola, como en el ca-so de Salomón en los Proverbios, y Balaam, cuando fue llamado por Balac. El séptimo género es la plenitud del Espíritu Santo, como en el caso de la mayoría de los profetas.

Sigue

Algunos dijeron que son tres los géneros de la visión profética: uno según los ojos del cuerpo, &c.; otro según el espíritu, por el que se forma una imagen de las cosas que sentimos por medio del cuerpo, &c.; el tercer género de visión no involucra los sentidos corporales ni aquella parte del alma con la que se captan las imágenes de las cosas corporales, sino más bien la intuición de la mente con la que se percibe la verdad. &c. en el mismo lugar.

Fol. 13

+

Rabí Samuel,49 &c.

En una epístola, o carta trasladada de arávigo en rromançe, la qual embió el rrabí Samuel de Israel, natural de la çibdad de Fis, a maestre Ysaach, rrabbí de la synagoga de Marrucos &c., los quales después fueron buenos y fieles christianos.

Capítulo 16

Señor myo maestro. Como nos entre nos, et yo entre my leo, & nos leemos que so & que somos fijos de Jacob patriarcha, mucho he pavor que sea complido en nos aquello, que es dicho por la boca de Ysaías en el capítulo XXX: «Matar te ha Dios, o Israel, et llamará sus siervos por otro nombre».50 Temor he, señor, que aquellos siervos son los gentiles, a los quales deve ser puesto aquel nombre, segund que diçe Moysén: «Serán los gentiles a la cabeça, et el pueblo incrédulo a la cola»;51 segund que nos somos, ya son más de mill años. Aun de los gentiles diçe Hieremías en el capítulo VI: «Fenchir se ha la tierra de Dios, & sobrará asy como la agua del mar».52 Et d’ellos diçe Salomón en el 3 libro de los Rreyes en el capítulo XLVIII en la su oratión assy: «Señor Dios, quando veniere el avenediso, et el de tierra agena a la sancta Casa tuya, et llamare ay el tu sancto nombre muy bendito, oyr lo has, Señor myo, porque todas las cosas aprendan te-mer el tu nombre, assy como el tu pueblo de Ysrael».53 ¿Pues, señor myo, en qué nos gloriamos, & porqué menospretiamos los gentiles, pues que Salomón los façe partiçipantes del temor del Señor, & de la Casa sancta suya, et por ventura Dios nos desechó a nos de aquella su sancta Casa, assy como nos dixo? Et aun d’estos gentiles dise Moysén en el IIII libro de la ley: «Esto dise el Señor: fenchir se ha todo la tierra de la gloria del Señor»;54 & d’ellos dise David en el psalmo XXI: «Ante ti vernán, et convertir se han al Señor todos los fines de la tierra».55 Esso mismo diçe Isaías en el capítulo 55: «O Casa sancta, vino la tu lumbre, & la gloria del Señor sobre ti es nasçida; andarán las gentes en la tu lumbre».56 Señor myo, ¿quién son

Fol. 13 vuelto
+

los que venieron a la Casa del Señor, sy non las gentes estrañas, que erravan al Señor, adorando los ydolos? Et non solamente las gentes, mas aun los príncipes d’ellos, et de los quales dixo que andarían en la lumbre de la sancta Casa, nos andamos errados d’ella ya son más de mill año[s]. Otrosy diçe este mesmo Isaías en el capítulo LXV: «Cata que la gente, que non sabías, llamarás, et las nationes, que te non cognosçieron, vernán a ti»;57 segund que de fecho paresçe, son ya más de mill años; ca el Christo, que fué embiado, seguía la ley, que nos fué da-da, vino a las gentes, que ley non supieron, et advenieron, & él les dió ley nueva, & pura, & sancta; & por esto diçe Isayas en el capítulo XLII: «Concordaron las gentes & los rreyes d’ellas, & aiuntáronse en la Casa del Señor», & non tiene assy este passo la nuestra transladitión. Et aun, señor myo, temo que [de] aquellos fué dicho lo que se lee en este mesmo capítulo, que diçe: «Adiuntadvos, & venid todos los de los gentiles, que fuestes salvos por Dios».58 Et d’ellos diçe otra ves Isaías en el capítulo LXIIII: «Buscaron a my los que preguntavan por my, & falláro[n]me los que me buscavan».59 Et más diçe Hieremías en el capítulo III: «Aiuntarse an todas las gentes en el nombre del Señor en la Casa sancta, & non andarán más en la maldad de sus corazones».60 Et diçe más Hieremías en el capítulo XVI: «Ahé Dios, Señor myo, et Dios myo, a ti vernán todos desde de los postrimeros fines de la tierra, et dirán: non heredaron los nuestros padres, sy non mentira & maldad»61 & aun d’estos mesmos gentiles diçe Sophonías propheta en el capítulo III: «Otorgado es que las gentes que fablen en el nombre del Señor & que lo sirvan en ombro uno, & que lo sirva todo omen en su lugar, & todas las yslas de la tierra».62 Esso mismo dixo Zacharías propheta en el capítulo II: «Allégrate, Casa de Syón, que yo verné a ti, et moraré en medio de ti. En aquel día de allegarán a Dios las gentes en su muchedumbre».63

Fol. 14

+

Diçe aun este mesmo propheta en el capítulo 8: «Esto dise el Señor de las huestes: Vernán gentes muchas de muchos lugares, & dirá el varón a su veçino: vamos, & busquemos al Señor en bien».64 Et, my señor, estas prophetías complidas son, & cómplense oy a los nuestros ojos; ca, señor, claramente vees como todos los pueblos et todas las lenguas leen los libros de la ley de & los prophetas, et el Psalterio, & desechados ya los ydolos, en que ni[n]guno d’ellos cree por la doctrina de Moysén y de Aaón, que creieron aquel Justo, del qual dice el propheta Abacuch en el capítulo 3: «Saliste, Señor, en salud del tu pueblo con el tu Christo».65

