
En
el Museo del Oro de Bogotá, dependiente del Banco de la
República de Colombia, se encuentra una de las colecciones de
piezas más curiosas de toda la época precolombina. Entre
valiosos collares, brazaletes, pulseras, figuras y otros
ornamentos de oro se distingue especialmente un conjunto de
Ornamentos Religiosos, tal y como han sido catalogados por los
arqueólogos, con formas de pájaro, mariposa, pez volador, etc.
Estos ornamentos fueron encontrados en diferentes tumbas, como
parte del ajuar funerario, y son atribuidos en su mayoría a la
Cultura Tairona, que junto a la Muisca, Calima,
Tumaco, Urabá, Cauca, Nariño, Malagana, Tierradentro, San
Agustín, Quimbaya y Tolima forman las conocidas Culturas
del Oro.
El área arqueológica
Tairona, se encuentra ubicada al norte de Colombia, en la Sierra
Nevada de Santa Marta, cerca de la ciudad de Barranquilla, donde aún
perviven sus más directos descendientes, los indios Ijkas y
Koguis.
Su máximo esplendor se desarrolló unos 500 años antes de la llegada de
los conquistadores españoles al nuevo mundo, aunque las tumbas donde
se han encontrado algunos de estos objetos, rondan casi los 2.000
años. Existen otras piezas en manos de coleccionistas particulares
pero, todas plantean la misma incógnita.
¿Son estos ornamentos la representación de pájaros, mariposas o
peces?. Su extraña forma ha llevado a varios expertos en
aerodinámica como J.A. Ullrich, Ivan Sanderson,
Arthur Poyslee, etc, a plantear la posibilidad de que estos
elementos religiosos no sean exactamente ninguna especie animal,
sino más bien auténticos modelos de aeroplanos a pequeña escala, con
todas sus características técnicas. Entre los detalles que se
observan en estas valiosas piezas de oro figuran la aparición de
carlingas para los pilotos, timones de profundidad y dirección,
planos de sustentación del fuselaje con una perfecta simetría
aerodinámica, y alas especialmente diseñadas por su curvatura para
prevenir las vibraciones existentes al superar la barrera del
sonido.

Ídolo
o deidad correspondiente a la Cultura Tairona realizado en oro.
La perfección en la elaboración de estos trabajos de orfebrería
de los pueblos precolombinos de las Culturas del Oro, no han
dejado de impresionar a los más destacados expertos, por su
magistral diseño y acabado. Otro misterio más, que añadir.
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Las reproducciones de
estos posibles aviones han pasado con una nota sobresaliente a
diferentes exámenes realizados en túneles de prueba y programas
informáticos de simulación de vuelo, como el realizado por el
profesor de aerodinámica y ex-piloto de combate J.A. Ullrich,
quien llegó a afirmar categóricamente que, el diseño del ala de
estos aparatos indicaba una capacidad de vuelo supersónica, y no
sólo eso, también podría volar debajo del agua, sin que le fuesen
arrancadas las alas. A fin de cuentas, nada nuevo, la misma
capacidad de surcar los cielos y los mares que nos describen los
antiguos textos épicos hindúes al referirse a los
VIMANAS,
las Naves voladoras de los dioses.
Otro
de sus compañeros, el Doctor A. Poyslee del Instituto
Aeronáutico de Nueva York, precisó la imposibilidad de que estos
objetos representasen a pájaros o peces, pues es imposible imaginar
un pájaro con superficies sustentadoras tan precisas y aletas
vueltas verticalmente hacia arriba.
A todo este conjunto de
importantes datos técnicos que apoyan la hipótesis de que estos
originalmente denominados Ornamentos Religiosos, sean en realidad
pequeños diseños a escala de aviones prehistóricos, habría que
añadir un último apunte más. No existe en toda la zona donde han
sido encontrados estos objetos, la menor referencia que haga
 mención
a ningún culto relacionado con insectos, peces o pájaros, por lo que
asociar su imagen a posibles ceremonias funerarias o religiosas no
parece ser que tenga mucho sentido.
La utilización de un material tan valioso como el oro, siempre
relacionado directamente con la realeza y los dioses, tampoco parece
tener ninguna lógica a la hora de representar a estos supuestos
animales, que bien podrían haber sido elaborados para cumplir el
papel de amuleto u ofrenda, en otros materiales menos nobles como la
piedra o la cerámica, también perfectamente dominados por los
artesanos Tairones.

Otra
de las curiosas piezas arqueológicas en oro, que sirvió como
modelo para el logotipo de la Ancient Astronaut Society,
la primera sociedad cuyos objetivos fueron determinar, si la
Tierra fue visitada en la antigüedad por avanzadas
civilizaciones extraterrestres o civilizaciones terrestres
desaparecidas y con una gran capacidad tecnológica. |
Seguramente a la mente de
muchos astro-arqueólogos no escape la posibilidad de que estos
aparatos sobrevolasen en tiempos inmemorables las pistas de Nazca
(ver nuestra Sección "Las
Líneas de Nazca"), las figuras del Desierto de
Atacama o el impresionante Candelabro de Paracas. O aquel conocido
como "Astronauta de Palenque", no fuese más que la representación de
uno de los pilotos de estas fabulosas Naves voladoras, como
fabulosas eran las Naves voladoras de los dioses de la antigua
India, que en pocos segundos podían trasladarse a cualquier punto
del Planeta, y capaces de transportar pueblos enteros, como los
Pájaros Tronantes de las leyendas de los pueblos indígenas del norte
de América, de la Isla de Pascua, etc...
Y es, que tal vez, todo este conglomerado de curiosas circunstancias,
no sean más que casualidades o simples suposiciones. Pero, lo que no
escapa a la vista de nadie es que existen numerosos indicios que
señalan al menos, a que muchos de los enigmas de la antigüedad
tienen una explicación lógica, utilizando una perspectiva moderna y
actual (tal vez ESPIRITUAL). No podemos pues, hablar de exceso de
fantasía entre determinados investigadores, sino más bien, de exceso
de prejuicios de otros.
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