Traducción:
Carlos Estrada /
Ana Indriago
Conferencia de Sir Laurence Gardner,
Titulo en ingles:
Genesis Of The
Grail Kings
Mientras que la investigación para el antecesor de este libro,
La
Herencia del Santo Grial, se basó en el Nuevo Testamento,
El Génesis
de los Reyes del Grial se concentra en los tiempos del Antiguo
Testamento, especialmente, en los primeros relatos de los libros del
Génesis y del Éxodo.
Como se ha descubierto en estudios previos, los textos del Evangelio
que han sido de dominio público por siglos, a menudo guardan poca
relación con las historias de primera mano de la era con la cual se
relacionan.
El Nuevo Testamento, como lo conocemos, fue compilado por los
Obispos del siglo IV para sustentar la recién manipulada fe
cristiana y, en la misma manera, las escrituras del Antiguo
Testamento se diseñaron para apoyar la fe hebrea emergente, en lugar
de representar el hecho histórico.
Claramente, uno tiene que volver a las escrituras pre-bíblicas para
encontrar cualquier anomalía, pero el problema en términos bíblicos
es que las primeras escrituras hebreas (las cuales fueron re-estructuradas
muchos siglos después) fueron escritas solo entre los siglos VI y I
AC, así que no es probable que sean completamente auténticas al
relatar historias de millares de años antes. Ciertamente, es obvio
que este es el caso porque, cuando estos libros fueron escritos
inicialmente, su propósito expreso fue transmitir la historia de una
religión que no surgió realmente hasta bien entrada la historia
ancestral.
La Biblia explica que la historia del linaje de sangre comenzó con
Adán y Eva, de cuyo tercer hijo, Seth, evolucionó una línea que
progresó a través de Matusalén, Noé y, eventualmente,
Abraham, quien
llegó a ser el gran patriarca de la nación hebrea. El texto relata
que Abraham llevó a su familia hacia el oeste fuera de Mesopotamia (hoy
en día Iraq) a la tierra de Canaán (Palestina), de donde algunos de
sus descendientes se desplazaron a Egipto. Después de muchas
generaciones, viajaron de regreso a Canaán donde, en su momento,
David de Belén llegó a ser Rey de los reinos recién constituidos de
Judea e Israel.
Si lo vemos como se presenta en las escrituras, esto es una saga
fascinante, pero no hay por ningún lado nada que indique por qué la
línea ancestral de David y sus herederos subsiguientes, era especial
de alguna manera. De hecho, lo contrario es el caso; sus antepasados
son presentados como una sucesión de buscadores errantes de
territorio, que no se ha visto sean de importancia particular hasta
los tiempos del mismo Rey David.
Su historia bíblica no aguanta una comparación con, digamos, los
faraones contemporáneos del antiguo Egipto, pero de su importancia,
se nos dice, viene del hecho que Abraham y sus descendientes, fueron
designados como 'el pueblo elegido de Dios'. Esto, por supuesto, nos
pone a dudar porque, según el Antiguo Testamento, su Dios solo los
condujo por una cadena de hambrunas, guerras y dificultades
generales, en lugar de actuar como su pastor misericordioso - una
imagen que sólo es representada de vez en cuando.
Dado que el primer grupo de estos libros, posteriormente canónicos,
se escribió mientras los judíos estaban en cautiverio en la
Babilonia Mesopotámica del siglo VI AC, entonces es evidente que fue
en Babilonia donde se guardaron los registros originales. De hecho,
desde la época de Adán, digamos, a través de unas diecinueve
generaciones hasta Abraham, toda la historia patriarcal hebrea fue
mesopotámica. Más específicamente, la historia era de
Sumeria, en la Mesopotamia meridional, donde los antiguos sumerios de hecho se
refirieron a los prados del delta del Éufrates como el Edén.
Al investigar para el libro La Herencia del Santo Grial, se
evidenció que constituían buenas fuentes de información de apoyo,
los distintos Evangelios y textos que no fueron escogidos por los
obispos para su inclusión en el Nuevo Testamento canónico - los
libros que fueron estratégicamente ignorados. En forma similar, hubo
libros que se excluyeron del Antiguo Testamento:
los libros de Enoc
y de los Jubileos, por ejemplo.
Un trabajo adicional, al cuál se le presta atención, específicamente
en los libros del Antiguo Testamento de Joshua y 2-Samuel, es
el
libro de Jasher. Pero a pesar de la importancia aparente de
Jasher
para los escritores hebreos, no se incluyó en la selección final.
También, el libro de los Números guía nuestra atención al libro de
Las Guerras de Jehová, mientras que en el libro de Isaías, se nos
lleva al libro del Señor. El mismo hecho que estas escrituras sean
mencionadas en la Biblia, significa que deben ser anteriores al
Antiguo Testamento. De hecho, todos son citados como importantes
pero, por una razón u otra, los redactores vieron la oportunidad
para excluirlos cuando se hizo la selección canónica.
A menudo nos hemos preguntado por qué el Dios bíblico de los hebreos
los condujo por pruebas, tribulaciones, inundaciones y desastres
cuando, de vez en cuando, él parece haber actuado con una
personalidad bastante opuesta y misericordiosa. La respuesta es que,
aunque aparentemente ahora es acogido en un contexto general como
Dios Único por las iglesias judías y cristianas, hubo originalmente
una diferencia clara entre las figuras
de
Jehová y El Señor. Ellos
eran, en la práctica, deidades bastante diferenciadas. El dios al
que llamaban Jehová, era tradicionalmente un Dios tempestuoso - un
Dios de la ira y la venganza, mientras que el Dios al que se
refirieron como El Señor, surge como un Dios de la fecundidad y la
sabiduría.
En tiempos antiguos, la palabra hebrea prevaleciente para Señor era
Adón, mientras que el aparente nombre personal de Jehová no se
utilizó en absoluto. Venía de la raíz hebrea original
YHWH (Yahweh),
que significaba 'soy lo que soy' - una declaración que se le
atribuye haber dicho Dios a Moisés en el monte Sinaí, centenares de
años después de la época de Abraham. Sin embargo, la Biblia también
aclara que el Dios de Abraham, fue llamado realmente El Shaddai, que
significa Montaña Alta.
Jehová, por lo tanto, no era en absoluto un nombre. Los primeros
textos se refieren simplemente a El Shaddai y a su contraparte Adón.
Los cananeos llamaron a estos Dioses El Elyon y Baal, significando
exactamente lo mismo: Montaña Alta y Señor. En las Biblia modernas,
las definiciones Dios y el Señor son utilizadas y entremezcladas
como si se refirieran al mismo personaje de Jehová, pero
originalmente no era así. Uno era un dios vengativo (un aniquilador
de personas), y el otro era un Dios social (un benefactor de
personas). Adicionalmente, en contraste con las enseñanzas de la
Biblia, varias tradiciones relatan que estos Dioses, ambos tenían
padres, esposas, hijos e hijas.
A través de la era patriarcal, los hebreos emergentes intentaron
apoyar a Adón el Señor pero, en cada giro, El Shaddai (El Dios
tempestuoso Jehová) se vengaba con inundaciones, tempestades,
hambrunas y destrucción general. Aún en los tiempos de cautiverio
(alrededor del año 586 AC), la Biblia explica que Jerusalén fue
derrocada por orden de Jehová. Entonces, decenas de millares de
israelitas fueron tomados como rehenes en Babilonia, simplemente
porque uno de sus reyes pasados (un descendiente del Rey David)
había erigido altares en veneración de Baal el Adón.
Fue durante el transcurso de este cautiverio que los israelitas
finalmente cedieron. Ellos decidieron, después de generaciones de
apoyo de Adón , sucumbir al opuesto Dios de la ira, desarrollando
una nueva religión sin temor de su retribución. Fue, de hecho, en
este momento que el nombre aparente de Jehová apareció por primera
vez - poco más de 500 años antes de la época de Jesús. A
continuación, la Iglesia Cristiana también puso abordo a Jehová,
llamándolo simplemente Dios, y todos los conceptos hasta ahora
sociales de Adón, se desecharon totalmente. Las dos religiones
fueron ambas de allí en adelante fe de temor, e incluso hoy en día
sus seguidores se denominan como 'temerosos de Dios'.
Esto nos aporta el conocimiento de que, dentro de un panteón general
de dioses y diosas (muchos de los cuales se mencionan realmente en
la Biblia), había dos Dioses predominantes y opuestos. En culturas
diferentes se les ha llamado El Elyon y Baal, El Shaddai y Adon,
Ahriman y Mazda, Jehová y el Señor, Dios y el Padre - pero estos
modismos no son nombres personales; todos ellos son definiciones
titulares.
Para descubrir las identidades de estos Dioses, no debemos mirar más
allá de donde originalmente se les registró como operativos. Al
respecto, textos antiguos cananeos (descubiertos en Siria en 1.920)
revelan que sus respectivas cortes estaban en el valle del Tigris y
el Éufrates, en la Sumeria Mesopotámica – sobre el delta Edén del
Golfo Pérsico.
Los registros escritos sumerios se pueden rastrear hasta el 3er
milenio AC y en ellos se explica que los Dioses en cuestión eran
hermanos. En Sumeria, el Dios tempestuoso quien eventualmente llegó
a ser conocido como Jehová, se llamaba Enlil o Ilul-kur-gal (que
significa el Alto de la Montaña) y su hermano, quien llegó a ser Adón el Señor, se llamaba
Enki - un nombre muy apropiado porque Enki
significa el Arquetipo.
Los textos nos informan que fue Enlil quien trajo el Diluvio; fue
Enlil quien destruyó Ur y Babilonia, y fue Enlil quien se opuso
constantemente a la educación y la iluminación de la humanidad. De
hecho, un texto sirio original, relata que fue Enlil-Jehová quien
arrasó las ciudades de Sodoma y Gomorra en el Mar Muerto - no porque
fuesen guaridas de la maldad como se enseña generalmente, sino
porque ellos eran grandes centros de sabiduría y aprendizaje.
Por otro lado, fue Enki, quien (a pesar de la ira vengativa de su
hermano) otorgó a los sumerios acceso al Árbol del Conocimiento y al
Árbol de la Vida. Fue Enki quien estableció la estrategia de escape
durante el Diluvio, y fue Enki quien entregó las Tablas del Destino,
honradas por todos los tiempos - las tablas de la ley científica que
llegaron a ser los cimientos de las originales escuelas de misterios
en Egipto.
Muchos libros mencionan la escuela hermética del Faraón Tutmosis
III, quien reinó cerca del año 1.450 AC, pero generalmente no es
sabido que la escuela que él heredó era la original Corte del
Dragón, fundada por los sacerdotes de Mendes cerca del año 2.200 AC.
Posteriormente, fue ratificado por la 12va dinastía de la Reina Sobeknefru como una Soberana Orden Sacerdotal, para ser llevada
eventualmente desde Egipto a los Reyes de Jerusalén y los Príncipes
del Mar Negro de Scythia. Hace alrededor de 600 años, el Rey
Segismundo de Hungría reconstituyó la Orden, que existe hoy día como
La Corte Imperial y Real de la Soberanía del Dragón, bajo los
auspicios de la Casa de Vere de Anjou.
Los reyes de la primera sucesión (quienes reinaron en Sumeria y
Egipto antes llegar a ser Reyes de Israel) al instalarse fueron
ungidos con la grasa del Dragón: el cocodrilo sagrado. Esta noble
bestia fue conocida en Egipto como el Messeh (del cual derivó el
verbo hebreo "ungir") - y los Reyes de esta sucesión dinástica
fueron conocidos como Dragones o Mesías (significando Los Ungidos).
En tiempos del conflicto, cuando se unieron los ejércitos de los
diferentes reinos, se escogió un líder general y fue llamado el Gran
Dragón (el Rey de Reyes) o, como mejor conocemos el nombre en su
antigua forma céltica, el Pendragón.
Un aspecto interesante de la palabra 'realeza' es que es idéntica a
parentesco (N. Del T.: se refiere a las palabras en idioma inglés
kingship y kinship respectivamente). En su forma original “kingship”
era “kainship”, y el primer Rey de la sucesión Mesiánica era el Caín
bíblico (Kain), la Cabeza de la Casa Sumeria de Kish. Al reconocer
esto, uno puede ver inmediatamente una anomalía de origen en la
historia tradicional del Génesis, pues la línea histórica hasta
llegar a David y Jesús, no era en absoluto de Adán y el hijo de Eva
Seth. Era del hijo de Eva, Caín, cuyos sucesores registrados (aunque
se les da poco espacio en el Antiguo Testamento) fueron los primeros
grandes reyes de Mesopotamia y Egipto.
Al leer la Biblia con este conocimiento en mente, entonces vienen a
aparecer dos importantes características más. La enseñanza
convencional cita generalmente a Caín como el primer hijo de Adán y
Eva - pero no lo era; inclusive el libro del Génesis nos dice que no
lo fue. De hecho, confirma cómo Eva le dijo a Adán que el padre de
Caín era El Señor, quien era por supuesto Enki el Arquetipo. Aún
fuera de la Biblia, en las escrituras del Talmud hebreo y el
Midrash, queda bastante claro que Caín no era el hijo de Adán.