Idem Rabí Samuel, Capítulo 17

Temo, mi señor, que Dios vençedor vivificó et dió vida a estas gentes por la su fe, & él nos mató a nos con la incredulidat & dureza, segund qu’él dise por la boca de Isaías en el capítulo LXV; onde dise assy: «Esto dise el Señor: ¿porqué vos llamé, & non me rrespondistes? Los mys siervos comerán, & vos fambrearedes; catad, que los mys siervos veverán, & vos peresceredes de sed; los mys siervos se alegrarán en alegría de coraçón, & vos seredes confundidos en amargura de vuestro coraçón. Et matar te ha Dios, o Israel, & llamará sus siervos por otro nombre, en el qual nombre bendiçirá aquel Dios, que es bendicho sobre la tierra. Amén».66 Et nos veemos las rredemptiones d’este nombre bendicho de Dios sobre la fas de la tierra, & veemos que a nos derramó en captiverio por todo el mundo, & por las quatro partes d’él, ya son más de mill años. Et claramente paresçe en nos el rrostro de la ira de Dios, non para castigar, mas para destruir. El aqueste es el matamiento, con el qaul amenasó Dios que nos ma-taría. Et aquestas gentes, las quales Dios llama syervos suyos, rreçebieron ya lo que Dios prometió en la ley, ante de la muerte del nuestro primero hombre, segund la orden de las palabras, que son dichas por Isaías. El la fambre la sed, que nos padesçemos, non es de pan, mas es de las orationes, que es sequedad de las nuestras ánimas, & fambre

Fol. 14 vuelto

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de la palabra de Dios, segund que dixo el propheta Amós en el capítulo VI.67 Et tú, señor myo, sabes esta cosa más larga & claramente que yo.

Idem Rabí Samuel, Capítulo 18

Pavor he yo, señor mío maestro, que aquestas gentes han & ovieron mill años de vida después que fué muerto Israel. Las quales gentes non havían cosa de bien antes que creyesen en Dios, & en su Christo, & ellas nos fiçieron ser aquellas bestias, de las quales diçe el propheta Abacuch que non han cabdillo.68 Et aquestas gentes, después que fueron alimpiadas por la fe, han sus ayunos, & sus fiestas, & sus cerimonias de la ley nueva, & aun más todas aquellas cosas, que son contenidas en la ley vieja, quanto pertenesçe a limpiesa. Et vees, señor, como en todo lenguaje, & en todo rincón, & en todo lugar, & en oriente, & en occidente las gentes confiessan el nombre del Señor. Et non creyeron en él por Moysén, ny por alguno de los prophetas, como quier que sean studiosos en la ley, & en los libros de los prophetas, mas Dios los llamó por los discípulos del Justo, el qual salió con Dios en salud d’ellos, segund que dise Dios por la boca del propheta Abacuch.69 Aquestos discípulos de aqueste Justo fueron fijos nuestros, & de los fijos de Ysrael, los quales en otro nombre son llamados apóstolos. Et mucho me temo, señor, que aquestos son aquellos, los quales dise Dios por la boca de David en el psalmo XVIII: «En toda la tierra salió el sonido d’ellos, & en los postrimeros fines de la tierra fueron espasidas sus palabras».70 Et porque el propheta demuestra que d’estos fabló & non de nos, por tanto diçe más adelante que non será lengua, ny palabra, que non oya las voçes d’ellos. Enpero, esto non se puede complir en nuestra lengua hebraica. Ca ni[n]gunas gentes non obedesçieron a nuestros padres Moysén, Aarón, & a los otros, antes los mataron & dessecharon de sy. Enpero, las gentes saben oy a Moysén & a los prophetas, & cognoscen a Dios, & façen ley nueva, segu[n]d que los apóstolos los enseñaron &c.

Fol. 15

De San Agustín Capítulo XXVI
de los Soliloquios

Recuerda tu antigua misericordia, por la que desde el principio nos… &c. Hay que inquirir [estas cosas].

Fol. 15 vuelto

De San Agustín Soliloquios,
Capítulo XXVI

Antes que me formaras en el vientre me conociste, y antes que naciera me preordinaste conforme al beneplácito de tu voluntad,71 tales [profecías] como fueron escritas acerca de mí en tu libro según el secreto de tu consejo, &c.
Prevalecerá el Señor contra ellos y exterminará todos los dioses de las gentes de la tierra. Todos los habitantes de las islas de los gentiles le adorarán, cada uno en su lugar. Pero los que fueron adorados en los templos de los gentiles no creían que estas cosas hubieran de acontecer. De la divinación de los demonios.
De nuevo repite en el mismo libro: Prevalecerá el Señor contra ellos y exterminará todos los dioses de las gentes de la tierra. Todos los habitantes de las islas de los gentiles le adorarán, cada uno de su lugar. Esto no se refiere sólo a las islas, sino también a todas las gentes, y asimismo a todas las islas de los gentiles, ya que en otro lugar nombra no sólo las islas, sino también todo el orbe de la tierra, diciendo: «Se acordarán, y se volverán a Jehová todos los confines de la tierra, y todas las familias de las naciones adorarán delante de él; porque de Jehová es el reino, y él regirá las naciones».72
Y de nuevo en el mismo libro: «Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: mi hijo eres tú; yo te he engendrado hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra».73 Y con estos y otros semejantes documentos proféticos se demuestra lo que fue predicho y

Fol. 16

vemos que habría de ser cumplido por Cristo, como Dios de Israel, a quien profesamos como verdadero Dios, adorado no sólo en el pueblo que es llamado Israel, sino también adorado entre todas las gentes; y vemos que to-dos los dioses falsos de los gentiles han sido arrojados de sus templos y de los corazones de los que les daban culto.
Repite en el mismo libro: «Escuchadme, los que conocéis justicia, el pueblo en cuyo corazón está mi ley. No temáis afrenta de hombre, ni desmayéis por sus ultrajes. Porque como a vestidura se los comerá la polilla, como a lana se los comerá el gusano; pero mi justicia permanecerá perpetuamente».74

En el Libro de las Confesiones, 9

Entonces él [San Ambrosio] me dirigió al profeta Isaías, creo, porque entre los demás profetas éste es el que anuncia con mayor claridad el evangelio y la vocación de los gentiles.

