En todas las escrituras sagradas de la mayor parte de las religiones se cuentan cataclismos ocurridos en la antigüedad o hasta profetizan sobre una época, que admirablemente coincide con la nuestra, en la que ocurrirá una serie de hechos de dimensiones inimaginables.
 

En la Biblia, por ejemplo, encontramos la profecía de la llegada de una Edad Nueva, donde habrá 2.000 años de paz y armonía. Un mundo de luz perpetua (Hasta en los rincones más oscuros) va a desanimar a los criminales y a la maldad que crecen y se perpetúan en la oscuridad. Se supone que todo el mundo será eventualmente poblado sólo por almas avanzadas espiritualmente, siendo encarnadas en cuerpos humanos más refinados automáticamente y con una vibración mas alta, como se sugirió anteriormente.


De igual modo, encontramos en el libro de Isaías (Capitulo 13-10) referencias a la llegada de la oscuridad...

Por que las más resplandecientes estrellas del cielo no despedirán la luz acostumbrada; se oscurecerá el Sol al nacer y la luna no alumbrara con su luz...

Las Pléyades también aparecen en las escrituras, específicamente en el libro de Job (Capítulos 9 y 38)...

Él hizo la Osa y Orión, Las Pléyades y las Cámaras del Sur... y ¿Pueden atar las cadenas de la Pléyades o desatar las cuerdas de Orión?... ¿Puede establecer su reino en la tierra?.

Esto indicaría que los antiguos profetas sabían de las leyes de las estrellas que no sabemos hoy. También implica que tanto las Pléyades como Orión afectan las actividades en la tierra de alguna manera.


El anuncio de cataclismos asociados a la llegada de un fenómeno espacial de características extraordinarias, lo encontramos relatado en las profecías de Daniel y luego en el Apocalipsis, más precisamente en los Capítulos 9 y 10 de este último...

Tocó, pues, el primer ángel la trompeta, y formose una tempestad de granizo y fuego, mezclados con sangre, y descargo sobre la tierra, con lo que la tercera parte de la tierra se abrasó, y con ella se quemó la tercera parte de los árboles, y toda la hierba verde.


El segundo ángel tocó también la trompeta, y se vio caer en el mar como un grande monte todo de fuego, y la tercera parte del mar se convirtió en sangre, y murió una tercera parte de las criaturas que vivían en el mar, y pereció la tercera parte de las aves. Y el tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una grande estrella, ardiendo como una tea, y vino a caer en la tercera parte de los ríos, y en los manantiales de las aguas, y el nombre de las estrellas es Ajenjo (Hercóbolus, Planeta X o Barnard1 - ver nuestra Sección
"Hercobolus"), y así, la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo; con lo que muchos hombres murieron a causa de las aguas, porque se hicieron amargas.


Después tocó la trompeta el cuarto ángel, y quedo herida la tercera parte del Sol, y la tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas; de tal manera que se oscurecieron en su tercera parte, y así quedo privado el día de la tercera parte de su luz, y lo mismo la noche...


El quinto ángel toco la trompeta, y vi una estrellas del cielo caída en la tierra, y diósele la llave del pozo del abismo, y abrió el pozo del abismo; y subió del pozo un humo semejante al de un grande horno, y con el humo de este pozo quedaron oscurecidos el sol, y el aire....

En el Capítulo 21 (25 y 26) de San Lucas; La Semana de pasión, Ministerio de Jesús, la Biblia hace nueva mención a signos precursores del fin del mundo, diciendo...

Veránse, empero, fenómenos prodigiosos en el Sol, la luna, y las estrellas, y en la tierra estarán consternadas y atónitas las gentes por el estruendo del mar y de las olas; secándose los hombres de temor, y de sobresalto, por las cosas que han de sobrevenir a todo el universo; porque las virtudes de los cielos estarán bambaleando.

Los profetas San Marcos y San Mateo anuncian indistintamente la llegada del fin de los tiempos, proclamando que....

Y, pasados aquellos días de tribulación, el sol se oscurecerá, y la luna no alumbrará; y las estrellas del cielo caerán, y las potestades que hay en los cielos bambolearan... Y así, mucho más.

Los hechos y los fenómenos anunciados por profetas bíblicos parecen tener cada día mayor asidero. Muchas de las tribulaciones atmosféricas y astronómicas que están sucediendo en estas ultimas décadas, podrían explicarse bajo estos designios.