Así que, ¿qué más se nos ha enseñado equivocadamente acerca de este
aspecto particular de la historia? El libro del Génesis (en su
traducción inglesa) nos dice que Caín era 'un labrador del suelo' -
pero esto no es en absoluto lo que los textos originales dicen. Lo
que dicen es que Caín tuvo 'dominio sobre la tierra', que es un
asunto bastante diferente cuando se considera su status de rey.
Los traductores de Biblia parecen haber tenido un problema constante
con la palabra Tierra - a menudo traduciéndola como suelo, arcilla o
polvo, en vez de reconocerla como relacionada con La Tierra. Aún en
el caso de Adán y Eva, los traductores cometieron evidentes errores.
La Biblia dice, 'Masculino y femenino los creó, y a él le llamó
Adán'. Escrituras más antiguas utilizan la palabra más completa
Adâma, que significa 'de la Tierra'. Sin embargo, esto no
significaba que ellos estaban hechos de tierra; significa (como la
Biblia Áncora hebrea explica en términos precisos) que ellos eran
Terrícolas.
Hace alrededor de 6.000 años, Adán y Eva (conocidos entonces como
Atâbba y Kâva - y llamados colectivamente el Adâma) fueron criados
con propósitos de realeza por Enki y su esposa y hermana
Nîn-khursag. Esto sucedió en una 'cámara de creación' la cual en los
anales sumerios se le denomina la Casa de Shimtî (Shi-im-tî que
significa 'aliento - viento - vida'). Adán y Eva ciertamente no eran
las primeras personas en la Tierra, pero fueron los primeros de la
sucesión real alquímicamente ideada. A Nîn-khursag se le llamó la
Dama del Embrión, o la Dama de la Vida, y era la madre sustituta de
Atâbba y Kâva, quienes fueron creados a partir de un óvulo humano
fertilizado por el Señor Enki.
Fue a causa del título de Nîn-khursag, la Dama de la Vida, que a Kâva posteriormente le fue dada la misma distinción por los hebreos.
De hecho, el nombre Kâva (Ava o Eva) en forma subsiguiente significó
"vida". Hay un interesante paralelo aquí porque, en sumerio, el
modismo La Dama de la Vida era Nîn-tî (Nin significa Dama, y tî
significa Vida). Sin embargo, otra palabra sumeria, ti (con
pronunciación más larga: "tii") significa 'costilla' - y fue en
virtud de la confusión entre las dos palabras, tî y ti, por parte de
los hebreos, que Eva llegó a ser incorrectamente asociada con la
costilla de Adán.
Tanto Enki como Nîn-khursag (junto con su hermano Enlil - el
posterior Jehová) perteneció a un panteón de Dioses y diosas
conocidos como
los Anunnaki, lo cual, en sumerio, significa 'el
Cielo vino a la Tierra' (An-unna-ki). De hecho, la Gran Asamblea de
los Anunnaki (llamada luego la Corte de los Elohim) se menciona
realmente en el Salmo No. 82 del Antiguo Testamento, en donde Jehová
hace su ofrecimiento de poder supremo sobre los otros Dioses.
Según la tradición del Dragón, la importancia de Caín era que él fue
producido directamente por Enki y Kâva, así que su sangre era tres
cuartos Anunnaki, mientras que sus hermanastros, Hevel y Satânael
(mejor conocidos como Abel y Seth), eran menos de la mitad Anunnaki,
siendo la progenitura de Atâbba y Kâva (Adán y Eva). La sangre
Anunnaki de Caín era tan avanzada, que se dijo que la sangre de
Abel, su hermano, era muy terrestre en comparación. Se relató en las
escrituras que Caín 'surgió muy por encima de Abel', para que la
sangre de su hermano fuera tragada por la tierra - pero esta
descripción original fue completamente mal interpretada por la
Biblia moderna, la cual ahora afirma que Caín 'se alzó contra Abel'
y derramó su sangre sobre la tierra. Esto, no es de ningún modo lo
mismo.
La historia ahora puede proseguir, considerando el más antiguo
Escudo de Armas en la historia soberana - un título que denotaría el
linaje Mesiánico del Dragón a lo largo de los tiempos. Los sumerios
se referían a esta insignia como el el Gra-Al, pero la historia
bíblica se refieren a él como la Marca de Caín. Esta Marca es
presentada por la Iglesia moderna como si fuera una forma de
maldición, pero en la Biblia no se le define así. El Génesis
realmente cuenta que, habiendo discutido con Jehová sobre un asunto
de observancia soberana, Caín temió por su vida. Consecuentemente,
el Señor puso una marca sobre Caín, jurando una venganza séptupla
contra sus enemigos.
Nunca se ha comprendido completamente por qué Jehová habría decidido
proteger a Caín, cuando fue él quien tuvo la queja contra Jehová.
Pero el hecho es que Jehová no tomó esta decisión; la Marca sobre
Caín fue puesta por el Señor - y el Señor (el Adón) no era Jehová
sino el propio Padre de Caín, Enki.
Pocas personas piensan jamás piensan en cuestionarse acerca de los
supuestos enemigos de Caín, como se los define en el Génesis.
¿Quiénes podrían haber sido? ¿De dónde habrían venido? De acuerdo a
la Biblia sólo existían Adán y Eva, junto con sus hijos Caín y Abel
– y aparentemente Caín mató a Abel. ¡Por lo tanto, si uno acepta el
texto por lo que dice, no había más nadie que pudiera ser enemigo de
Caín!
El Gra-Al sumerio, al cuál la tradición bíblica le llama la Marca de
Caín, era un digno símbolo así como la Copa de las Aguas, o la Rosi-Crucis (la Copa de Rocío), y fue identificada en todos los
registros (inclusive en los anales egipcios, fenicios y hebreos)
como una Cruz roja vertical centrada dentro de un Círculo. A través
de las eras fue desarrollada y embellecida, pero siempre ha
permanecido esencialmente igual y se le reconoce como el símbolo
original del Santo Grial.
Otra anomalía se presenta poco después en el Génesis, cuando se nos
dice que Caín encontró esposa. ¿Quiénes en toda la tierra podrían
ser los padres de ella, si Adán y Eva eran la única pareja viva?
¡Luego, sin ni siquiera afrontar esta anomalía, el Génesis procede a
dar una lista de los descendientes de Caín! De todo esto se saca en
claro, que ha sido editada información importante del relato del
Antiguo Testamento. Simplemente, existía mucha más gente por esa
época y no es difícil encontrar sus historias fuera de la Biblia. A
parte de los registros sumerios, incluso textos antiguos hebreos y
cristianos dan mucha más información al respecto.
Para aumentar aún más la sucesión histórica de Caín, este se casó
con su hermanastra, una princesa pura Anunnaki llamada Luluwa. Su
padre era Enki y su madre fue
Lilith, una nieta de Enlil. Aunque no
nos da el nombre de la esposa de Caín, la Biblia da el nombre de su
hijo menor Enoc (Henôch), mientras que los registros sumerios citan
a su hijo mayor y sucesor real Atûn, quien quizás es más conocido
como el Rey Etâna de Kish.
Se decía que Etâna 'caminó entre los Dioses' y fue alimentado de la
Planta del Nacimiento (o el Árbol de la Vida como se le llama en el
Génesis). De allí en adelante los reyes de esa línea, fueron
denominados como las ramas del Árbol - y la palabra antigua para
rama era 'klone' (clon). En tiempos posteriores, esta Planta o Árbol
se redefinió como la Vid – y así el Gra-Al, la Vid y el linaje
Mesiánico, llegaron a entrelazarse en la literatura del Santo Grial
de las eras subsiguientes.
En virtud del cruce así concebido, esta sucesión real se modeló
específicamente para liderazgo y, en todos los aspectos del
conocimiento, la cultura, la conciencia, la sabiduría y la
intuición, estaba altamente avanzada respecto a sus contemporáneos
mundanos. Para conservar su sangre lo más pura posible, siempre se
casaron con un pariente cercano, porque se conocía completamente que
el gen predominante de la sucesión era portado por la sangre de la
madre. Hoy en día a esto lo llamamos ADN Mitocondrial. Y así nació
una tradición heredada por sus descendientes reales en Egipto, y por
los posteriores gobernantes célticos de Europa. La verdadera realeza
fue mantenida, fue transferida a través de la hembra y los
matrimonios reales fueron por lo tanto, estratégicamente concertados
con hermanastras maternas o primos de la línea maternal.
Habiendo llegado al punto dónde se menciona por primera vez la
Planta del Nacimiento en los registros, estamos alrededor del año
3.500 AC, y es aquí donde comenzamos a aprender cómo fue alimentada
oralmente la sucesión real desde los primeros días con suplementos
corporales. Esta práctica original continuó por más de 1.000 años,
hasta que el programa de alimentación se volvió completamente
científico y alquímico.
Antes discutir la dieta real en detalle, vale la pena considerar por
qué todos los personajes importantes de Sangre Real (los Sangréal)
que progresaron a partir de Caín y sus hijos, fueron
estratégicamente ignorados por los hebreos y por la Iglesia
cristiana, en favor de promocionar una línea paralela menor, a
partir de Seth, el hijo de Adán. ¿Por qué que la inmediata dinastía
Cananea fue rehuida por los atemorizados discípulos de Enlil-Jehová?
En el libro del Génesis del Antiguo Testamento, las líneas de
descendencia se dan a partir de Caín y de su hermanastro Seth, pero
es de interés destacar, que los nombres detallados en las primeras
generaciones son bastante similares en cada lista, aunque se dan en
un orden diferente: Enoc, Jared, Mahalaleel, Matusalén y Lamec. En
vista de esto, a menudo se ha sugerido que la línea descendiente
desde Seth hasta el hijo de Lamech, Noé, fue creada por los
compiladores de Biblia, para evitar mostrar la verdadera
descendencia desde Caín hasta la época de Noé. Si este fuese el
caso, entonces algo debe haber ocurrido durante la vida de Noé para
causar que la historia ancestral fuese velada por los escritores
posteriores, como de hecho es transmitido en la Biblia misma.
En esa etapa de la historia familiar,
el vengativo Jehová
aparentemente advirtió a Noé y a sus hijos contra la ingestión de
sangre - un edicto que llegó a ser expresamente importante para el
estilo de vida hebreo posterior. Desde hace mucho tiempo ha sido una
acostumbrada práctica judía, colgar carne para que sangre antes de
cocinarla y consumirla pero, por contraste, la fe cristiana se
preocupa especialmente por la ingestión figurada de sangre. En la
tradición cristiana, se acostumbra tomar el sacramento de la
Comunión (la Eucaristía), en la que el vino se bebe del cáliz
sagrado, representando simbólicamente la sangre de Jesús: la sangre
de la Vid Mesiánica.
¿Podría ser, por lo tanto, que la costumbre cristiana moderna es un
salto atrás involuntario a algún ritual lejano pre-Noé al que Jehová
se opuso? Si ese es el caso, entonces ya que se sabe que el Cáliz es
un símbolo enteramente femenino que ha sido emblemático de la matriz
de los primeros tiempos (como se discutió en el libro La Herencia
del Santo Grial), ¿podría esta sangre Mesiánica (ahora simbolizada
por el vino) haber sido un extracto de sangre menstrual en los
tiempos originales?
La respuesta a estas preguntas es Sí, eso era precisamente la
costumbre - pero no era tan insulso como quizás parezca. De hecho,
pocos de nosotros pensamos en cuestionar las fuentes máximas de
muchas de las medicinas y suplementos corporales que hoy en día se
ingieren - y aquellos que son conocedores a menudo estarían reacios
a decirnos. La hormona Premarin, por ejemplo, viene de la orina de
yeguas preñadas, mientras que ciertas hormonas del crecimiento y la
Insulina se fabrican del E. Coli - una bacteria fecal.
El extracto de sangre en cuestión era, en el primer caso, el de
Nîn-khursag la hermana-esposa de Enki, la denominada Dama de la
Vida. Era una esencia sagrada Anunnaki, definida como la más
poderosa de todas las fuerzas vitales y se le veneraba como Fuego de
Estrellas. Fue del vientre de Nîn-khursag que nació la línea real y
fue su sangre, el divino
Fuego de Estrellas, con el que la sucesión
del Dragón se alimentó suplementariamente. En el antiguo Egipto, a Nîn-khursag se le llamó
Isis y, bajo cualquier nombre, ella era la
madre máxima de la línea Mesiánica, pues era suyo el gen de de la
línea matriarcal que constituyó el comienzo de la realeza.
Vale recordar, por lo tanto, que el edicto bíblico de abstenerse de
la sangre no provino de Enki el Sabio, sino de Enlil-Jehová, el Dios
de la ira y la venganza que habría instigado el Diluvio, forzado el
caos en Ur y Babilonia, y habría intentado engañar a Adán diciéndole
que moriría si comía del Árbol del Conocimiento. Este no era un dios
que le agradaran las personas y los registros sumerios son muy
claros al respecto. De ahí que, si él prohibía la ingesta de sangre,
no es probable que hubiese sido un edicto para el beneficio de Noé y
sus descendientes; sino más probablemente para su detrimento.