En el mismo Libro, 12

Háblame verazmente dentro de mi corazón, porque tú eres el que así habla; y [en cuanto a los que han negado la verdad divina] los dejaré fuera soplando en el polvo y levantando tierra contra sus ojos. Y entraré en mi habitación y te cantaré cánticos de amor, gemiendo con gemidos inenarrables en mi peregrinación, acordándome de Jerusalén, mi patria, Jerusalén, mi madre, y de ti reinando sobre ella, su ilustrador, su padre, su tutor, su marido, sus castas y fuertes delicias, y sólido gozo, y todos

Fol. 16 vuelto

los bienes inefables, todos a la vez; porque tú eres el único, el sumo y verdadero bien. No me apartaré hasta que, en la paz de aquella madre queridísima, Jerusalén, donde ya están las primicias de mi espíritu y de donde me viene la certeza de estas cosas, me recojas cuanto soy de esta dispersión y deformidad, y me conformes y confirmes eternamente, oh Dios mío, misericordia mía.

En el mismo Libro, 13

Igualmente [a los que ministran la doctrina espiritual] se les deben [los frutos] como a las aves, por sus bendiciones que se multiplican sobre toda la tierra, ya que «por toda la tierra sale su pregón».75 Se alimentan de estas comidas aquellos que se gozan en ellas; mas no se gozan en ellas aquellos «cuyo dios es el vientre»,76 porque tampoco en aquellos que dan estas cosas, es el fruto lo que dan, sino el espíritu con que lo dan.

De la Doctrina cristiana, Libro 2

Pero cualesquiera que sean llamados por los hombres, siguen siendo astros que Dios ha creado y ordenado conforme a su voluntad. Tienen un movimiento determinado, por medio del cual se distinguen y varían los tiempos. Es fácil notar, cuando alguien nace, el estado de ese movimiento, mediante el empleo de reglas inventadas y escritas por aquellos, a quienes la Sagrada Escritura condena, diciendo: «Pues si llegaron a adquirir tanta ciencia que les capacitó para indagar el mundo, ¿cómo no llegaron primero a descubrir a su Señor?»77

Fol. 17

En el mismo Libro, 3

Es fácil, repito, entender que esto se refiere a esa casa de Israel, de la cual dice el Apóstol [San Pablo]: «Mirad a Israel según la carne»,78 porque todas estas cosas el pueblo de Israel según la carne hizo y padeció. Se entiende que las otras que siguen también convienen al mismo pueblo. Pero cuando el texto comienza a decir: «Y santificaré mi gran nombre, profanado entre las naciones, el cual profanasteis vosotros en medio de ellas; y sabrán las naciones que yo soy Jehová»,79 ya debe atender el lector cómo de la especie se pasa al género. Sigue el texto que dice: «Cuando yo sea santificado en vosotros delante de sus ojos, yo os tomaré de entre las naciones, y os recogeré de todas las tierras, y os traeré a vuestro país. Esparciré sobre vosotros agua limpia, y quedaréis limpios; de todas vuestras inmundicias y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré también un corazón nuevo, y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis ordenanzas, y las pongáis por obra. Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios. Y os libraré de todas vuestras inmundicias».80 Todo esto se profetizó del nuevo testamento, al cual no sólo pertenece el remanente de aquel pueblo, del que

Fol. 17 vuelto

se escribió en otro lugar: «Aunque el número de los hijos de Israel sea como la arena del mar, tan sólo el remanente será salvo»;81 sino también las demás naciones que fueron prometidas a sus padres, los cuales también son nuestros. Quien considere esto no dudará que aquí se prometió aquel lavamiento de la regeneración, el cual vemos ahora concedido a todas las naciones. Y lo que dice el Apóstol al recomendar la gracia del nuevo testamento, destacan-do su superioridad en comparación con la del antiguo: «Vosotros sois nuestra carta, escrita no con tinta, sino en tablas de carne del corazón»,82 lo que se refiere patentemente a otro texto del profeta que dice: «Os daré también un corazón nuevo, y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne».83 Efectivamente, la expresión del profeta «corazón de carne», que dio origen a la del Apóstol «tablas de carne del corazón», tiene intención de distinguir el corazón de piedra de la vida sensitiva, y por la vida sensitiva significa la vida intelectiva. Así pues se hace el Israel espiritual, no de una sola nación sino de todas aquellas naciones que fueron prometidas a sus padres en su simiente profetizada, que es Cristo. Por tanto se distingue este Israel espiritual de aquel Israel carnal hecho una nación por medio de la novedad de la gracia en vez de la nobleza de la patria, por medio del conocimiento en vez de la raza. Pero el profeta, bajo la inspiración divina, al hablar de aquel o a aquel viejo Israel, pasa imperceptiblemente a este nue-vo Israel, sin indicar la transición; y al hablar de éste o a éste,

Fol. 18

parece que sigue hablando de aquél o a aquél. Esto no tiene intención hostil y envidiosa de hacer difícil nuestro entendimiento de la Escritura, sino de proveer un ejerci-cio medicinal para nuestro corazón. Por tanto debemos interpretar el texto, «Os traeré a vuestro país», y el que poco después parece repetirse, «Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres»,84 no de una manera carnal como el Israel carnal, sino de una manera espiritual como el Israel espiritual. Pues la Iglesia sin mancha ni arruga, congregada de todas las naciones y que ha de reinar eternamente con Cristo, es la tierra de los bienaventurados y los vivientes; y se debe entender que la Iglesia fue dada a los padres cuando les fue prometida por la infalible e inmutable voluntad de Dios; pues por la misma firmeza de la promesa y predestinación ya fue dada, la que se creía que a su tiempo había de dárseles a los patriarcas. Asimismo el Apóstol, escribiendo a Timoteo acerca de la gracia que es dada a los santos, dice: «No conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos eternos, pe-ro que ahora ha sido manifestada mediante la aparición de nuestro Salvador Jesucristo».85 Dice que la gracia fue dada cuando aún no existían aquellos a quienes se había de dar, porque en la disposición y predestinación de Dios, ya fue hecho lo que debía hacerse en su tiempo, el cual, según dice, «ha sido manifestado». Aunque esto pueda entenderse también de la tierra del siglo futuro, cuando habrá un cielo nuevo

Fol. 18 vuelto

y una tierra nueva, en la que no podrán habitar los injustos. Y por eso con razón se les dice a los píos que ésta es la tierra de ellos, ya que ninguna parte será de los impíos, porque la misma fue dada de modo semejante cuando se prometió que se había de dar.

En el Libro 1, Del consenso de los evangelistas, Capítulos 26, 28, 29, 30, 31, 32, 33,
34, 35, 36, 37, 38

(En el margen izquierdo) La India está en el extremo de la tierra, en el oriente, y España con Etiopía en el occidente; en medio está el mar Océano. Ya los indios vienen y destruyen los ídolos.) En todos los capítulos ya citados dijo muchas cosas de los judíos y de las cosas que habían de suceder; de las que no he escrito por su prolijidad; sin embargo traeré aquí algunas a la memoria.
En el capítulo 29: Pues no en los tiempos cristianos, sino antes fue predicho lo que se cumple en los cristianos. Los mismos judíos que han permanecido enemigos del nombre de Cristo, cuya perfidia futura no fue excluida en sus escritos proféticos, tienen y leen al profeta que dice: «Oh, Jehová, fortaleza mía y fuerza mía, y refugio mío en el tiempo de la aflicción, a ti vendrán naciones desde los extremos de la tierra, y dirán: Ciertamente mentira fue la herencia de nuestros padres; vanidad y cosas sin provecho».86 He aquí que ahora las gentes vienen a Cristo desde los extremos de la tierra, diciendo esas cosas y fracturando sus imágenes. Asimismo cuán gran cosa que Dios ha ejecutado por su Iglesia difundida por todas partes, a saber, que el pueblo judío debelado y disperso con razón, por todas las tierras,

Fol. 19

y para que no se supusiera que estas cosas fueron compuestas por nosotros, lleva por todas partes los libros de nuestros profetas, y por eso el enemigo de nuestra fe ha sido hecho testigo a nuestra verdad. ¿Cómo pueden decir, discutiendo tontamente como necios, que los discípulos de Cristo enseñaron lo que no aprendieron de Cristo, puesto que han destruido la superstición de los dioses gentiles y de sus imágenes? ¿Acaso puede decirse que los discípulos de Cristo fingieron esas profecías que ahora se leen en los libros de los enemigos de Cristo? ¿Quién ha derrocado esto, sino el Dios de Israel? Fue dicho a este mismo pueblo por medio de las voces divinas que hablaron a Moisés: «Oye, Israel: Jehová es nuestro Dios, Jehová uno es».87 «No te harás imagen ni ninguna semejanza de lo que hay arriba en el cielo, ni abajo en la tierra».88 Y a fin de que destruyera aquellas cosas al recibir poder para ello, fue dado este mandamiento: «No te inclinarás a sus dioses, ni los servirás, ni harás como ellos hacen; antes los destruirás del todo, y quebrarás totalmente sus estatuas».89
En el capítulo 30: Quién dirá que Cristo y los cristianos no pertenecen a Israel, siendo Israel el nieto de Abraham, a quien primero y después a su hijo Isaac, y después al mismo Israel, su hijo, fue dicho lo que ya he mencionado: «Todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente»,90 lo cual vemos que ya fue cumplido en Cristo puesto que de esa descendencia nació aquella Virgen, de quien cantó un profeta del pueblo de Israel y del Dios de Israel, diciendo: «He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamarán su nombre Emanuel, que traducido

Fol. 19 vuelto

es Dios con nosotros».91 Por tanto el Dios de Israel que prohibió el culto a otros dioses, que prohibió la fabricación de ídolos, que mandó su destrucción, que dijo por el profeta que las naciones gentiles de los extremos de la tierra dirían: «Ciertamente mentira fue la herencia de nuestros padres; vanidad y cosas sin provecho».92 Este mismo Dios por el nombre de Cristo y la fe de los cristianos mandó, prometió y ejecutó el derrumbamiento de todas estas supersticiones. En vano, pues, miserables, porque se les prohibe blasfemar de Cristo aun por sus propios dioses, es decir, por los demonios que temen el nombre de Cristo, quieren hacer ajena de él esta doctrina, por la que los cristianos disputan contra los ídolos y erradican todas las religiones falsas de donde pueden.
En el capítulo 31: ¿Ya hecho sujetos al nombre de Cristo? Como prometió antes, diciendo por el profeta: «Todos los reyes se postrarán delante de él; todas las naciones le servirán.»93
En el capítulo 34: «No es un lenguaje de palabras, ni es oída su voz. Pero por toda la tierra salió su pregón, y hasta el extremo del mundo su lenguaje».94
En el capítulo 36: Así pues el Señor dijo: «Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no escatimes; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas. Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredará naciones, y habitará las ciudades