En términos estrictos, el original Fuego de Estrellas era la esencia
lunar de la Diosa, pero aún dentro de un entorno mundano cotidiano,
la menstruación contiene las secreciones endocrinas más valiosas,
especialmente la de las glándulas pineal y pituitaria . La glándula
pineal del cerebro, se asoció en particular directamente con el
Árbol de la Vida, pues de esta glándula diminuta, se decía que
secretaba la esencia misma de la activa longevidad, conocida como
soma - o como los griegos la llamaron, ambrosía.
En círculos místicos, la flor menstrual (la que tiene el flujo)
(N.del T.: en idioma inglés la palabra Flow-er contiene las mismas
sílabas que la palabra flor y también es la contracción de “ella la
fluente”) por mucho tiempo se le ha conocido como la flor, y se le
representa como un lirio o un loto. De hecho, la definición 'flor'
es la misma raíz de la palabra moderna flor en el idioma inglés. En
Sumeria antigua, las hembras claves de la sucesión real todas eran
veneradas como lirios, teniendo nombres tales como Lili, Luluwa,
Lilith, Lilutu y Lillette.
En la representación pictórica, el Dragón Mesiánico guarda poca
relación con la bestia alada de la mitología occidental posterior
que respira fuego. Era, en esencia, una serpiente de grandes fauces
con cuatro patas – muy similar a un cocodrilo o un lagarto. Este era
el Messeh sagrado cuyo nombre era Draco. Esta bestia soberana, era
un símbolo divino de los faraones egipcios, un símbolo del
Terapeutote egipcio en Karnak y Qumrân, mientras que también era la
serpiente marina Bistea Neptunis de los Reyes Pescadores
descendientes Merovingios en Gaul.
En las referencias a serpientes en textos hebreos antiguos, se usa
la palabra nahash (de la raíz NHSH), pero esto no se relaciona con
serpientes en la manera en que quizás nosotros las percibamos como
víboras venenosas. Se relaciona con las serpientes en su capacidad
tradicional de mensajeras de sabiduría e iluminación – pues la
palabra nahash realmente significa "descifrar", "averiguar". Las
serpientes, de una forma u otra, siempre se asociaron con la
sabiduría y la sanación - con los Árboles de la Vida y del
Conocimiento, siendo costumbre identificarlos con serpientes. De
hecho, el emblema de muchas asociaciones médicas actuales es
precisamente esta imagen de una serpiente enrollada alrededor de la
Planta del Nacimiento - una representación mostrada en los relieves
de la antigua Sumeria, como el propio símbolo personal de Enki.
En forma interesante, otro símbolo común para las organizaciones de
atención médicas representan dos serpientes enrolladas, dando
vueltas en espiral alrededor del caduceo alado de Hermes el Mago. En
estos casos, el simbolismo verdadero del ritual del Fuego de
Estrellas se transmite y este símbolo se puede trazar hasta el
origen mismo de las escuelas alquímicas de misterio y las
instituciones gnósticas. Los registros explican que el báculo
central y las serpientes entrelazadas, representan la médula espinal
y el sistema nervioso sensorial. Las dos alas superiores significan
las estructuras ventriculares laterales del cerebro. Entre las alas,
arriba de la columna vertebral, se muestra el pequeño nodo central
de la glándula pineal.
La combinación de la pineal central y sus alas laterales por mucho
tiempo se ha conocido el Cisne y en el conocimiento del Grial (como
en algunos círculos del Yoga), el Cisne es emblemático del ser
completamente iluminado. Este es reino máximo de la conciencia
lograda por los Caballeros medievales del Cisne - como el
personificado por figuras caballerescas tales como Parcival y
Lohengrin.
La pineal es una glándula muy pequeña, con forma de pino cónico. Se
sitúa en el centro del cerebro, aunque fuera de los ventrículos, y
no forma parte de la masa cerebra como tal. Con el tamaño de un
grano de maíz, el científico óptico francés del siglo XVII, René
Descartes, pensó que era el asiento del alma - el punto en que la
mente y el cuerpo se unen. Los antiguos griegos pensaban igual y en
el siglo IV AC., Herofilo describió a la glándula pineal como un
órgano que regula el flujo de los pensamientos.
En los días de la antigua Sumeria, los sacerdotes de Anu (el padre
de Enlil y Enki) perfeccionaron y elaboraron un ramificada ciencia
médica en base a sustancias vivas, siendo un componente esencial el
Fuego de Estrellas menstrual. En el primer caso, fue esencia lunar
Anunnaki pura llamada el oro de los dioses, con la que se alimentaba
a los reyes y reinas de la sucesión del Dragón. Más tarde, sin
embargo, en Egipto y el Mediterráneo, los extractos menstruales se
recolectaron ritualmente a partir de sacerdotisas vírgenes sagradas,
quienes eran veneradas como las Mujeres Escarlata. De hecho, la
misma palabra ritual, tiene su origen en esta práctica y en la
palabra ritu (rubor), lo que definía la ceremonia sagrada.
Desde luego los suplementos hormonales, son utilizados por el
estamento actual órgano-terapéutico, pero sus secreciones inherentes
(tales como la melatonina y la serotonina), se obtienen a partir de
glándulas disecadas de órganos muertos y carecen de los elementos
realmente importantes que sólo existen en la fábrica glandular del
humano vivo.
En el simbolismo del fuego de la antigua alquimia, el color rojo es
sinónimo del metal oro. En algunas tradiciones (inclusive los
tantras hindúes), al rojo también se le identifica como negro. De
allí que la diosa Kali se dice que es roja y negra. Sin embargo, la
herencia original de Kali era sumeria, y se decía que era Kalimâth,
la hermana de Luluwa, la esposa de Caín. Kali era una de las
primeras princesas de la casa del Dragón y por su asociación con el
Fuego de Estrellas, ella llegó a ser la diosa del tiempo, las
estaciones, los períodos y los ciclos.
Por lo tanto en los primeros días, los metales de los alquimistas no
eran metales comunes, sino sustancias vivas, y los misterios
ancestrales eran de naturaleza física, no metafísica. De hecho la
palabra 'secreto' tiene su origen en el conocimiento oculto de las
secreciones glandulares. La verdad era el ritu, del cual no sólo se
deriva la palabra ritual, sino también las palabras raíz y rojo. El
ritu, se decía, se revela como materia física en la forma del más
puro y noble de todos metales: el oro, el cual se creía representaba
la verdad máxima.
Así como la palabra secreto tiene su origen en la traducción de una
antigua palabra, así también otras palabras relacionadas tienen
bases similares. En el antiguo Egipto, la palabra Amén se utilizaba
para significar algo oculto o escondido. La palabra oculto significa
lo mismo: 'Escondido de la vista' - y aun hoy en día utilizamos
Amén, para concluir las oraciones y los himnos, mientras que algo
oculto se cree que es siniestro. Sin embargo, en términos reales,
ambas se relacionan con la palabra secreto, y las tres estaban de
una u otra forma conectadas con la ciencia mística de las
secreciones endocrinas.
Puesto que a Kali se le asociaba con el negro, la palabra inglesa
'coal' (N. del T.: ‘carbón’) - que denota aquello que es negro -
también proviene del nombre Kali a través de la palabra intermedia
kol. En la tradición hebrea, Bath-Kol (la contraparte de Kali), se
le llamaba la Hija de la Voz, y se decía que la voz se originaba
durante la pubertad femenina. De allí que el vientre se asociaba con
la voz enigmática y se decía que el Fuego de Estrellas era la
Palabra oracular del Vientre.
Por lo tanto, el vientre era el “utterer”, (N. del T.
divulgador), o
el útero.
A las Mujeres Escarlata se les llamó así por ser una fuente directa
del Fuego de Estrellas sacerdotal. Fueron conocidas en Grecia como
las hierodulai (mujeres sagradas) - una palabra que luego se
transformó (mediante el francés medieval al inglés) a “harlot”. En
la lengua germánica original se les conoció como horés, lo cual fue
luego anglificado a “whores” (N. del T. harlot y whores, significan
prostituta, ramera). Sin embargo, la palabra originalmente
significaba simplemente, 'amadas'.
Como se explica en los buenos
diccionarios etimológicos, estas palabras eran descripciones de una
alta veneración y nunca fueron intercambiables con tales
definiciones de prostituta o adúltera. Su asociación, ahora común,
era de hecho, una estrategia completamente inventada por la Iglesia
romana medieval, en su propuesta para denigrar del noble estatus de
las sacerdotisas sagradas.
La retirada del dominio público, del conocimiento de la tradición
genuina del Fuego de Estrellas, ocurrió cuando la ciencia de los
primeros gnósticos y posteriores adeptos, fue suprimida por los
falsificadores de la cristiandad histórica. Una cierta cantidad de
la gnosis (el conocimiento) original, se preserva en el saber
talmúdico y Rabínico pero, en términos generales, los judíos y
cristianos convencionales hicieron todo lo que pudieron para
distorsionar y destruir todas las huellas del arte antiguo.
Además de ser el Oro de los Dioses, al menstruo Anunnaki también se
le llamó el Vehículo de Luz, siendo la máxima fuente de la
manifestación y, en esta consideración, se equiparó directamente con
las Aguas Místicas de la Creación - el flujo de la sabiduría eterna.
Fue por esta razón, que la Rosi-Crucis (Copa de las Aguas) se
convirtió en la Marca de Caín y en el símbolo subsiguiente de la
sucesión real. Se decía que la Luz quedaba inactiva en una persona
espiritualmente dormida, pero que podía despertarse y motivarse por
la energía espiritual de la auto-voluntad y por la auto-búsqueda
constante. Esto no es un proceso mental obvio, sino realmente una
conciencia de libre pensamiento: un plano amorfo del ser puro o
conocimiento.
Fue este mismo concepto de auto-compleción lo que trajo el mayor
problema para Enlil-Jehová. En contraste, su hermano Enki supo que
los humanos que comían del Árbol del Conocimiento (la sabiduría
Anunnaki) y de la Planta del Nacimiento (el Fuego de Estrellas
Anunnaki) podían llega a ser casi como Dioses. Aún, se dice que
Jehová habría reconocido esto y el Génesis sostiene que cuándo Adán
había tomado la fruta del Árbol, Jehová dijo, 'Mirad, el hombre ha
llegado a ser como uno de nosotros'.
Enki, el sabio guardián del Árbol del Conocimiento, también tenía
otro nombre en la tradición hebrea, en la cual fue llamado Samael
(Sama-El) porque él era el Señor designado de Sama en la Mesopotamia
septentrional. Las enseñanzas de las escuelas de misterios eran muy
específicas acerca de los Árboles de la Vida y El Conocimiento, y
emulaban la sabiduría del mismo Enki, sosteniendo:
Nada se obtiene simplemente deseándolo y nada se logra dejando la
responsabilidad a una autoridad más elevada. Creer es el acto de
vivir, (N.del T.: Juego de palabras en inglés; Believing significa
creer, pero separado Be-living significa vivir) pues estar vivo es
creer, y la voluntad es el máximo recurso del ser.
Los anales sumerios relatan que el hijo de Cain, el
Rey Etâna, tomó
de la Planta del Nacimiento para criar a su propio hijo y heredero,
el Rey Baali, mientras la Planta del Nacimiento se asoció con la
longevidad del individuo y el oficio de la realeza. En la práctica,
estaba relacionado con el Fuego de Estrellas y con la actividad de
la glándula pineal, y tomar de la Planta del Nacimiento, era el
ritual de ingerir el Fuego de Estrellas: La esencia femenina
Anunnaki, que ellos llamaron 'el néctar de la excelencia suprema '.
Al respecto, la flor Anunnaki (la flor o el lirio) fue hecha para
ser la portadora de la copa: la transmisora del rico alimento de la
matriz. Al tener esta capacidad, se le llamó la Rosa de Sharon
(Sha-ra-on). Esto deriva de la palabra Sha, que significa Orbita,
junto con las palabras Ra y On, relacionadas con el máximo Templo de
la Luz. De ahí, ella fue La Rosa de la Orbita de Luz. El significado
de esta condición sumamente venerada, se hace realmente evidente en
la Biblia, en la Canción esotérica de Salomón, donde la novia
Mesiánica proclama, 'soy La Rosa de Sharon y el lirio de los
valles'.
Se consideraba que un recipiente real del Fuego de Estrellas había
llegado a calificar para la realeza, cuando alcanzaba un estado
predefinido de conciencia iluminada - un estado en el cual sus
aptitudes para la sabiduría y el liderazgo, habían sido realzadas
hasta alcanzar los dominios de la realeza llamados el Malkû. Fue de
esta palabra mesopotámica que los hebreos generaron sus palabras
malchus (rey) y malkhut (el reino).
Sólo en tiempos muy recientes los científicos médicos han
identificado la secreción hormonal de la glándula pineal. Finalmente
se aisló en el año 1.968 y la esencia se le llamó melatonina, que
significa 'trabajador nocturno' (del griego melos, que significa
"negro", y tosos, que significa 'labor'). Las personas con una
producción alta de melatonina reaccionan bruscamente a la luz solar,
la cual afecta su capacidad mental. Operan esencialmente de noche y
a la melatonina se le llama 'la hormona de la oscuridad', siendo
producida sólo de noche o lejos de la luz del sol. La exposición a
un exceso de luz solar realmente reduce la glándula pineal y dilata
el despertar espiritual, mientras que la oscuridad y la alta
actividad pineal aumentan el conocimiento intuitivo agudo de la
mente sutil, mientras que reduce el factor de stress.