Fol. 20

asoladas. No temas, pues no serás confundida; y no te avergüences, porque no serás afrentada, sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez no volverás a acordarte. Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado».95

En el Libro 2, Capítulo 77, Del consenso de los evangelistas

Así pues lo que dice Mateo: «Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin».96 Y respecto al mismo tema Marcos lo relata así: «Pero primero debe ser proclamado el evangelio a todas las naciones».97 No dijo, «y entonces vendrá el fin»; pero indica lo mismo cuando emplea la palabra «primero», como en «Pero primero debe ser proclamado el evangelio a todas las naciones». En los dos lugares significa «primero», es decir, antes de que venga el fin. Asimismo Mateo dice: «Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación de la desolación, anunciada por medio del profeta Daniel (el que lea, entienda)».98 Marcos, a su vez, dice: «Pero cuando veáis la abominación de la desolación de que habló el profeta Daniel erigida donde no debe (el que es-té leyendo, que lo entienda)»;99 por medio de ese cambio de palabras, expuso la misma sentencia, pues en efecto «donde no debe» quiere decir que no debía estar en el lugar santo. Sin embargo Lucas no dice, «Cuando veáis en el lugar santo la abominación de la desolación» ni «donde no debe». En cambio dice:

Fol. 20 vuelto

«Pero cuando veáis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su desolación ha llegado».100 Por tan-to estará entonces la abominación de la desolación en el lugar santo. Por su parte Mateo afirma: «Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. El que esté en la azotea, no descienda para tomar nada de su casa; y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa».101 Esto también relata Marcos casi con las mismas palabras. Pero Lucas dice: «Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes».102 Concuerda con los otros dos, pero lo restante de otro modo, pues dice a continuación: «Y los que en medio de ella [Jerusalén], váyanse; y los que estén en los campos, no entren en ella. Porque éstos son días de venganza, para que se cumplan todas las cosas que están escritas».103

En el Libro 3, Capítulo 25

Después de aquel reproche, sigue el mismo Marcos: «Y les dijo: Id por todo el mundo y proclamad el evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado, será salvo; pero el que no crea, será condenado».104 Por tanto, habían de predicar que el que no creyera sería condenado.

Fol. 21

+

En el Evangelio según Marcos, Capítulo 16[:15]

Id por todo el mundo y proclamad el evangelio a toda criatura &c., como ya citado.

Mateo, Capítulo 24[:14]

Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones &c. Glosa [Nicolás de Lyra]:105 «Y será predicado el evangelio del reino», esto es, el evangelio de Cristo que conduce al reino de los cielos &c. «En todo el mundo»: es evidente que antes de la destrucción de la ciudad [Jerusalén] por Tito y Vespasiano, el evangelio fue predicado en las tres partes del mundo, es decir, en Asia, África y Europa, pues viviendo todavía Pedro, la fe fue predicada en Italia &c. Hay que inquirir [estas cosas], si le place a uno.

Sigue la misma Glosa

«Para testimonio a todas las naciones», como si dijera: para esto la fe había de ser predicada en todo el mundo a fin de que el testimonio de Cristo fuera oído entre todas las gentes, según lo que fue dicho a los apóstoles en el primer capítulo de los Hechos: «Me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra».106

Sigue la misma

Hay que tomar en consideración que otra predicación del evangelio ha de tener lugar entre todas las gentes en cuanto a la eficacia, de modo que todas las gentes reciban la fe de Cristo; y esto acontecerá en la consumación del mundo.

Nota

Pues se origina la cuestión: ¿De qué modo se predica-rá el evangelio de Cristo por todo el mundo, o de qué modo falta todavía por predicarse; hay que referirse al comentario del Tostado107 sobre el capítulo 24 de Mateo, cuestión 46 en su totalidad &c.

Fol. 21 vuelto

+

Mateo, Capítulo 28[:18-20]

Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y sobre la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos en todas las na-ciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todas las cosas que os he mandado».

Salmo 71 [Salmo 72:8]

Dominará de mar a mar, y desde el río hasta los confines de la tierra. Glosa [Nicolás de Lyra]. Esto es, sobre toda la tierra rodeada por el mar. Aunque el océano sea un solo mar, sin embargo según sus diversas partes es nombrado de varios modos: mar oriental en la parte del oriente, así como en la parte del austro y del aquilón. En todas estas tierras algunos recibieron la fe de Cristo me-diante la predicación de los apóstoles y los otros discípulos, según lo susodicho sobre el Salmo 18 [Salmo 19:4] que lo expone así: «Pero por toda la tierra salió su pregón» &c. «Y desde el río», a saber, del paraíso terrestre, «hasta los confines de la tierra», esto es, hasta los términos del orbe, constituido por un círculo alrededor de la tierra. Y estos «términos» se extenderán hasta el último cielo, así pues de una manera tan grande se extenderá el poder de Cristo. Por eso, Mateo dijo en el último capítulo, como ya mencionado: «Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y sobre la tierra». &c. como ya citado.