La melatonina realza y aumenta el sistema inmunológico del cuerpo, y
aquellos con alta secreción pineal son menos propensos a desarrollar
enfermedades cancerosas. La alta producción de melatonina eleva la
energía, la estamina y los niveles físicos de tolerancia. También se
relaciona directamente con los patrones de sueño, manteniendo el
cuerpo temperadamente regulado, con propiedades que operan a través
del sistema cardiovascular. La melatonina es, de hecho, un
antioxidante muy poderoso y efectivo del cuerpo y tiene propiedades
positivas mentales y físicas anti-envejecimiento. Esta valiosa
hormona es fabricada por la glándula pineal activando a un mensajero
químico llamado serotonina, el cual transmite impulsos nerviosos a
través de pares de cromosomas en un proceso llamado meiosis. Este es
el momento cuando los núcleos de la célula se dividen y los
cromosomas se comparten, para ser combinados eventualmente con otros
medio juegos en la fecundación.
La resina del pino fue identificada por mucho tiempo con la
secreción pineal y fue utilizada para hacer incienso (el incienso
del sacerdocio). El oro, por otro lado, era un símbolo tradicional
de la realeza. De ahí que, el oro y el incienso fueran las
sustancias tradicionales de los sacerdotes-reyes de la línea
Mesiánica, junto con mirra (una resina de goma utilizada como un
sedante médico), que simbolizaba la muerte. En el mundo antiguo, el
conocimiento más elevado se conocía como daäth (del que viene la
palabra death. N del T. muerte en inglés). De hecho, el Nuevo
Testamento describe que estas tres sustancias, el oro, el incienso y
la mirra, fueron presentados a Jesús por los Magos, con lo cual lo
identificaban, sin duda alguna, como un sacerdote-rey hereditario de
la sucesión del Dragón.
Los maestros Yoga sugieren que la glándula pineal (a la cual ellos
llaman el Tercer Ojo, o el Ojo de la Sabiduría) es significativa en
el proceso de tener conciencia, pues es la máxima fuente de Luz. Los
Iluministas y otros adeptos Rosacruz, se han referido por mucho
tiempo a la pineal como el “ayin” secreto - una palabra antigua para
ojo. Interesantemente, Enki-Samael era conocido como el Señor del
Ojo Sagrado.
Se dice que una persona realmente espiritual puede percibir
automáticamente con el Tercer Ojo (el ojo sutil del interior), antes
que sea engañada por ojos mundanos que solo revelan las presencias
físicas. Tales presencias se definen por su lugar dentro de un
tiempo arbitrario, pero para los graduados pineales, no hay tiempo
que computar pues ellos viven en una dimensión donde el tiempo y el
espacio son de poca trascendencia.
Y así los reyes Cananeos de Mesopotamia (los primeros Señores del
Dragón del linaje Mesiánico) ya que estaban hechos de elevada
sustancia Anunnaki, fueron alimentados con Fuego de Estrellas
Anunnaki para aumentar su percepción, su conciencia e intuición.
Consecuentemente, se convirtieron en maestros de la sabiduría - casi
como Dioses en sí mismos. Al mismo tiempo, sus niveles de estamina y
sus sistemas inmunológicos se reforzaron dramáticamente, pues las
propiedades anti-envejecimiento de las secreciones hormonales
regularmente ingeridas, facilitaran lapsos extraordinarios de vida.
Además del ritual del Fuego de Estrellas, también se decía que los
reyes del linaje habían sido alimentados con la leche de la Diosa, y
aparentemente esta contenía una enzima que conducía a activar la
longevidad. Los investigadores genéticos actuales llaman a esta
enzima Telomerasa. Como se reportó recientemente en el Science
Journal (Vol 279 - 16 de enero 1.998), estudios corporativos y del
Centro Médico del Sudoeste, de la Universidad de Tejas, han
determinado que la telomerasa tiene propiedades anti-envejecimiento
extraordinarias.
Las células sanas del cuerpo están programadas para dividirse muchas
veces durante una vida, pero este proceso de división y réplica es
finito, hasta que finalmente se alcanza un estado de no división.
Esto es un factor crucial en el envejecimiento. El potencial de la
división es controlado por unos casquetes en el extremo de las
hebras del ADN (bastante parecidos a las puntas de los cordones de
zapato). Estos casquetes son los telómeros y, a medida que cada
célula se divide, se pierde un pedazo de telómero. El proceso de
división cesa cuando los telómeros se han acortado a una longitud
óptima y crítica, posterior a la cual no hay más división celular y
todo lo que sigue es el deterioro.
Experimentos de laboratorio con muestras de tejido, han mostrado
ahora que una aplicación de la enzima genética telomerasa, puede
prevenir el acortamiento de los telómeros en la división y réplica
celular. De ahí que, las células del cuerpo pueden continuar
dividiéndose mucho más allá de su programación natural restringida -
así como lo hacen las células cancerígenas que logran la
inmortalidad por ser ricas en telomerasa.
La telomerasa no se expresa generalmente en el tejido normal del
cuerpo pero, aparte de estar presente en los tumores malignos,
también está presente en las células reproductoras. Parece, por lo
tanto, que dentro de nuestra estructura de ADN, está la habilidad
genética de producir esta enzima anti-envejecimiento, pero que el
potencial se ha desconectado de algún modo y permanece inactivo.
Probablemente, existe dentro de esas partes de nuestro ADN a las que
los científicos se refieren actualmente como "chatarra".
En la Biblia canónica, se nos dice que, durante las vidas de Noé y
sus hijos, Jehová dio el edicto que prohibía ingerir sangre – o al
menos este fue el marco de tiempo aplicado al edicto por los
compiladores del Antiguo Testamento en el el siglo VI AC. Es
improbable, sin embargo, que este fuese el marco de tiempo correcto,
ya que para ese punto, Enlil-Jehová no habría tenido tal autoridad
suprema sobre Anu, Enki y la
Gran Asamblea de los Anunnaki. No
obstante, es evidente que, a partir de entonces, las edades dadas de
la línea patriarcal comienzan a disminuir considerablemente, de modo
que desde los días de Abraham e Isaac, mayormente, se nos presentan
lapsos de más normales. Sin embargo, en contraste, los lapsos de
vida de los reyes Sumerios descendientes de Cain y Etâna continuaron
en un nivel generalmente prolongado.
Lo que sabemos sin lugar a dudas es que, cualesquiera sean las
realidades del edicto y su cronología, se volvió necesario un cambio
importante en la práctica del Fuego de Estrellas cerca del año 1.960
AC. Esto fue cuando la Biblia nos dice que Abraham y su familia se
desplazaron hacia el norte de la ciudad de Ur de los Caldeos (la
capital de Sumeria) hasta Harán, en el reino de Mari, antes de girar
hacia el oeste a Canaán. Los textos históricos contemporáneos
registran que Ur fue saqueada por el Rey de la cercana Elam, poco
después del año 2.000 AC y, aunque la ciudad fue reedificada, el
nuevo centro del poder se estableció en Harán.
Pero Harán no era
solo el nombre de una ciudad próspera, era el nombre del hermano de
Abraham (el padre de Lot). Documentos existentes (descubiertos en
1.934) también revelan que otras ciudades en Mesopotamia se les
llamó de igual forma, de acuerdo a los antepasados de Abraham -
ciudades tales como Terah (el padre de Abraham), Nahor (el padre de
Terah), Serug (el padre de Nahor), y Peleg (el abuelo de Serug).
Aparentemente, alineados con toda la evidencia sumeria que sostiene
la línea real de Cain, estos informes recientemente descubiertos
confirman que la familia más cercana de Abraham (en la sucesión
después de Noé) también eran grandes apoderados de la región en
general. Claramente, los patriarcas no representaban familias
ordinarias, sino que constituían una dinastía muy poderosa. ¿Pero
por qué tan antigua herencia de prominencia y renombre llegó a un
fin abrupto y forzó a Abraham a salir de Mesopotamia hacia Canaán?
La respuesta será encontrada en tabletas de arcilla que pueden
fecharse cerca del año 1.960 AC. Estas detallan que, en aquel
momento, todo cambió en la hasta ahora tierra sagrada de Sumeria,
cuando llegaron invasores de todas partes. Ellos eran los Akkadianos
del norte, los Amoritas de Siria y los Elamitas de Persia. El texto
continúa:
“Cuando ellos derrocaron, cuando el orden destruyeron. Entonces como
un diluvio todo se consumió a la vez. Por lo que, Oh Sumeria! Te han
cambiado? A la Dinastía Sagrada del Templo ellos exiliaron”.
Fue en esta etapa de la historia sumeria que el imperio cayó y
Abraham fue forzado a huir hacia el norte de la ciudad de Ur. Pero,
qué le había sucedido a los Anunnaki: La Gran Asamblea de dioses
quienes habían establecido todo? Una vez más, el texto continúa:
“Ur se destruye, amargo es su lamento. La sangre del campo ahora
llena sus hoyos como bronce caliente en un molde. Los cuerpos se
disuelven como grasa en el sol. Nuestro templo se destruye. El humo
yace en nuestras ciudades como un manto. Los dioses nos han
abandonado como pájaros migratorios.”
En términos históricos, este desplome total del imperio sumerio le
sigue a la fundación de Babilonia por el Rey Ur-Baba cerca de 2.000
AC. Ciertamente, el relato de la Torre de Babel, y la ira resultante
de Jehová encaja precisamente con el marco de tiempo del propio
abandono de los sumerios por los Anunnaki.
La historia del Génesis relata que las personas, que hasta aquel
momento Jehová había dicho eran 'muy buenas', fueron castigados
severamente a causa de una extraña trasgresión, sobre la que no se
había reglamentado previamente. La aparente trasgresión fue que
todos hablaban el mismo idioma - y el idioma único que todos
hablaban era, por supuesto, el sumerio: el primer idioma escrito en
forma comprensiva en la tierra.
Para una razón que no se aclara en la Biblia, el texto del Génesis
explica que Jehová no estaba contento con la Torre de Babel - así
que ’bajó, y confundió el idioma de toda la tierra'. Los documentos
históricos sumerios cuentan casi lo mismo, excepto que el hecho de
confundir el idioma queda explicado mucho mejor, debido a las hordas
de invasores extranjeros que entraron en la región. Se evidencia que
esta invasión fue el resultado directo de las fricciones entre los
Anunnaki, ya que a la jubilación de Anu de la Gran Asamblea, su hijo
mayor Enlil-Jehová asumió la presidencia. Este proclamó que él era
maestro de toda la Tierra, aunque su hermano Enki-Samael podría
conservar la soberanía de los mares.
Enki no estuvo satisfecho en absoluto con la proclama de su hermano,
porque, aunque Enlil era el mayor de los dos, su madre (Ki) era la
hermana menor de su padre Anu, mientras que la madre de Enki (Antu)
era la hermana mayor. La realeza verdadera, sostenía Enki, progresó
como una institución de línea matriarcal a través de la línea
femenina, y por este derecho de descendencia, Enki sostenía que él
era el primogénito de la sucesión real:
Soy Enki - indicó - el gran hermano de los dioses. Soy quien ha
nacido como el primer hijo del divino Anu.
Como resultado, el pueblo de Babilonia anunció su lealtad a Enki y a
su hijo Marduk, lo que resultó ser inaceptable para Enlil-Jehová.
Habiendo perdido su popularidad, Enlil abrió las puertas de Sumeria
para dejar entrar invasores de las naciones circundantes. Los
escribas registraron que él produjo una gran y terrible tempestad,
que causó la aniquilación de toda la cultura sumeria, para que su
idioma no fuera más el predominante y hubo una gran confusión de
lenguas.
Todo el trabajo que había sido alcanzado construyendo una
civilización extraordinaria por millares de años se destruyó en una
calada por Enlil-Jehová, simplemente porque él no compartiría la
autoridad con su hermano Enki. Los registros confirman que, en ese
momento de la historia sumeria, la Gran Asamblea de los Anunnaki
simplemente desocupó sus asientos y partió 'como pájaros
migratorios'.
Por todo lo que había ocurrido al momento de la salida de
los
Anunnaki, se hizo entonces necesario un cambio urgente y
significativo en el procedimiento real, porque el Fuego de Estrellas
Anunnaki, ya no estaba disponible. Se tuvo que encontrar un
substituto y, como se mencionó previamente, las Mujeres sacerdotisas
Escarlata habían sido criadas con este propósito. Sin embargo,
estaba claro que, aunque se aparearan cuidadosamente, su esencia
genética se debilitaría a través de las generaciones que no tuvieran
aporte adicional Anunnaki.
En ese caso, la creación de un sustituto más permanente y versátil
para el Fuego de Estrellas no fue problema, pues esto era
competencia de un grupo de metalúrgicos previamente entrenados, a
los cuales Enki llamó los Artesanos Maestros. El primero de esos
grandes metalúrgicos a quienes se entrenó habría sido Tubal-Caín, el
Vulcano - un descendiente de sexta generación de Caín, que es
recordado hoy en día en la Masonería moderna.
Al considerar el Nuevo testamento de la Biblia, es de particular
interés que el padre de Jesús, José, quedó registrado en los
primeros Evangelios como un Maestro Artesano. En idioma inglés, se
le describe como un carpintero, pero esto es una mala traducción
patente. La palabra 'carpintero' se tradujo incorrectamente del
griego ho-tekton (un derivado del naggar Semítico), lo cual en
realidad definía a un Maestro de las Manualidades (o Maestro
Artesano). José, no fue por lo tanto, un trabajador de la madera,
sino un estudiado metalúrgico alquimista a la usanza de sus
antepasados ancestrales.
En el libro del Éxodo del Antiguo Testamento, en la época de Moisés,
se nos presenta a un tal Bezaleel (un hijo de Uri Ben Hur) de quien
se decía estaba colmado con el espíritu del Elohim (el Anunnaki) en
sabiduría, entendimiento y conocimiento. Además, que Bezaleel era un
hábil orfebre y Maestro Artesano a quien se puso a cargo de la
construcción del Tabernáculo y del Arca de la Alianza.
Al detallar como Bezaleel fabricaba varias coronas, anillos, tazones
y un candelero – todos de oro puro - el texto Bíblico añade a la
lista algo llamado el 'pan de la presencia' (N.del T.: pan sin
levadura consagrado por los sacerdotes judíos del antiguo Israel
durante el ritual del Sabbath) de la Alianza y, sin mayor
explicación, el hecho se da por sentado.
Aunque la palabra 'Alianza' se ha llegado a identificar con acuerdos
contractuales, originalmente significaba 'comer el pan con', y es
pertinente destacar que la Oración Cristiana al Señor (la cual fue
extraída de un equivalente egipcio) especifica, 'Danos hoy el pan
nuestro de cada día'. Esto frecuentemente se utiliza para relacionar
al sustento en términos generales, pero en la tradición original, la
referencia se dirigía más específicamente al enigmático pan de la
presencia - el pan dorado de Bezaleel.
El libro del Levítico también se refiere al pan de la presencia,
indicando:
“Y tomaréis harina fina, y hornearéis doce bizcochos de la misma ...
Y añadiréis incienso puro sobre cada fila".
El uso de la palabra 'harina' en las traducciones inglesas realmente
es incorrecto y la palabra 'polvo' sería más exacta. Y los registros
de las escuelas de misterio citan en forma más precisa que el pan de
la presencia se hacia con el polvo blanco de oro, lo cual es
especialmente significativo porque en el Libro del Éxodo, se afirma
que Moisés tomó el becerro de oro que los israelitas habían hecho,
'y lo quemó al fuego, y lo molió hasta hacerlo un polvo'.
En este caso, se usa la palabra correcta 'polvo' – pero calentar oro
desde luego no produce ningún polvo; realmente produce oro fundido.
¿Entonces qué era este polvo blanco mágico? ¿Existe una manera de
utilizar el calor para transformar oro metálico, en un polvo blanco
el cual sea digerible y beneficioso? Ciertamente la hay, y es aquí
que se aplicó el primer principio alquímico de los Maestros
Artesanos: 'Para hacer oro, debes usar oro'.
El oro es el más noble de los metales y siempre fue representativo
de la Verdad. Mediante el uso regular del Fuego de Estrellas
Anunnaki (el Oro de los Dioses), los receptores habrían sido
llevados a los reinos del despertar y la conciencia elevados, a
causa de su contenido de melatonina y serotonina.
Este era el reino de iluminación avanzada, que se llamó el plano
Sharon y se creyó que el oro del Fuego de Estrellas era la ruta
suprema de la Luz. Por lo cual, la persona densa y mundana (el
plomo) podría elevarse a un estado elevado de conciencia (percibido
como oro), y esto fue desde entonces la raíz de toda la ciencia
alquímica.
El pan de la presencia (o como los egipcios lo llamaron, el alimento
scheffa) era un derecho tradicional de los Mesías israelitas y
egipcios, pues los primeros faraones, fueron reyes-sacerdote
completamente consagrados del linaje del Grial, descendiendo del Rey Nimrod en la sucesión Cainita.
En el antiguo Egipto, el alimento scheffa siempre se representaba
como un bizcocho cónico . Este pan metálico se utilizó para
alimentar el cuerpo de Luz, como contraparte del cuerpo físico, y el
cuerpo de Luz (el Ka) se creía que era la conciencia. Ya en el año
2.200 AC, los faraones utilizaban este suplemento para aumentar la
actividad de las glándulas pituitaria y pineal, con lo cual elevaban
su percepción, conciencia e intuición - pero sólo los adeptos
metalúrgicos de las escuelas de misterios (los Maestros Artesanos de
la Corte del Dragón) conocían el secreto de su fabricación.
En el
Libro Egipcio de los Muertos (El libro completo más antiguo
del mundo), el faraón en su búsqueda del alimento supremo de la
iluminación pregunta, en cada etapa de su viaje, la pregunta única:
'¿Qué es?' - Una pregunta que en el idioma hebreo (como se explica
en las Reliquias de los judíos), se hacia sólo con la palabra:
¿Maná?
Cuándo se completó el Arca de la Alianza, se dice que Aarón había
colocado un omer de maná en el Arca. Este maná sagrado, se asociaba
comúnmente con una forma mística de pan: el pan de la presencia, o
como se le llamaba en la Mesopotamia de Tubal-Caín, el shem-an-na.
En este punto, llegamos a una definición particularmente importante
del pan de la presencia, pues de acuerdo a los Maestros Artesanos,
este alimento en forma de cono (o en forma de shem) estaba hecho de
'pedernal erguido'.
En el libro de las Revelaciones del Nuevo Testamento se dice:
A aquel que triunfe, le daré de comer el maná oculto. Y le daré una
piedra blanca.
Antes de investigar la naturaleza exacta de la piedra blanca del
shem-an-na (el pan hecho de polvo blanco del oro alquímico), vale la
pena considerar la famosa estatua del Rey-Sacerdote Melchizedek, en
la Catedral de Chartres en Francia. La estatua representa a
Melchizedek con una copa que contiene una piedra, la cual representa
el pan y el vino que él aparentemente ofreció a Abraham, de acuerdo
al libro del Génesis.
El vino, como sabemos, era emblemático del Fuego de Estrellas
Sagrado (al igual que el vino en la Comunión representa hoy en día
la sangre Mesiánica), pero la verdadera importancia de la
imaginería, es que el pan/piedra está contenido en la copa,
significando por ende, que el Fuego de Estrellas fue reemplazado por
un alimento sustituto en la misma época de Melchizedek y de Abraham.
Este substituto estaba hecho de shem-an-na -
el polvo blanco de oro,
el cual los mesopotamios llamaron 'pedernal sublime'.
La finalidad del sustituto era muy directa. En vez de alimentar al
receptor con un suplemento hormonal directo, el polvo tenía efecto
en el sistema endocrino (particularmente en la glándula pineal),
causando por ende que el receptor fabricara sus propios
super-elevados niveles de hormonas tales como la melatonina. En el
famoso romance Grial medieval de Parzival, escrito por Wolfram von
Eschenbach, se dice de los Caballeros Templarios del Castillo Grial:
Viven en virtud de la más pura piedra. Si no conoces su nombre,
apréndelo: se llama lapis exilis. Por el polvo de la piedra, el
fénix arde hasta las cenizas. Pero las cenizas rápidamente lo
restauran a la vida.
El fénix muda así las plumas, dando entonces una luz brillante, para
que sea tan hermoso como antes.
Muchos se han preguntado acerca del nombre lapis exilis, pues parece
ser un juego de palabras, combinando dos elementos. En primer lugar,
es lapis ex caelis – que significa 'piedra de los cielos '. En
segundo lugar, es lapis elixir - la Piedra Filosofal mediante la
cual, los elementos base se transforman en estados más elevados del
ser. De cualquier manera, o de ambas, se relaciona directamente con
el pedernal sublime - el shem-an-na del exótico sustituto del Fuego
de Estrellas.
La clave para la alegoría de Parzival yace en la descripción de que
el fénix 'arde hasta las cenizas', pero a partir de esas mismas
cenizas, llega la gran iluminación. ¿Entonces, qué es un Fénix
exactamente? Es un ave mítica, pudiera responder uno – pero no sería
correcto. La palabra 'Fénix' es mucho más antigua que la mitología
del ave bennu, y es de hecho, lenguaje Greco-Fenicio antiguo. Fénix
significa 'carmesí' u 'oro rojo '.
Un antiguo texto alquímico Alejandrino, hace mención particular al
peso del pedernal – al que llama la Piedra del Paraíso. En él se
indica que, 'cuando se coloca en las balanzas, la piedra puede pesar
más que su cantidad en oro, pero cuando se la hace polvo, aún una
pluma inclinará las balanzas en su contra'. En términos de fórmulas
matemáticas, esto se escribió como: 0 = (+1) + (-1). Esto aparece
ser una suma muy llana a primera vista, porque (+1) + (-1)
verdaderamente resulta en "0". Pero cuando se aplica a la materia
física, realmente es una imposibilidad, porque se basa en utilizar
un positivo y un equivalente negativo para producir nada.
En el momento en que uno tiene una cantidad positiva de algo, no es
posible agregar un equivalente negativo de ese algo para producir
nada. A lo sumo, uno podría poner ese algo positivo fuera la de
vista - pero aún existiría y, por lo tanto, no sería la nada. La
única manera de convertir algo en nada, por lo que al campo material
concierne, es llevar ese algo a otra dimensión, para que desaparezca
físicamente del ambiente mundano. Si se logra ese proceso, entonces
la prueba del logro estaría en el hecho que su peso también
desaparece.
Entonces, ¿qué es eso que puede pesar más que sí mismo, pero que
también puede pesar menos que sí mismo y convertirse en nada?
Entonces, ¿qué es eso que puede ser oro, pero que puedes ser
calentado y transpuesto a polvo? Es el Phoenix: el oro rojo que
arderá hasta las cenizas, pero que luego será restaurado para su
iluminación. Es el becerro de oro que Moisés quemó hasta llevarlo a
polvo. Es el pedernal sublime del shem-an-na - y los registros
sumerios indican que esto no estaba hecho de piedra en absoluto,
sino de metal brillante.
En la tradición alquímica, se dice que la Piedra Filosofal es lo que
transforma los elementos básicos en oro. Se piensa que este es el
caso, tanto en el sentido metalúrgico como en el sentido espiritual
de la más elevada iluminación. En el sentido físico, sin embargo,
debemos retornar a la más antigua de todas las reglas alquímicas de
las primeras escuelas de misterios - y esa es:
'Para hacer oro, debes usar oro'.
De ahí que, se determina que hay dos formas claramente diferenciadas
de oro físico: el metal normal como lo conocemos y un estado mucho
más sublime de oro - es oro en una dimensión diferente a la de la
materia percibida. Esto es el polvo blanco de oro: el maná oculto,
cuyo secreto de fabricación era conocido sólo por los Maestros
Artesanos.
Ahora, ¿qué es precisamente ese estado “sublime” que convierte el
oro en un dulce polvo blanco intangible? Es lo que la ciencia
moderna ahora llama el estado de 'alto giro'. Un átomo normal tiene
a su alrededor un blindaje potencial – un blindaje positivo
producido por el núcleo. La mayoría de los electrones que giran
alrededor del núcleo están dentro de este blindaje potencial,
excepto los electrones más externos. Sin embargo, el núcleo alcanza
el estado de alto giro, cuando el potencial del blindaje positivo se
expande para atraer a todos los electrones bajo el control del
núcleo.
Los electrones normalmente viajan alrededor del núcleo en pares - un
electrón de giro positivo y un electrón de giro negativo - pero
cuando éstos están bajo la influencia de un núcleo de alto giro,
todos los electrones de giro positivo, se correlacionan con los
electrones de giro negativo. Cuando se colocan en perfecta
correlación, los electrones se vuelven luz blanca pura y a los
átomos de la sustancia de alto giro, les resulta imposible
enlazarse. Por ello, no pueden reformarse como metal y el todo
permanece simplemente, como polvo blanco monoatómico intangible.
Un experimento recientemente realizado en EEUU, hizo evidente el
efecto de la mística luz blanca en condiciones al aire libre, sin el
control de vacíos y gases inertes necesarios para resultados en
espacios contenidos. En esta prueba, la llama se equiparó a muchas
decenas de millares de flashes. Fue, en efecto, una explosión, pero
no hubo absolutamente ninguna explosión y un lápiz no soportado, que
se había puesto de pie dentro de la explosión, quedó parado
verticalmente e intacto. Esto es completamente una reminiscencia de
la historia de Moisés y la zarza ardiente como se relata en el
Éxodo:
'Y él vio, y percibió, que la zarza ardía sin fuego, y la zarza no
se consumía'.
Lo verdaderamente inusual acerca de este polvo blanco es que,
aplicando varios procedimientos, su peso subirá y bajará desde
centenares por ciento por encima de su peso óptimo, hasta menos que
absolutamente nada. Además, su peso óptimo es realmente 56% del peso
del metal a partir del cual se trasmutó. Entonces, ¿a dónde se va el
otro 44%? Se convierte en nada más que luz blanca pura y se traslada
a otra dimensión más allá del plano físico.