Fol. 22

+

San Agustín en el Libro
De la divinación de los demonios

Este Dios, a quien ninguno de ellos [los dioses falsos], como dije, se atrevió a negar que era verdadero Dios, por sus vates, es decir, por sus profetas, predijo con abierto anuncio, mandó con manifiesto poder, y cumplió con clara verdad que ellos eran dioses falsos que habían de ser completamente abandonados, que sus templos, imágenes y altares habían de ser derribados.
Asimismo los profetas habían predicho que las gentes, después de exterminar los dioses falsos a quienes antes adoraban, se harían ilustradas, lo cual poco antes he recordado y ahora repito: «Prevalecerá», dice, «Dios contra ellos y exterminará todos los dioses de las gentes de la tierra, y le adorarán, cada una de su lugar, todas las islas de los gentiles».108 Y no sólo las islas, sino todas las gen-tes y también todas las islas de los gentiles, puesto que en otro lugar no nombra las islas, sino todo el orbe de la tierra, cuando dice: «Se acordarán, y se volverán a Jehová todos los confines de la tierra, y todas las familias de las naciones adorarán delante de ti. Porque de Jehová es el reino, y él regirá las naciones».109 Y lo demás es digno de notar. Sigue.
Estas y otras parecidas profecías demuestran lo que vemos cumplido en Cristo, como Dios de Israel, a quien reconocemos como el único Dios verdadero que ha de ser adorado no sólo en aquel pueblo llamado Israel, sino entre todas las gentes, y todos los dioses falsos han de ser demolidos de los templos y de los corazones de los que les dan culto, &c.
Es necesario que se cumplan todas estas cosas, &c. y las demás que siguen hasta el fin.

+

Lo ya citado es de Agustín. A través de todo aquel librito, se declara cada una de estas cosas con más claridad, y que yo omito a causa de la brevedad.

Fols. 22 vuelto, 23, 23 vuelto (están en blanco).


Fol. 24

Pedro de Aliaco, Cardenal110

En el Libro de las leyes y las sectas, Capítulo 4

En quinto lugar pone este doctor lo que con certeza dicen los astrónomos acerca de la destrucción de la ley de Mahoma; pues según lo que dijo Albumazar,111 esa ley no puede durar más de seiscientos noventa y tres años, y sólo durará aquel tiempo a no ser que por alguna causa incidente se abrevie el tiempo y en consecuencia esa abreviación respecto al tiempo que antes fue fijado puede ser mayor o menor por las diversas causas. Y como dice este doctor entonces cuando escribió estas cosas, ya era entonces el año de los árabes 665 desde el tiempo de Mahoma, y por eso concluyó que pronto sería destruida y que esto era un gran consuelo para los cristianos, por lo cual Dios debe ser alabado por haber dado tal luz de sabiduría a los filósofos, por medio de la cual se confir-ma y se corrobora la ley de la verdad, y por medio de la cual percibimos que los enemigos de la fe deben ser destruidos. Y esta sentencia concuerda con la Escritura que dice en el Apocalipsis que dice que el número de la bestia es 663,112 el cual número es menor que el predi-cho por treinta años. Pero en muchos lugares se vela alguna parte del número completo, pues así es la manera de la Escritura, como dice Beda113 y esto tal vez quiso Dios que no fuera expresado totalmente, sino que fuera ocultado de algún modo como las demás cosas

Fol. 24 vto.

que están escritas en el Apocalipsis; porque acaso antes del último tiempo que para esta secta determina Albumazar según su causa principal, acontecerá que los sarracenos serán destruidos, o por los tártaros o por los cristianos, como ya entonces la mayor parte de los sarracenos había sido destruida por los tártaros, y asimismo la capital de su reino que fue Bagdad y el Califa que fue como su papa. Pero no obstante aunque ya haya pasado mucho tiempo desde entonces, sin embargo la experien-cia enseña que todavía no ha sido destruida esa secta de la perdición, sino que ¡oh dolor! muchas veces y en gran manera se envalentona contra los cristianos, por lo que se demuestra que la certeza en esta opinión es frágil y exigua, o sin valor. En sexto lugar, este doctor dice que puesto que creemos que después de la ley de Mahoma, ninguna secta vendrá excepto la ley del Anticristo, y asimismo los astrónomos están de acuerdo en esto, a saber, que habrá algún personaje poderoso que establecerá una ley fea y mágica después de la de Mahoma, que suspenderá todas las otras;114 así que sería muy útil a la Iglesia de Dios considerar el tiempo de esta ley, si vendrá en seguida después de la destrucción de la ley de Mahoma, o mucho más tarde. Y el filósofo Ético115 dice en su Cosmografía que la gente que fue encerrada dentro de las puertas caspias irrumpirá en el mundo y se encontrará con el Anticristo y lo llamará

Fol. 25

el dios de los dioses. Pues bien, efectivamente, como dice: los tártaros que estaban dentro de aquellas puertas, ¿de dónde salieron? Porque aquellas puertas fueron rotas, según lo que fue relatado por algunos cristianos que pasaron por medio de ellas. Por tanto esto indica un signo de la próxima venida del Anticristo, de donde concluyendo, dice: sé que si la Iglesia estudiara cuidadosamente el texto sagrado y las profecías sagradas de Sibila,116 Merlín,117 Aquila118 y Joaquín119 y de muchos otros, así como las historias y los libros de los filósofos, y mandara considerar las vías de la astronomía, descubriría suficiente suposición y mayor certeza del tiempo del Anticristo. Pero el dicho de Cristo parece oponerse a esto: «No os toca a vosotros conocer los tiempos o las sazo-nes que el Padre puso en su sola potestad»,120 y a esto: «Pero de aquel día y de aquella hora nadie sabe &c.»121 Pues lo que haya de decirse sobre estas cosas, no es propio que lo defina esta obra, pero he tratado de esta materia en un sermón sobre «La venida del Señor», según el texto: «Sabed que está cerca el reino de Dios».122
 