Otra característica del shem-an-na es que, hasta el 56% de su
sustancia (eso es la muestra restante excluyendo el 44% de contenido
de luz) puede hacerse desaparecer completamente de la vista,
moviéndose hacia otra dimensión de la materia percibida - y cuando
esto sucede, su peso desaparece igualmente.
En virtud de tal prueba, se ha descubierto que el polvo del pedernal
sublime, no sólo es capaz de elevar la conciencia humana, sino que
también es un superconductor monoatómico sin atracción
gravitacional. Uno de los grandes investigadores de la gravedad
desde la década de los ’60, ha sido el físico ruso Andrei Sakharov,
y las matemáticas para su teoría (basadas en la gravedad como un
punto-cero) fueron publicados en 1.989 (Revisión Física A - volumen
39, no. 5, 1 de marzo) por
Hal Puthoff del
Instituto de Estudios
Avanzados. Con respecto al polvo blanco monoatómico, Puthoff ha
concluido que debido a que la gravedad determina el espacio-tiempo,
entonces el polvo es capaz de doblar el espacio-tiempo. Es "materia
exótica", explicó, con una atracción gravitacional menor que cero.
Apartando completamente el oro, ahora se sabe que los metales del
grupo del platino, el iridio y rodio (en estado de monoatómico de
alto giro), tienen también propiedades anti-envejecimiento, mientras
que los compuestos de rutenio y platino, interactúan con el ADN y el
cuerpo celular. En el Scientific American Journal de mayo de 1.995,
se discutió el efecto del rutenio en relación con el ADN humano, y
se mostró que cuando se colocan átomos individuales de rutenio en
cada extremo de la doble hélice de ADN, se vuelve 10.000 veces más
conductivo.
Similarmente, la publicación Platinum Metals Review
presenta artículos regulares con respecto al uso del platino, el
iridio y el rutenio en el tratamiento del cáncer, que es causado por
la división anormal e incontrolable de las células del cuerpo.
Cuándo se altera el estado del ADN, como en el caso de un cáncer, la
aplicación de un compuesto de platino resonará con la célula
deformada, causando que el ADN se distienda completamente y se
corrija. Dicho tratamiento no implica cirugía de amputación; no
destruye el tejido circundante con radiación, ni mata el sistema
inmunológico, como lo hace la quimioterapia. Es una cura sencilla
que realmente corrige las células alteradas.
Es de particular importancia que, independientemente de toda la
costosa y extensa investigación actual, los secretos del pedernal
sublime, fueron conocidos por nuestros ancestros hace muchos miles
de años, aunque apenas ahora está siendo redescubierto. Para poner
las cosas en perspectiva sobre este asunto, es importante reconocer
que casi todo lo que ahora sabemos acerca de la vida y las
civilizaciones de los tiempos anteriores a cristo, ha sido aprendido
desde finales de los años 1.800. Antes de eso, el Antiguo Testamento
era uno de los escasos documentos de registro, pero nunca se
pretendió que el Antiguo Testamento fuese un reportaje exacto de la
historia; era realmente un libro de escrituras, diseñado para
apuntalar un creciente movimiento religioso.
Hasta cierto punto, al igual que las escrituras de otras religiones,
las escrituras hebreas se basaron en la tradición mitológica, pero
puesto que las historias inherentes nunca se encontraron, sino hasta
recientemente en otras formas documentadas, el Antiguo Testamento
fue tratado, por innumerables siglos, como si fuese una verdad
absoluta basada en hechos. Y así, la mitología llegó a llamarse
historia por los estamentos educativos y gubernamentales, y como
tal, se la ha enseñado en las escuelas e iglesias por muchísimo
tiempo.
Ahora tenemos una vasta cantidad de literatura original,
permitiéndonos estar mucho mejor informados, pues han sido
desenterrados cualquier cantidad de documentos explicativos -
documentos anteriores en más de 2.000 años a la escritura original
del Génesis. Uno esperaría que tales descubrimientos fuesen
recibidos con entusiasmo, pero este no ha sido el caso. En lugar de
eso, ellos han presentado severos problemas y no se les considera
revelaciones beneficiosas, sino amenazas. ¿A qué amenazan? Amenazan
con socavar la mitología de una época que se ha distorsionado
erróneamente como historia. ¿Cómo se enfrenta el estamento con esta
amenaza? ¡Se adhiere ceñidamente a la historia inventada, y declara
que los documentos de primera mano de la historia son mitológicos!
Entre los años 1.850 y 1.930, repentinamente, aparecieron registros
que se habían escondido por innumerables generaciones, bajo las
arenas azotadas por los vientos del desierto, portando los nombres
de personajes muy conocidos tales como Abraham, Esaú, Israel, Heber,
Nahor, Terah y otros de la Biblia. Estos registros se escribieron
durante las vidas de estos hombres, o poco después, mientras que los
libros del Antiguo Testamento se compilaron más de 1.000 años
después. Sin embargo, uno por uno, estos documentos se han
clasificado como mitología. ¿Por qué? Porque ellos cuentan una
historia muy diferente a la que se enseña en la Biblia.
Por los años 1.880, los estamentos directivos de la Cristiandad,
temían hasta la misma palabra arqueólogo. Como resultado, las
excavaciones arqueológicas fueron puestas bajo control estricto,
teniendo que ser aprobados su financiación y hallazgos por las
autoridades recientemente designadas. Una de éstas, la Reserva de
Exploración de Egipto, se estableció en Gran Bretaña en 1.891, y en
la primera página de su Memorando y Artículos de Asociación, se
indica que el objetivo de la Reserva, es promover el trabajo de
excavación 'con el propósito de aclarar o ilustrar la narrativa de
Antiguo Testamento'. En resumen, esto significaba que si se
encontraba algo que pudiera utilizarse para sostener la enseñanza
bíblica, entonces el público sería informado. Cualquier cosa que no
apoyase la interpretación de la Biblia por la Iglesia, no estaba
destinado a ver la luz del dominio público.
Ahora es pertinente echar una mirada a uno de los hallazgos
monumentales de esa era - un descubrimiento acerca del cuál, muy
poco sabe la gente en su gran mayoría. De hecho, es probablemente el
descubrimiento bíblico más importante jamás hecho y tiene
implicaciones avasallantes, mucho más allá del descubrimiento por sí
mismo - pues es la historia definitiva del Fénix y el pedernal.
Dentro del libro del Éxodo, se nombra una montaña bíblica
significativa. Se asienta en la extensa península del Sinaí - una
masa continental triangular que yace sobre el Mar Rojo, entre los
Golfos de Suez y Aqabah. En el Antiguo Testamento, primero se le
llamó a la montaña el Monte Horeb; luego se le llamó el Monte Sinaí
y subsiguientemente se le llamó de nuevo Horeb, a medida que
prosigue el relato. La historia es, por supuesto, la de Moisés y el
éxodo israelita de Egipto. Esta fue la montaña sobre la cual, según
el Éxodo, Moisés vio la zarza ardiendo; la montaña donde él habló
con Jehová y el lugar donde recibió los Diez Mandamientos y las
Tablas del Testimonio.
Algo que se debe reconocer en esta etapa es que, en la época de
Moisés (cerca del año 1.350 AC), no había ninguna montaña llamada
Monte Sinaí. No había ninguna montaña con ese nombre, aún en los
días de Jesús - ni siquiera por otros 300 años más. Se debe recordar
también, que el Antiguo Testamento con el que estamos familiarizados
actualmente, proviene de un texto hebreo del siglo X y es, por lo
tanto, 600 años anterior inclusive al Nuevo Testamento canónico
compilado en el Siglo IV.
La montaña ahora generalmente conocida como el Monte Sinaí, se
asienta al sur de la península - bastante cerca al vértice inferior
del triángulo invertido - y le fue dado el nombre en el el siglo IV,
por una misión de monjes cristianos griegos, 1.700 años después de
la época de Moisés. Ahora se le llama a veces Gebel Musa (o el Monte
de Moisés) y existe allí todavía un retiro cristiano llamado el
Monasterio de San Caterina. Sin embargo, esta no es la montaña del
Sinaí que la Biblia llama el Monte Horeb.
El libro del Éxodo entra en cierto detalle al explicar la ruta
tomada por Moisés y los israelitas, desde la tierra egipcia de
Goshen en el delta del Nilo - atravesando las regiones desérticas de
Shur y Paran al norte de Sinaí, hasta la tierra de Midian (que está
al norte de la actual Jordania).
A partir de esta ruta se hace muy fácil identificar la ubicación del
Monte Horeb, el cual se asienta bien al norte de Gebel Musa. La
palabra Horeb significa simplemente "desierto", y la gran montaña
del desierto que se eleva sobre los 800 metros, dentro de una alta
meseta de piedra sobre la Llanura de Paran, hoy en día se llama
Serâbît el-Khâdim (la Prominencia del Khâdim).
A finales de los 1.890, el egiptólogo inglés, Sir William Flinders
Petrie, profesor del University College, en Londres, solicitó a la
Reserva de Exploración de Egipto llevar una expedición a Sinaí. En
enero de 1.904, su equipo había partido y en marzo de ese año,
encaminaron su expedición a las alturas del Monte Serâbît. En el año
siguiente, Petrie publicó los resultados detallados de sus
hallazgos, pero añadió a su informe el hecho que, para su
consternación, esta información no estaría disponible para los
suscriptores de la Reserva de Exploración de Egipto, quienes solo
recibirían mapas y un resumen general.
Además, Petrie explicó que, desde el momento de aquella expedición
al Sinaí (aunque él ya había llevado previamente equipos financiados
a Egipto), su patrocinio por parte de la Reserva había terminado –
aparentemente, porque él había roto la regla obligatoria de los
Artículos, divulgando algo que era contrario a la enseñanza de la
Biblia. El había, de hecho, descubierto el gran secreto de la
montaña sagrada de Moisés - un secreto que no sólo le daba sentido a
lo presentado en el Éxodo, sino que voló totalmente la tapa de la
interpretación bíblica común.
Lo que la Biblia no aclara es que Sinaí, no era una tierra
extranjera para los egipcios. Se consideraba realmente como parte de
Egipto y estaba bajo el control faraónico. Así que Moisés y los
israelitas aún no habían dejado Egipto cuando estaban al este del
delta de Nilo - todavía estaban en Egipto, teniendo que cruzar toda
la península del Sinaí, antes que entraran a la tierra Palestina de
Canaán.
Durante la época de Moisés, el Sinaí estuvo bajo el control de dos
funcionarios egipcios: el Canciller Real y el Mensajero Real. Esta
fue la era del Egipto de la dinastía 18va - la dinastía de los
faraones Tutmosis y Amenhotep , junto con Akhenatón y Tutankhamon.
El Mensajero Real de esos tiempos, era un funcionario llamado Neby.
También era el alcalde y comandante de tropa de Zaru, en la región
egipcia déltica de Goshen, donde los israelitas habían vivido antes
del éxodo.
La posición del Canciller Real era hereditaria en la familia de
Hyksos de Pa-Nehas, y el Panahesy de esta familia, era el Gobernador
oficial del Sinaí. Lo conocemos mejor por la Biblia como Finehas. El
llegó a ser uno de los primeros sacerdotes de la nueva estructura
Moisense, pero había sido previamente el Sacerdote Principal en el
templo del faraón Akhenatón en Amarna.
Para entender el significado esencial del descubrimiento de Petrie,
vale la pena hacer una distinción necesaria entre los israelitas y
los hebreos de la era de Moisés. En aquel momento, no eran lo mismo,
como la enseñanza de la Biblia parece indicar. Los hebreos eran la
familia y los descendientes de Abraham, cuyo domicilio era,
principalmente, Canaán (Palestina). Los israelitas, por otro lado,
eran la familia y los descendientes de uno de los nietos de Abraham
- el hombre llamado Jacob, cuyo nombre fue cambiado a Israel. Fue
solo su familia, la que se había desplazado a Egipto y eran sus
descendientes, quienes eventualmente volvieron con Moisés para
reunirse, después de innumerables generaciones, con sus semejantes
hebreos.
La diferencia entre las líneas era, por supuesto, que los israelitas
habían estado sujetos por mucho tiempo a las leyes y religiones de
Egipto, y sabían muy poco acerca de las costumbres de sus primos a
centenares de millas en Canaán. Por más de 400 años ellos habían
estado en un ambiente que sustentaba un panteón entero de Dioses y,
aunque ellos habían desarrollado un concepto de un solo Dios, dentro
de su propia fraternidad, aquél Dios no era el Jehová de los hebreos
cananitas. Su Dios era una entidad sin rostro, a quien ellos
llamaron, simplemente, el Señor.
En lengua israelita, fue llamado el Adón. Esta es una de las razones por las que los nombres Señor y
Jehová, fueron identificados separadamente en los primeros textos,
aunque en épocas posteriores, fueron puestos bajo el mismo manto del
Dios único, para encajar con las emergentes fe judía y cristiana.
Para los egipcios, el nombre de este Señor (Adón) era bastante
similar, y ellos le llamaban Aten - del cual derivó el nombre del
Faraón Akhenatón (Sirviente de Aten).
Así, cuándo Moisés y los israelitas hicieron su éxodo al Sinaí,
ellos llegaron no como devotos de Jehová, sino de Aten, y fue por
esta misma razón que se les presentó nuevas leyes y ordenanzas para
alinearlos con la cultura hebrea de su nueva patria futura.
Cuándo Moisés y los israelitas dejaron el delta egipcio, su ruta
obvia a Canaán, habría sido directamente a través del desierto del
Sinaí septentrional, pero, en vez de eso, ellos se dirigieron hacia
el sur dentro del difícil país de las cumbres para pasar tiempo en
la montaña Horeb del Serâbît. Esta fue la anomalía que tuvo a
Petrie
y su equipo desconcertado tanto tiempo.
El Monte Serâbît
Entonces, ¿qué descubrió la expedición de
Petrie en lo alto de la
montaña santa de la Biblia? Bien, para empezar, ellos no hallaron
mucho, pero en una ancha meseta cerca de la cumbre, había signos
claros de antigua habitación. Podía verse pilares y piedras
erguidas, saliendo por encima de los escombros del suelo que habían
sido depositados por el viento y los deslizamientos, por algo más de
3.000 años. Sin embargo, luego de limpiar los escombros, surgió la
verdad de la historia bíblica y Petrie escribió:
No hay ningún otro monumento que nos haga lamentar más el hecho que
no esté en mejor estado de conservación. Todo estaba enterrado, y
nadie supo de él hasta que limpiamos el sitio.
Lo que encontraron era un enorme complejo egipcio de templos.
Implantado dentro de una muralla, había un templo exterior
construido sobre una extensión de 70 metros y se prolongaba hacia
fuera, desde un corte interior del templo, dentro de una gran cueva
en la falda de montaña. De los varios cartuchos, tallas e
inscripciones, se determinó que el templo había estado en uso desde
la época del Faraón Sneferu, quien reinó cerca del año 2.600 AC y
cuyos sucesores inmediatos, se considera que construyeron las
pirámides de Gizeh.
La parte del templo elevada sobre la superficie, se construyó de
arenisca extraída de la cueva de la montaña, y contenía una serie de
vestíbulos contiguos, altares, atrios, cubículos y cámaras. De
éstos, las características claves desenterradas fueron el Santuario
principal, el Altar de los Reyes, el Atrio del Pórtico, y el
Vestíbulo de la diosa Hathor, a quien estaba dedicado todo el
complejo. Por todas partes había pilares y estelas presentando a los
reyes egipcios a través de las edades, con ciertos faraones tales
como Tuthmosis III (fundador del movimiento rosacruz en Egipto)
representado muchas veces en piedras erguidas y relieves de pared.
La Cueva adyacente de Hathor se talló en la roca natural, con
paredes interiores planas, que se habían suavizado cuidadosamente.
En el centro, datando de 1.820 AC, se erguía un gran pilar vertical
del Faraón Amenomhet III, el yerno de Esaú. También estaba
representado su chambelán mayor y el portador de su sello. Muy
profundo en la cueva, Petrie encontró una estela de piedra caliza
del faraón Ramsés I - un trozo superior en el cual Ramsés (quien es
considerado tradicionalmente por los egiptólogos, haber sido un
opositor al culto de Aten) sorprendentemente, se describía a sí
mismo como 'El gobernante de todo lo que abarca Aten'.
También se encontró en Amarna la cabeza de una estatua de la madre
de Akhenatón. La Reina Tiye de Egipto, con su juego de cartuchos en
la corona.
En las cortes y vestíbulos del templo exterior, había numerosos
tanques rectangulares tallados en la piedra y palanganas circulares,
junto con una variedad de mesas-banco, curiosamente formadas con
frentes esconzados y superficies por niveles. También había mesas
redondas, bandejas y platillos, junto con jarrones de alabastro y
contenedores, muchos de los cuales con forma de flor de loto.
Además, las habitaciones albergaban una buena colección de placas
barnizadas, cartuchos, escarabajos y ornamentos sagrados, diseñados
con espirales, cuadrados en diagonal y cestería. Había varitas
mágicas de un material duro no identificado, mientras que en el
pórtico, había dos piedras cónicas de aproximadamente 6 y 9 pulgadas
de altura, respectivamente. Los exploradores se desconcertaron
bastante por todo ello, pero se confundieron aún más con el
descubrimiento de un crisol de metalurgista.
Desde ese descubrimiento, los egiptólogos han discutido en cuanto a
por qué habría sido necesario un crisol en un templo; mientras que
simultáneamente, han debatido acerca de una sustancia misteriosa
llamada mfkzt, la cual parecía estar relacionada con las piedras
cónicas y que tiene numerosas menciones en las inscripciones de
paredes y estelas. Algunos han sugerido que ese mfkzt, pudiera haber
sido cobre; muchos han preferido la idea de que sea turquesa y otros
han supuesto que quizás era malaquita, pero todas ellas son
especulaciones no corroboradas y no hay huellas de ninguno de estos
materiales en el sitio. Sinaí se destaca por sus minas de turquesa,
pero si la minería de turquesas era una función primaria de los
maestros del templo por tantos siglos, entonces uno esperaría
encontrar piedras de turquesa de sobra dentro de las tumbas de
Egipto. Sin embargo, no es tal el caso; apenas se ha encontrado
algunas.
Otras causas de admiración, han sido las innumerables referencias
inscritas al "pan", junto con el prominente jeroglífico para "luz",
encontrado en el Altar de los Reyes. Pero el descubrimiento que
causó la mayor de las perplejidades, fue el desenterramiento de algo
que se identificó como el enigmático mfkzt, con el cual parecía
estar relacionado el simbolismo del 'pan'. Descansando algunos
centímetros más abajo entre pesadas losas, había en una despensa una
cantidad considerable del más fino, puro, blanco e intacto polvo.
En el aquél momento, algunos sugirieron que el polvo podría ser un
resto de fundición de cobre pero, como se señaló rápidamente, la
fundición no produce polvo blanco; deja una escoria negra densa.
Además, no hay suministro de mineral de cobre a kilómetros del
templo y los antiguos trabajos de fundición, en todo caso, son
evidentes en los valles lejanos. Otros especularon que el polvo era
ceniza proveniente del quemado de plantas para producir álcali, pero
no había trazas de residuos de ninguna planta.
A falta de cualquier otra explicación, se determinó que el polvo
blanco y las piedras cónicas, probablemente se asociaban con alguna
forma de rito de sacrificio, pero de nuevo se señaló que esto era un
templo egipcio y el sacrificio de animales no era una práctica
egipcia. Además, a pesar del tamizado y el cernido, no se encontró
resto alguno de huesos ni cualquier otra materia extraña dentro del
mfkzt, el cual apareció ante el mundo como un tesoro de polvo
sagrado de talco.
Parte del misterioso polvo fue llevado a Gran Bretaña para análisis
y exámenes, pero jamás se publicó resultado alguno. El resto se dejó
a merced de los elementos, después de 3.000 años, para convertirse
en víctima de los vientos del desierto. Sin embargo, lo que se hace
patente, es que este polvo era aparentemente idéntico al pedernal
mesopotámico o shem-an-na - la sustancia que se hacía en bizcochos
de pan y se utilizaba para alimentar los Cuerpos de Luz de los reyes
babilonios y los faraones de Egipto. Esto, por supuesto, explica las
inscripciones del templo que denotan la importancia del pan y de la
luz, mientras que el polvo blanco (el shem-an-na) ha sido
identificado con el maná sagrado que Aarón colocó en el Arca de la
Alianza.
El libro del Éxodo, relata que el Maestro Artesano que hizo el pan
de la presencia original para Moisés en Sinaí, era Bezaleel, pero
Bezaleel no era un panadero, él era un orfebre connotado - el mismo
hombre que hizo los ornamentos dorados para el Tabernáculo y el Arca
misma. Esto coincide precisamente con la función de los Maestros
Artesanos sacerdotes en Mesopotamia - los vulcanos y los
metalurgistas de Tubal-caín, quienes fabricaban el valioso
shem-an-na a partir de oro puro. En cuanto al crisol, las piedras
cónicas y la gran serie de tanques, mesas y equipo que hacían
parecer al templo del Sinaí, más como un laboratorio gigantesco que
como una iglesia, se desprende que eso es precisamente lo que era.
Lo que Petrie había encontrado realmente, era el taller alquímico de Akhenatón y de las numerosas dinastías de faraones anteriores a él -
un templo-laboratorio donde el horno habría rugido y humeado durante
la producción del pedernal sagrado del shem-an-na de alto giro. En
forma repentina, las palabras del Éxodo comienzan a tener sentido,
cuando las leemos de nuevo con una visión completamente nueva:
Y el monte Sinaí estaba totalmente en humo ... y ese humo subía como el humo de un horno, Y todo el monte tembló mucho.
En el Éxodo, leemos que ‘Moisés tomó el becerro de oro que los
israelitas habían hecho, y lo quemó al fuego, y lo molió hasta
polvo' Este es precisamente el proceso de un horno de shem-an-na y
es evidente que los sacerdotes egipcios de la diosa Hathor, habían
estado trabajando su fuego por innumerables generaciones, antes que
los sacerdotes de Atón se involucraran en la época de Moisés.
Fue, de hecho, el Faraón Tuthmosis III, quién había reorganizado las
antiguas escuelas de misterios de Thoth y fundó la Escuela Real de
los Maestros Artesanos en Karnak. A ellos se les llamó La Gran
Hermandad Blanca, a causa de su preocupación con un misterioso polvo
blanco. Una rama de esta hermandad, se ocupó especialmente de las
medicinas y la curación, y llegaron a conocerse como el Terapeutote
egipcio. Luego, en tiempos mucho más recientes, las actividades del
Terapeutote se extendieron a Palestina - especialmente en el
asentamiento de Qumrân, en Judá, donde prosperaron como los Esénios.
¿Pero, qué tenía de especial la diosa Hathor, que fue la deidad
escogida por los sacerdotes de Sinaí? Hathor era una diosa madre
suprema y, como la hija de Ra, se decía que había dado a luz al sol.
Ella fue la originalmente definida Reina del Oeste y Amante del
Infierno, a donde se decía que llevaba a los que sabían los ensalmos
correctos. Ella era la diosa reverenciada del amor, de las tumbas y
la canción - y fue de la leche de Hathor, que se decía que los
faraones obtenían su divinidad, volviéndose Dioses por derecho
propio.
En una de las tabletas de piedra cerca a la entrada de la cueva del
Monte Serâbît, hay una representación de Tuthmosis IV en presencia
de Hathor. Ante él hay dos soportes de ofrendas coronados con flores
de loto, y detrás de él, hay un hombre que soporta un bizcocho
cónico identificado como pan blanco. Otro relieve detalla al albañil
Ankhib, que ofrece dos bizcochos de pan cónicos de shem-an-na al
rey, y hay retratos similares en otras partes en el complejo del
templo. Uno de los más significativos es, quizás, una descripción de
Hathor y el Faraón Amenhotep III.
La diosa tiene un collar en una
mano, mientras que con la otra, ofrece el símbolo de la vida y el
dominio al faraón. Detrás de ella está el tesorero Sobekhotep, quien
sostiene en aptitud un bizcocho cónico de pan blanco. Sin embargo,
lo más importante en este retrato, es el hecho que el Tesorero Sobekhotep se describe como el 'Supervisor de los secretos de la
Casa de Oro, quien trajo la noble y preciosa piedra a su majestad '.
Experimentos recientes con este asombroso polvo blanco de oro, han
demostrado que, bajo ciertas condiciones, la sustancia puede pesar
menos que nada y se puede hacer desaparecer en una dimensión
desconocida. Pero, la cualidad más interesante del polvo, es que
puede suspenderse sobre el campo magnético de la Tierra, y que,
cuando está en un estado de gravedad nula, es capaz de transponer su
propia ingravidez a su anfitrión, facilitando así poderes de
levitación. Este anfitrión podría ser una sencilla cacerola de
laboratorio o un contenedor, pero igualmente podría ser un enorme
bloque de piedra, como los utilizados en la construcción de las
pirámides. De hecho, las pirámides son, como lo establece su mismo
nombre, producidas al fuego.
En el depósito secreto de la Cámara del Rey, dentro de la Gran
Pirámide, la tradición antigua relata que los constructores, habían
colocado 'instrumentos de hierro, armamentos que no se oxidan,
vidrio que puede doblarse pero no romperse, y extraños ensalmos'.
¿Pero qué encontraron los primeros exploradores, al abrir túneles en
la cámara sellada? El único mobiliario era un cofre hueco de piedra
sin tapa, y no contenía un cuerpo, sino una capa de una misteriosa
sustancia en polvo. En forma superficial, se ha determinado que son
granos de feldespato y , que son ambos minerales del grupo del
silicato y el aluminio. Sin embargo, durante el curso de la reciente
investigación del polvo blanco, el aluminio y la sílice fueron dos
de los elementos constituyentes, revelados por el análisis
convencional de una muestra granular, la cual se sabía era 100% un
compuesto del grupo platino.