En los Veinte discursos, Verbo 11123

Agustín, en la segunda parte de La Ciudad de Dios [Libro 22, Capítulo 30], donde dice que en su tiempo transcurrían los últimos espacios del sexto milenio de los años del mundo, donde incidentalmente es de notar que Agustín, no a manera de afirmación, como algunos creyeron, sino tan sólo a manera de recitación,

Fol. 25 vuelto

pone esa opinión que dice que Dios dividió la primera creación en seis días a fin de significar que todas las cosas que dispuso hacer en el curso de toda la duración de este mundo, cumpliría a lo largo de seis milenios de años. Y puesto que efectivamente refuta esa opinión de un modo afirmativo en muchos lugares y especialmente, como ya se ha dicho, en el fin del ya citado libro La Ciudad de Dios; igualmente refuta otra opinión en el título del Salmo 6, la de aquellos que creyeron que la venida del Señor para el juicio tendría lugar después de siete mil años desde Adán, como si los siete mil años transcurrieran como siete días, y después ese [restante] tiempo viniera repentinamente como el día octavo. Sin embargo, qué se debe mantener universalmente en cuanto a tales conjeturas, expliqué con bastante probabilidad hace poco en un sermón «La venida del Señor» sobre el texto, «Sabed que está cerca el reino de Dios». Pero, poniendo a un lado esas cosas, volvamos al propósito.

En la Elucidación de la concordia de la astronomía con la teología,124 en Verbo 10

Desde la creación de Adán hasta Cristo, según [el rey] Alfonso [X], hay 5343 años y 308 días.

En el Libro de la concordia de la verdad astronómica y de la narración histórica,125
Capítulo 57

Después de las ya mencionadas diez revoluciones de Saturno, se siguieron

Fol. 26

otras diez, las que fueron completadas aproximadamen-te en el año 1189 después de Cristo. Alrededor de aquel tiempo Inocencio III, glorioso por sus muchas buenas obras, ocupaba dignamente la cátedra de Pedro. En su tiempo fue ocupada Constantinopla por los francos y los venecianos, al igual que una multitud innumerable de sarracenos, levantándose contra los hispanos, dejaron en confusión a su patria. En ese tiempo Letonia126 fue convertida en su mayoría a la fe. En el año décimo séptimo de su pontificado se celebró en Roma un Concilio general127 a favor de la ayuda fiel de la Tierra Santa; también fueron promulgados otros decretos de mucha utilidad respecto al estado de la Iglesia universal; y fue condenado el libelo del abad Joaquín128 que compuso contra el maestro Pedro Lombardo;129 además también Amalarico130 a causa de su doctrina herética. Sin embargo, no fue condenada la doctrina del dicho abad Joaquín, que floreció en Calabria y escribió muchos libros útiles. Porque cuando los reyes y príncipes le pidieron informes sobre la peregrinación que habían de hacer a la Tierra Santa, predijo que poco les aprovecharía, puesto que el tiempo propicio todavía no había llegado. En ese tiempo imperaba Federico I,131 que generoso, vigoroso y elocuente, fue glorioso en todo.

En el Libro de la concordia de la verdad astronómica y de la narración histórica,
Capítulo 61

Pero considerando que hemos hablado del la venida del Anticristo,

Fol. 26 vuelto

hay que mencionar que el mártir Metodio,132 de quien habla Jerónimo en el libro De los varones ilustres, escribió muchas cosas sobre el principio y la consumación del mundo, que dice haber recibido por la revelación divina. Entre ellas relata algunos acontecimientos precursores que habían de tener lugar a la manera de preámbulo del Anticristo. De ellos el primero es esa apostasía (dissentio) de que habla el Apóstol [Pablo] en la segunda epístola a los Tesalonicenses: «… sin que antes venga la apostasía»133 &c. Mas ya hemos tratado de esto brevemente. El segundo acontecimiento precursor es que, después que hayan sido absorbidos muchos reinos, que contendieron contra el reino de los romanos, se levanta-rán a favor de ellos contra el dominio romano los hijos de Israel, los hijos de Agar acerca de quienes profetizó Daniel. Y esto sucederá en el séptimo milenio de los años del mundo, en el que se acercará la consumación del mundo y ya no habrá más tiempo. Pero aquí hay que atender a lo que dice la historia escolástica, que Metodio contó desde Adán 200 millares (ciliades) de años, es de-cir, las edades del mundo por millares de años. El tercer acontecimiento precursor es que, a causa de los pecados de sus habitantes, la tierra de promisión sería obtenida por los hijos de Ismael, es decir, los sarracenos, aunque debiera ser tierra de los cristianos.

Fol. 27

Y estas cosas sucederán a causa de las varias iniquidades, especialmente a causa del pecado de sodomía; también enumera muchos males que predijo habían de venir sobre diversos reinos y regiones. Y también aplica aquello del Apóstol: «… sin que antes venga la apostasía» &c., indicando que la apostasía es la disciplina o la corrección, por la cual serán reprendidos todos los habitantes de la tierra, de la cual sigue hablando copiosamente. El cuarto acontecimiento precursor es que en el tiempo predicho de la apostasía, esto es, de la disciplina y corrección, se disminuirá el espíritu de los santos, y muchos negarán la verdadera fe, aun sin ninguna violencia en tormentos o flagelos y se asociarán a los transgresores, como ha predicho el Apóstol acerca de ellos. Y todo esto sucederá a fin de que, mediante las tribulaciones, sean probados y manifestados los elegidos. El quinto acontecimiento precursor tendrá lugar después de la tribulación causada por los hijos de Ismael, los que alegres por sus victorias y vanagloriándose por haber desolado la Persia y la Romania, Sicilia también y la Siria, la Capadocia y la Isauria [Asia Menor], África también como Sicilia y a los que habitan cerca de Roma y las islas; y blasfemando dirán que de ninguna manera recobrarán los cristianos el despojo de nuestras manos. Entonces, de repente, la tribulación se levantará sobre ellos, y el rey de los griegos o de los romanos surgirá con gran furor desde el mar de Etiopía sobre los habitantes de la tierra de promisión, y el rey de los romanos ha de imponer