Como lo reveló hace algunos años el pionero investigador americano
David Hudson, las pruebas estándar de laboratorio para componentes
elementales, se hacen aplicando a la muestra un arco de corriente
directa por 15 segundos, a un calor de superficie solar de 5.500º
centígrados. Pero, con el polvo blanco monoatómico, una prolongación
del tiempo de quemado más allá del procedimiento normal de la
prueba, reveló el noble metal del cual realmente estaba constituida
la sustancia. A causa de las limitaciones presentes en la secuencia
convencional de la prueba, el 5% del peso seco de nuestro tejido
cerebral, se dice que es carbón, mientras que análisis más rigurosos
lo identifican como los metales del grupo platino: iridio y rodio,
en estado de alto giro.
Por lo tanto, la Cámara del Rey, aparentemente, fue ideada como un
superconductor, capaz de transportar al faraón a otra dimensión de
espacio-tiempo - y era aquí donde su Rito del Pasaje, se
administraba de acuerdo con el El libro de los Muertos. La clave
para este Derecho del Pasaje, está definida por una sola inscripción
cónica cerca de la entrada a la Cámara. Este símbolo jeroglífico (el
único jeroglífico verificable en toda la meseta de Gizeh - y el
mismo que apareció muchas veces en el templo de la montaña del Sinaí) se lee simplemente, "pan".
Lo cierto es que, a pesar de que los aspectos históricos del Antiguo
Testamento se aborden y sean enseñados desde un punto de vista
hebreo, con una base originalmente mesopotámica, hubo un impacto
egipcio significativo en la cultura, el cual se ha ignorado
estratégicamente. Esto sale a la luz específicamente desde la época
del incidente del Sinaí y demuestra ser la razón por la cual el
importante libro de Jasher, fue excluido del canon.
Fue sobre la montaña del Sinaí que Jehová anunció por primera vez su
presencia a Moisés. Siendo un partidario de Atón, Moisés preguntó a
este nuevo señor y maestro quién era - y la respuesta fue 'soy lo
que soy', lo cual en hebreo fonético pasó a ser Yahweh (Jehová). Sin
embargo, por largo tiempo, a los israelitas no les fue permitido
pronunciar el nombre Jehová, excepto al Sumo Sacerdote, a quien se
le permitía susurrarlo en privado una vez un año. El problema era
que se suponía que las oraciones, debían ser dichas a esta nueva
divinidad - pero ¿cómo sabría él que aquellos le hablaban si no se
decía su nombre?
Los exiliados israelitas de Egipto, sabían que Jehová no era el
mismo que Atón (su tradicional Adón o Señor), así que ellos
presumieron que él debía ser el equivalente del gran Dios Majestuoso
de Egipto - aunque no fueran el mismo. Por lo tanto, se decidió
agregar, de ahí en adelante, el nombre de ese Dios Majestad a todas
las oraciones, y el nombre de ese Dios era Amén. Hasta el presente,
el nombre de Amén todavía es recitado al final de las oraciones.
Inclusive la muy conocida Oración Cristiana del Señor (como se dio
en el Evangelio de Mateo) fue traducida de una oración original
egipcia que empezaba: 'Amén, Amén, que estás en el cielo... '
En cuanto a los famosos Diez Mandamientos, que se dice haber sido
transmitidos a Moisés por Dios en la montaña, también son de origen
egipcio, derivándose directamente del salmo número 125 en el Libro
Egipcio de los Muertos. Estos no eran nuevos códigos de conducta
inventados para los israelitas, sino que simplemente eran versiones
recientemente establecidas de las confesiones rituales de los
faraones. Por ejemplo, la confesión 'No he matado', fue transpuesta
al decreto de: No matarás; 'No he robado' se convirtió en: No
robarás; 'No he mentido’ se convirtió en: No levantarás falsos
testimonios - etcétera.
No sólo se trajeron los Diez Mandamientos del ritual egipcio, sino
que también se rehicieron los Salmos (los cuales se le atribuyen al
Rey David) a partir de himnos egipcios. Inclusive el libro de los
Proverbios del Antiguo Testamento - las llamadas palabras sabias de
Salomón - fue traducido al hebreo casi al pie de la letra, a partir
de las escrituras de un sabio egipcio llamado Amenemope. Estas ahora
reposan en el Museo Británico, y verso a verso, el libro de los
Proverbios puede ser atribuido a este original egipcio. Ahora se ha
descubierto que, incluso las escrituras de Amenemope, se extrajeron
de un trabajo mucho más antiguo llamado La Sabiduría de Ptah-hotep,
que procede de más de 2.000 años antes de la época de Salomón.
Además del Libro de los Muertos y la antigua Sabiduría de
Ptah-hotep, se utilizaron otros tantos textos egipcios al compilar
el Antiguo Testamento. Estos incluyen los Textos de la Pirámide y
los Textos del Ataúd, cuyas referencias a los Dioses egipcios,
fueron sencillamente transpuestas para relacionarlas al Dios hebreo
Jehová.
En el libro La Herencia del Santo Grial, se relató que el estilo
moderno de la Cristiandad, el cual evolucionó de la Iglesia romana
en el siglo IV, es realmente un híbrido creado - una religión basada
en temas de muchas otras incluyendo, desde luego, el judaísmo. Ahora
se hace patente que el judaísmo mismo, no era menos que un híbrido
en sus primeros días, siendo un compuesto de tradiciones egipcias,
cananeas y mesopotámicas, con las historias, himnos, oraciones y
rituales de diversos dioses, reunidas y relacionadas con el nuevo
concepto creado del Monoteísmo.
Lo que resulta particularmente interesante es que, históricamente,
esto no fue creado completamente en la época de Abraham, ni siquiera
en la época posterior a Moisés. No sucedió sino hasta el siglo VI
AC, cuando decenas de millares de israelitas, fueron tomados
cautivos por Nabucodonosor de Babilonia. Hasta ese momento, los
registros hebreos e israelitas se referían a cualquier cantidad de
dioses y diosas por sus nombres individuales, y bajo una
clasificación general y plural de Elohim.
Por unos 500 años desde el Cautiverio, las escrituras existieron
sólo como una serie de textos bien diferenciados y no fue hasta
después de la época de Jesús, que se cotejaron en un solo volumen.
El mismo Jesús nunca habría oído acerca del Antiguo Testamento ni de
la Biblia, pero las escrituras a las que él tuvo acceso, incluían
muchos libros que no se escogieron para la compilación que hoy
conocemos. Extrañamente, algunos de estos libros, son mencionados
todavía en el texto moderno de la Biblia como importantes en la
cultura original, incluyendo el enigmático libro de Jasher.
Jasher era el hijo egipcio de Caleb; él era cuñado del primer juez
israelita Othneil y tío de Bezaleel, el Maestro Artesano, así como
también era el portador del báculo designado por Moisés. Se
considera generalmente que, la posición del libro de Jasher en la
Biblia debería estar entre los libros de Deuteronomio y Joshua, pero
fue soslayado por los redactores, porque arroja una luz muy
diferente sobre la secuencia de acontecimientos en el Monte Horeb de
Sinaí.
El relato familiar del Éxodo, explica que Jehová dio instrucciones a
Moisés acerca de los maestros y los sirvientes, acerca de la
codicia, del comportamiento entre vecinos, del crimen, del
casamiento, de la moral, y muchos otros asuntos, incluyendo la regla
de suma importancia del Sabbath - junto con los Diez Mandamientos.
Pero, en el libro de Jasher (que es anterior a las escrituras del
Éxodo), esas leyes y ordenanzas no son transmitidas a Moisés por
Jehová. De hecho, no se menciona a Jehová en absoluto. Las nuevas
leyes, dice el libro de Jasher, fueron comunicadas a Moisés y los
israelitas por Jethro, el Sumo Sacerdote de Midian y Señor de la
Montaña. En efecto, Jethro (cuya hija, Zípora, Moisés desposó) era
el gobernador general del Templo del Sinaí.
En Canaán, el título Señor (o el Sublime) de la Montaña, fue
definido como El Shaddai, y esto es especialmente significativo
pues, como se mencionó previamente, este era precisamente el nombre
relatado por Moisés, cuando le pidió al Señor que revelara su
identidad. El Señor dijo 'soy lo que soy (YHWH); Soy aquél que
Abraham llamó El Shaddai'. YHWH eventualmente se transpuso al nombre
Jehová pero, como se relata en Jasher (y como se confirmó en el
Éxodo cuando se leyó correctamente), este Señor no era en absoluto
un Dios divino; él era Jethro El Shaddai, el gran vulcano y Maestro
Artesano del Templo de Hathor.
Otro aspecto muy importante del libro de Jasher, es que explica que
no fue Moisés quien era el líder espiritual de los tribus que
abandonaron Egipto por Sinaí; su líder espiritual y consejero
principal era Miriam, la hermanastra de Moisés, quien solo recibe
menciones pasajeras en el libro del Éxodo. De hecho, como se detalla
en Jasher, la posición de Miriam colocó en tal problema a Moisés, en
su tentativa de crear un ambiente de predominio masculino, que la
encarceló – por lo que los israelitas se alzaron contra Moisés para
asegurar su liberación.
No cabe duda que, por toda la manipulación de las escrituras de los
textos antiguos, Miriam (Meryamon de Egipto) surge fuera de la
Biblia canónica como un personaje clave de la era pero, así como
María Magdalena en los tiempos del Nuevo testamento, ha sido
ignorada y olvidada por los estamentos de la Iglesia fundados como
instituciones de predominio masculino. De Miriam, el libro de Aaron
(acreditado a Hur, el abuelo de Bezaleel) relata:
A partir de entonces, Miriam llegó a ser admirada por los hebreos;
toda lengua cantaba su elogio. Ella enseñó a Israel; ella tuteló a
los niños de Jacob y el pueblo la llamó, a manera de eminencia, la
Maestra. Ella estudió el bien de la nación, y Aarón y el pueblo la
escuchaban. Ante ella las personas se inclinaban; a ella venían los
afligidos.
Sin embargo, la verdadera importancia de Miriam, es que ella era una
reconocida Reina Dragón del linaje Grial materno. Fue principalmente
de ella, que la línea dinástica culminó en la Casa Real de David, la
cual debe su origen real a la descendencia faraónica de Miriam, más
que a alguna herencia patriarcal de Abraham, como generalmente se
nos ha hecho creer.
En el contexto de esta investigación, hemos dado un paso más allá de
los saltos de la Biblia, para presenciar el proceso alquímico y
científico que facilitó la Génesis de los Reyes del Grial. Esta
línea de sucesión (desde Caín y los dinastas mesopotámicos, pasando
por los primeros faraones de Egipto, hasta el Rey David y más
adelante hasta Jesús) tuvo el propósito de criar a los proveedores
terrenales de la Luz. Ellos eran los verdaderos 'hijos de los
Dioses', quienes primero se alimentaron de Fuego de Estrellas
Anunnaki, cerca del año 3.800 AC y, subsiguientemente, con
suplementos de metal de alto giro, alrededor del 2.000 AC. En
resumen, ellos fueron criados para ser líderes de la humanidad y
eran mantenidos físicamente y espiritualmente en estado elevado - la
dimensión total del ausente 44% - la dimensión de la Orbita de la
Luz - el Plano de Sharon.
Sólo durante los pasados 150 años más o menos, y más específicamente
durante los pasados 80 años, se han desenterrado debajo de las
arenas del desierto, los grandes almacenes de los registros
egipcios, mesopotámicos, sirios y cananeos. Pruebas documentales de
primera mano, anteriores a los tiempos de la Biblia, ahora han
surgido en piedra, arcilla, pergamino y papiro - decenas de millares
de documentos que atestiguan una historia mucho más emocionante de
lo que jamás se nos dijo.
De haber estado disponibles estos registros a través de las
generaciones, nunca habría surgido el concepto de una raza
particular que goza de una revelación divina y la exclusividad de
Jehová, quien nos ha cegado por muchísimo tiempo (poniéndonos en
modo belicoso contra aquellos de otra fe que siguen sus propias
tradiciones), nunca habría tomado tan arrogante asidero.
Gradualmente, a medida que aparecen nuevos descubrimientos, es
evidente que estamos ahora surgiendo de la oscuridad de nuestras
nociones preconcebidas sin fundamento. Aún así, los siglos de
adoctrinamiento conducido por la Iglesia – hacen muy difícil
desechar el dogma restrictivo, de la innata tradición de tercera
mano, en favor de una mayor iluminación dada por aquellos que
estuvieron presentes en aquél tiempo.
La perspectiva verdaderamente inspiradora, es que la curva de
aprendizaje todavía no ha terminado. Así como una cumbre nevada es
solo la continuación de la actividad de antaño, igualmente lo es la
sabiduría ancestral, que ahora nos cae una por una - con cada nueva
faceta de aprendizaje, lista para ser apilada sobre el conocimiento
anterior.
Afortunadamente, el alba del conocimiento está ya detrás de nosotros
y, aunque algunos escogerán mirar atrás más allá de su velo, muchos
darán un paso con vigor dentro del nuevo milenio, para presenciar
una nueva y resplandeciente salida del sol - una revelación de
posibilidades ilimitadas, y una restauración de nuestra verdadera
herencia universal.
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