Fol. 27 vuelto

el yugo sobre ellos siete veces más pesado de lo que era su yugo sobre la tierra. El sexto acontecimiento precur-sor tendrá lugar después de que se hayan encendido la indignación y el furor del rey de los romanos sobre aquellos que renegaron de Cristo. Habrá paz y gran tranquilidad sobre la tierra, cual todavía no ha existido, ni habrá semejante, puesto que es la última en el fin del tiempo. Esta es aquella que el Apóstol expuso: «Cuando estén diciendo: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina»,134 acerca de la que habla Cristo en el Evangelio. El séptimo acontecimiento precursor será que, después de esa paz, entonces se abrirán las puertas del Aquilón, y saldrán las fuerzas de aquellas gentes a quienes Alejandro encerró dentro, y ante ellas se estremecerá toda la tierra y por medio de varias crueldades será corrompida y contaminada. Pero después de una semana de tiempo, cuando hayan tomado la ciudad de Joppe [Judea], el Señor enviará a uno de los príncipes de su ejército y los derribará en un momento de tiempo. El octavo acontecimiento precursor será que después el rey de los romanos descenderá y morará en Jerusalén durante una semana y media de tiempo, esto es, diez años y medio, y entonces aparecerá el hijo de la perdición.

Fol. 28 falta.

Fol. 29

+


Isaías 11[:10-12]

Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isay, la cual estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su morada será gloriosa. Asimismo acontecerá en aquel tiempo, que Jehová alzará otra vez su mano para recobrar el remanente de su pueblo que aún quede en Asiria, Egipto, Patrós, Etiopía, Elam, Sinar y Hamat, y en las islas del mar. Y levantará pendón a las naciones, y juntará los desterrados de Israel.

Isaías 14[:32]

¿Y qué se responderá a los mensajeros de las naciones? Que Jehová fundó a Sión, y que a ella se acogerán los afligidos de su pueblo.

Isaías 19[:19, 20]

En aquel tiempo habrá un altar para Jehová en medio de la tierra de Egipto, y un monumento a Jehová junto a su frontera. Y será por señal y por testimonio a Jehová de los ejércitos en la tierra de Egipto. &c.

Isaías 25[:6, 7, 9, 10]

Y Jehová de los ejércitos hará en este monte a todos los pueblos banquete de manjares suculentos, banque-te de vinos, &c. Y destruirá en este monte la cubierta con que están cubiertos todos los pueblos, y el velo que cubre a todas las naciones. &c. Y se dirá en aquel día &c.: nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación. Porque la mano de Jehová reposará en este monte. &c. al fin.

Fol. 29 vuelto

Isaías 27[:13]

Acontecerá también en aquel día, que se tocará con gran trompeta, y vendrán los que habían sido esparcidos en la tierra de Asiria, y los que habían sido desterrados a Egipto, y adorarán a Jehová en el monte santo, en Jerusalén.

Isaías 28[:22]

Porque una destrucción ya determinada sobre toda la tierra he oído del Señor, Jehová de los ejércitos.

Isaías 30[:18, 19, 27]

Dichosos cuantos esperan en él. Porque, oh pueblo que moras en Sión, en Jerusalén. &c. He aquí que el nombre de Jehová viene de lejos &c.

Isaías 35[:1, 2, 9, 10]

Se alegrarán el desierto y el sequedal. &c. Ellos verán la gloria de Jehová, la majestad de nuestro Dios. &c. Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sión con alegría; habrá gozo perpetuo sobre sus cabezas. &c.

Isaías 40[:1, 5, 9, 17]

Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios. &c. Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá; porque la boca de Jehová ha hablado. Súbete a un monte alto, tú que anuncias buenas nuevas a Sión; levanta fuertemente tu voz, anunciadora de buenas nuevas a Jerusalén. &c. Como nada son todas las naciones delante de él; y en su comparación serán estimadas como naderías y vaciedad. &c. a lo largo de todo el capítulo.

Fol. 30

+

Isaías 22[:20-25]

En aquel día llamaré a mi siervo Eliaquim, hijo de Hilcías, y lo vestiré con tus vestiduras, y lo ceñiré con tu talabarte, y entregaré en sus manos tu autoridad; y se-rá por padre al morador de Jerusalén, y a la casa de Judá. Y pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; y abrirá, y nadie cerrará; cerrará, y nadie abrirá. Y lo hincaré como una clavija en lugar firme; y será por asiento de honra a la casa de su padre. Colgarán de él toda la honra de la casa de su padre, los hijos y los nietos, todos los vasos menores, desde las tazas hasta toda clase de jarros. En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, la clavija hincada en lugar firme será quitada; será quebrada y caerá, y la carga que sobre ella se puso se echará a perder; porque Jehová habló. &c.

Isaías 55[:1, 3-5, 13]

A todos los sedientos: Venid a las aguas; y a los que no tienen dinero: Venid, comprad y comed. &c. Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros un pacto eterno, las misericordias y firmes promesas hechas a David. He aquí que yo lo di por testigo a los pueblos, por jefe y por caudillo a las gentes. He aquí, llamarás a naciones que no conociste, y naciones que no te conocían correrán a ti, por causa de Jehová tu Dios, y del Santo de Israel porque te ha honrado. &c. Y será a Jehová por memorial, por señal eterna que nunca será borrada.

Fol. 30 vuelto
 

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